"Se acaba el circo y se abre una nueva etapa esperanzadora para Catalunya"

Cuando la CUP impuso la figura de Puigdemont a cambio de Mas, seguramente ya conocían la dimensión del personaje, pero incluso para ellos creo que es demasiado. Lo de de ayer fue un espectáculo de circo callejero en toda regla, con sus bufones, trucos de magia, escapistas, proclamas surrealistas y, sobre todo, muchos payasos vocacionales sin miedo al ridículo. Lo peor es que a los que llevamos demasiado tiempo viendo el espectáculo en directo pretenden hacernos creer que ser buen ciudadano y querer a Catalunya es envolverse en una bandera y hacer todas estas pequeñas cosillas:

Utilizar dinero público para financiar una Itaca del todo imposible, mientras Catalunya y sus ciudadanos se desmoronan y deterioran año tras año. Utilizar y poner en peligro a ciudadanos, la mayoría de avanzada edad, para llevar a cabo 'performances' no solo peligrosas, también ridículas. Llenarse la boca hablando de democracia, legalidad..., y con sus actos hacer todo lo contrario. Utilizar las instituciones a su antojo, con beneficios partidistas y personales. Cometer ilegalidades, no asumir responsabilidades y consecuencias y a kilómetros de distancia dar lecciones de ética y moralidad. Utilizar la palabra "exiliado" ensuciando el recuerdo de tantas personas que tuvieron que huir y vivir en condiciones penosas perseguidos por sus ideas y no por cometer actos ilegales.

Tantas y tantas cosas. Afortunadamente, los que sí asumieron sus responsabilidades y siguen haciendo política y no circo contribuyen a que en Catalunya se abra una nueva etapa de esperanza.