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17-A: vuelve el silencio un año después

Ofrendas florales en La Rambla, un día antes del aniversario de los atentados del 17-A.

Ofrendas florales en La Rambla, un día antes del aniversario de los atentados del 17-A. / ALBERT BERTRAN

Marta Fernández Espinel

Cuántas cosas pasan en un año. El tiempo pasa a una velocidad vertiginosa: es la crueldad de ese reloj de arena en que los granos de deslizan más rápido de lo que quisiéramos; en que los momentos que importan parecen lejanos de un día para otro.

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El inexorable paso del tiempo a veces nos lleva a un olvido prematuro, irreversible. Pero no siempre es así. Hay momentos que se quedan grabados a fuego en la memoria, no solo personal sino también colectiva. El 17 de agosto de 2017 fue uno de ellos.

La ciudad que me ha visto crecer, las Ramblas por las que durante 4 años caminé de arriba abajo para ir a mi facultad, fue por unos días protagonista de unos hechos que hacen cuestionar la naturaleza de la humanidad.

Días en que la crueldad y el dolor se mezclaron con la bondad y la empatía. Las Ramblas se tiñeron de lágrimas, se embellecieron con flores, se llenaron de mensajes, de esas palabras que brotan directas del corazón; cantos de paz y de solidaridad.

Porque si una cosa está clara es que en las peores situaciones sale a relucir la esencia de cada uno, aquello que nos define como personas.

Hubo silencio, mucho silencio. Esa pausa dramática que es la antesala a la reacción, a la gesta, a la respuesta. Y en esos días calurosos de agosto, después de un silencio atroz, hubo un canto unánime. Un "no tinc por" que se alzó entre los escombros de tanta tristeza. Una frase que contenía un desafío pacífico, un clamor unánime para resquebrajar las bases del terrorismo.

Un año más tarde, recordamos y nos quedamos en silencio de nuevo. Las imágenes y las palabras salen de la caverna de los recuerdos para llenar de nuevo las primeras posiciones de nuestra memoria.

Pero, una vez más, después de este silencio, saldrá una voz renovada, enérgica, que volverá a salir a la calle a repetir el mensaje, a desafiar la injustica, a reclamar un mundo en que el silencio no sea la antesala de la acción. Sino que sea, solamente, silencio.

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