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21-D: La hora de la transversalidad

Los candidatos a ’president’ de la Generalitat Carles Riera, Xavier Domènech, Inés Arrimadas, Jordi Turull, Marta Rovira, Miquel Iceta y Xavier Garcia Albiol posan con Vicent Sanchis antes del debate de TV-3.

Los candidatos a ’president’ de la Generalitat Carles Riera, Xavier Domènech, Inés Arrimadas, Jordi Turull, Marta Rovira, Miquel Iceta y Xavier Garcia Albiol posan con Vicent Sanchis antes del debate de TV-3. / FERRAN SENDRA

Mario Martín

¿Qué es lo mejor tras una discusión, bien sea doméstica o entre viejos conocidos? Es evidente que la mejor manera de pasar página es el acuerdo, encontrando los puntos en común en los que sí se comparte una visión conjunta, orillando aquellos que generen cualquier falta de sintonía.

Ante las elecciones del 21-D en Catalunya, y sin aparente posibilidad de que una única opción política obtenga por sí sola el respaldo mayoritario de los votantes, no habría mejor alternativa que la conformación de un gobierno con integrantes tanto del llamado bloque soberanista como del constitucionalista, que fueran capaces de superar sus evidentes diferencias, atendiendo a la afirmación de Séneca: "Toda la armonía total de este mundo está formada por discordancias". Y coincidir en señalar las prioridades reales de la sociedad catalana: empleo, sanidad, educación, desigualdad, equilibrio social...

Dentro de las combinaciones de siglas posibles, y con el criterio de romper la política de bloques señalada, la opción más posible parece que podría ser la integrada por ERC, PSC En Comú-Podem, y aunque Iceta ha anunciado que no apoyaría a un ¿president¿ distinto de él mismo, y ERC no olvida el apoyo de los socialistas a la aplicación del articulo 155 en Catalunya; los 'comuns' se sentirían mucho más cómodos en esta opción que no teniendo que optar entre elegir a uno de los dos bloques con sus 8 o 9 escaños, que serán totalmente decisivos.

Todo ello antes de volver a enfrentar a Catalunya a otras elecciones en poco tiempo, consecuencia de la ingobernabilidad, que podría ser la opción deseada por Artur Mas para, una vez superada su inhabilitación, volver a presentarse como candidato a la presidencia de la Generalitat sobre las cenizas de lo que queda de CDC, sea bajo la marca PDECat o cualquier otra.

Pero el 21-D hay una oportunidad, es el momento de hacer política con letras mayúsculas, y salvo que las encuestas nos estén engañando y haya un voto oculto que otorgue una clara mayoría, la transversalidad entre los dos bloques de constitucionalistas e independentistas es la mejor opción, al menos la que mejor representa a la mayoría social de catalanes y catalanas, ademas de evitarnos a todos cualquier derrota, porque como afirmó Tito Livio en la época de la Roma clásica: "Es mejor, y más segura, una paz cierta que una victoria esperada".

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