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¿Quién recuerda al combatiente republicano Julio Lizana?

  • Un lector de EL PERIÓDICO contactó con este diario a través de la sección de participación Entre Todos con la esperanza de localizar a familiares de un soldado enterrado en 1939 en Bellprat (Anoia).

  • Los restos de este combatiente republicano fueron exhumados el pasado mes de octubre.

La cruz en recuerdo al soldado Lizana.

La cruz en recuerdo al soldado Lizana. / Pere Ventura

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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La batalla de Santa Coloma de Queralt y la entrada de los nacionales en Igualada. Este capítulo concreto de la historia de la Guerra Civil ocupa desde hace más de 10 años a Pere Ventura, volcado en el estudio de los hechos ocurridos entre los días 14 y 22 de enero de 1939 en Catalunya. “Puede parecer un episodio local, de interés comarcal, pero fue más importante de lo que parece porque el bando franquista perdió muchos efectivos, sufrió más de un centenar de bajas”, asegura este investigador autodidacta. De ahí, la presencia de diferentes fosas, como confirman desde la Direcció General de Memòria Democràtica.

Ventura, de 48 años, lleva años visitando hemerotecas y archivos, recopilando mucha información, pero sobre todo disfruta reuniendo objetos que encuentra en rastros y haciendo trabajo de campo. Precisamente en una de esas excursiones al lugar de los hechos encontró, entre zarzales, una cruz de hierro. Unas maltrechas flores de plástico indicaban que al menos una persona conocía su existencia. ¿Un familiar? “En aquel momento no quise tirar del hilo para saber más, porque no sabía por dónde empezar y tampoco quería alertar a los vecinos, que a veces estos temas no les hacen mucha gracia”, recuerda este electricista de Igualada miembro del grupo de recreación histórica y divulgación de la Guerra Civil ‘Ejército del Ebro’.

Pere Ventura (el segundo por la derecha) junto a otros miembros del grupo de recreación histórica y divulgación de la Guerra Civil ‘Ejército del Ebro’.

/ Ejército del Ebro

Pasaron los años y el lector descubrió, hablando con personas mayores de la zona, que esa cruz honraba a un soldado muerto y enterrado en el lugar donde murió. Le contaron que la madre del mismo se estableció por allí al acabar la guerra, para estar más cerca de su hijo difunto. “Se llamaba Carolina y se dedicaba a vender trapos, hilos y botones por pueblos y masías de los alrededores; y parece que en muchas masías le ponían un plato en la mesa”, cuenta Ventura, que también pudo saber que un niño pequeño acompañaba a esta mujer mayor, posiblemente el hijo del soldado.

Hace 15 años unas personas visitaron el pueblo, buscando la tumba del soldado, según le explicaron unos vecinos. “Seguramente eran familiares, que por algún motivo habían perdido ya la situación exacta de la cruz. Y es evidente que la encontraron porque alguien colocó una pequeña inscripción con el nombre completo del soldado y la fecha de nacimiento y defunción”, continúa este apasionado de la historia. En la placa se podía leer Julio Lizana Rodríguez y los años 1907-1939.  

La placa en recuerdo a Julio Lizana Rodríguez.

/ Pere Ventura

La cruz está situada muy próxima a una línea de trincheras construidas cerca de una colina conocida como Pedrafoguera. El lector prefiere no dar la ubicación exacta de la cruz, como intentando protegerla. “Entre la Serra de Queralt y Valldeperes”, murmulla.

Según las averiguaciones de Ventura, en esa cota hubo un enfrentamiento entre la división hispano-italiana Frecce Verdi, que formaban parte del CTV (Corpo di Troppa Voluntari). “Esta división avanzaba a la derecha del ejército italiano y era comandado por el general Emilio Battisti. Entre los días 16 y 17 de enero de 1939 llegaron a estas cotas y las fortificaron, ya que delante tenían tropas de la 45 división Republicana y la presencia de algún tanque T-26 ruso, que les disparaba, impidiendo más el avance de los italianos durante horas”, detalla con precisión Ventura, quien considera más que probable que el soldado de la cruz perteneciera al bando republicano y perdiera la vida en ese combate. Un vecino de Bellprat le aseguró que hace años una fotografía de un soldado reposaba junto a la cruz, y que en ese retrato llevaba una gorra de plato. Este detalle indicaría, según Ventura, que se trataba de un oficial o suboficial del Exèrcit Popular. 

Sin cráneo ni extremidades superiores

La Direcció General de Memòria Democràtica inició una búsqueda de documentación histórica con el objetivo de recoger más datos sobre Julio Lizana Rodríguez y al mismo tiempo puso en marcha una búsqueda inversa para localizar a familiares vivos. “Gracias a la información recogida por Pere Ventura, facilitada por vecinos de la zona, se presumía que debajo de la cruz yacían los restos de este soldado, que fue encontrado y enterrado en este punto por los habitantes de una masía cercana, Cal Janot”, explican fuentes de la Direcció General de Memòria Democràtica.

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Las mismas fuentes, tras la excavación de los restos entre el 18 y el 28 de octubre de este año, confirman a este diario que se trata de “un individuo adulto, de sexo masculino, que se encontró en posición decúbito supino”. “Los huesos se encontraban en conexión anatómica estrecha –continúan-, si bien no se conserva el esqueleto entero: faltan el cráneo y las extremidades superiores”. Todo apunta, según recoge una base de datos a la que tuvieron acceso, que el soldado Lizana falleció por “un morterazo que le hirió gravemente en la cara”. 

Perfil genético

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El equipo de arqueología de Memòria Democràtica recogió muestras genéticas de las falanges de los pies del individuo para “obtener un perfil genético que pueda ser cruzado con los perfiles genéticos de familiares que se han inscrito en el Censo de personas desaparecidas y que participan en el Programa de identificación genética”, añaden desde el Departament de Justícia, Drets i Memòria, que también conservan objetos asociados al soldado como botones, llaves, un mechero y restos de una máscara antigás.

Al desconocer la identidad de los familiares, estos no pudieron ser avisados de los trabajos de excavación. “Pocas veces nos encontraremos con casos como este, donde sabemos de la existencia de una familia interesada y tenemos el cuerpo localizado”, subraya Ventura, quien espera que este artículo pueda llegar al hijo u otros familiares del soldado Lizana.