Ioar Rivas

Una detective de la contaminación
que afecta a la infancia

Ioar Rivas

Una detective de la contaminación
que afecta a la infancia

Ioar Rivas participará en un encuentro en vídeo en directo en los canales de Youtube y Facebook de EL PERIÓDICO, el próximo martes 20 de diciembre, a las 18.30 horas. Los lectores y lectoras que tengan preguntas para ella pueden enviarlas desde ya a entretodos@elperiodico.com o intervenir durante el acto por medio del canal de comentarios de las redes sociales de EL PERIÓDICO.

Texto: Michele Catanzaro
Infografías: Francisco José Moya
Ilustración: Leonard Beard

IEntre 2011 y 2015, la ambientóloga Ioar Rivas fue desvelando poco a poco una realidad desconcertante: niños y niñas que acudían a escuelas expuestas a la contaminación de los coches aprendían peor que los otros.

Rivas visitó 39 escuelas en Barcelona y Sant Cugat y pidió al alumnado que jugara a cuatro juegos de ordenador. Al inicio del curso, todos lo hacían más o menos de la misma manera, o sea bastante mal, ya que eran juegos que no habían visto nunca antes. En las visitas sucesivas, los jugadores mejoraban su puntuación.

A final de curso, había una brecha en los resultados entre alumnos más o menos expuestos a la contaminación de los coches

Sin embargo, la mejora era acusada sólo en las escuelas menos expuestas a la contaminación. Al contrario, era más moderada en las escuelas con más concentración de carbono negro y NO2, dos indicadores de polución, vinculados esencialmente con el tránsito rodado en las ciudades. En la cuarta visita, a final de curso, había una brecha en los resultados entre los dos grupos de alumnos.

Partículas como el dióxido de azufre (SO2) y el dióxido de nitrógeno (NO2), en exposiciones largas, contribuyen al deterioro cognitivo y aumentan el riesgo de padecer Alzheimer.

La contaminación se relaciona con desórdenes neurológicos y el desarrollo de Parkinson.

La exposición a contaminantes favorece el riesgo de muerte por problemas cardiovasculares como infartos.

El sistema respiratorio se irrita con la polución y puede conducir a una falta de aire, tos, asma y, en último término, a cáncer de pulmón

Las partículas contaminantes alteran el funcionamiento del sistema y contribuyen a trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes.

En zonas con más contaminantes en suspensión, como las ciudades, los problemas renales son más frecuentes.

Se vincula la polución a una reducción de la fertilidad y problemas en el desarrollo del embarazo.

Los juegos estaban diseñados expresamente para medir la atención y la memoria de trabajo (o sea, la RAM del cerebro, el sistema que permite gestionar la memoria de corto plazo). El reto es recordar formas, colores, o la dirección en la cual miran unos peces que aparecen en la pantalla. En el caso de la atención, Rivas detectó incluso efectos agudos: en días con picos de contaminación, se detectaba un empeoramiento. “Las diferencias son pequeñas. Son niños y niñas sanos. Pero si sumas toda la diferencia de capacidad que se acumula, ves que es un problema”, afirma Rivas.

Este estudio, llamado BREATHE, fue uno de los primeros en desvelar el coste para el neurodesarrollo infantil de tener ciudades llenas de coches. “Ahora soy madre y me preocupa”, comenta Rivas, que es investigadora en el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal), el centro que impulsó BREATHE.

En Barcelona, la contaminación provoca hasta 800 muertes prematuras al año y el 50% de los entornos escolares superan los límites legales de contaminación fijados por la UE. Sin embargo, la situación no es desesperada.

“En Barcelona, se están tomando iniciativas que pueden tener un buen impacto”, afirma Rivas, en referencia a las medidas municipales para pacificar el entorno de las escuelas. “Hay mucha movilización por parte de madres y padres, asociaciones que abogan por mejorar la calidad del aire y una movilidad más sostenible. Cada vez más gente está concienciada”, constata. El gran obstáculo es la resistencia que generan las políticas de reducción del tránsito.

Pero el pasado demuestra que el cambio es posible. El plomo de la gasolina era muy neurotóxico y su eliminación redujo ese problema. La liberación del coche de partes de la ciudad (a partir del caso pionero de Portal del Àngel) ha traído más beneficios que perjuicios.

“Una de las buenas noticias es que estos problemas podrían ser recuperables: en los estudios sobre atención vimos que cuando la contaminación bajaba se recuperaba atención, por ejemplo. En el caso de la memoria de trabajo, aún no sabemos si los perjuicios son reversibles”, afirma Rivas.

Nacida en Vic en 1986 y crecida en Manlleu, Rivas se estrenó como investigadora en el Centre de Recerca en Epidemiología Ambiental (CREAL), hoy integrado en ISGlobal. Su “superpoder” cómo científica es la experiencia desarrollada en medir la concentración de contaminantes en el aire.

Empezó a hacerlo en una investigación con mujeres embarazadas en Sabadell y luego se especializó durante una estancia en la Queensland University of Technology en Brisbane (Australia).  

"Si tengo una alternativa para caminar en un sitio con menos coches, intento ir por allí, pero no siempre lo pienso. El individuo no puede controlarlo todo"

Esta habilidad la llevó a los sitios más inesperados, desde Mozambique hasta São Paulo, donde midió la exposición a la polución de diversos colectivos. Tras su doctorado, trabajó en la Universidad de Surrey y en el King’s College de Londres, ambos en el Reino Unido, donde expandió sus medidas a otra fuente de contaminación: las partículas ultrafinas emitidas por los tubos de escape de los coches.

Desde 2019, Rivas ha vuelto a ISGloabl, donde trabaja en BISC, un estudio sobre el impacto de la contaminación en más de 1000 mujeres embarazadas, y más tarde en sus hijos e hijas.

Los estudios de Rivas apuntan a cambios estructurales en el cerebro de los niños con mayor exposición desde el estado de fetos. “Son cambios superpequeños de volumen, no son problemas clínicos. Pero hay que ver si son irreversibles”, constata la investigadora.

Rivas participó ella misma como voluntaria en el estudio BISC, durante su embarazo. ¿Cómo le afecta personalmente la conciencia de respirar contaminación? “Si tengo una alternativa para caminar en un sitio con menos coches, intento ir por allí, pero no siempre lo pienso. El individuo puede controlar algo, pero no todo”, concluye.