Entender + la nutrición

Los edulcorantes artificiales no son inocuos

Si bien se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcar es perjudicial para la salud, sus sustitutos los edulcorantes artificiales no son mejores, aunque la publicidad los presente como más saludables. Varios estudios alertan de riesgos de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Imagen de un lineal de alimentos en un supermercado.

Imagen de un lineal de alimentos en un supermercado. / EFE/ Luis Millan

3
Se lee en minutos
Carlos A. González Svatetz
Carlos A. González Svatetz

Investigador emérito del Instituto Catalán de Oncología.

ver +

Un estudio internacional sobre tendencias de obesidad entre 1975 y 2014 en más de 200 países mostró que la prevalencia de obesidad se había más que triplicado en varones (del 3,2% al 10,8%) y más que duplicado en mujeres (del 6,4% al 14,9%). En España en los últimos 15 años se ha duplicado, y en la actualidad el 16,4% de los varones y 15,5% de las mujeres padecen obesidad. Considerando también el sobrepeso, dos de cada tres adultos padecen sobrepeso u obesidad. La obesidad representa una de las nuevas y preocupantes pandemias a nivel mundial, asociada al riesgo cardiovascular (ECV), diabetes, 13 tipos diferentes de cáncer y artrosis.

Decenas de ensayos aleatorizados en la población adulta han demostrado que la ingesta de bebidas azucaradas como la Coca-Cola aumentan el riesgo de obesidad, y que la reducción de la ingesta de azúcar en la dieta disminuye el peso corporal. Existe además una sólida evidencia científica que muestra que un exceso de consumo de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de padecer enfermedad coronaria, ictus, hipertensión arterial y diabetes tipo 2. Podría estar asociada además a caries dental y algunos tipos de cáncer. Recordemos que una lata de Coca-Cola de 330 ml contiene 35 gramos de azúcar (unos nueve terrones) que proporcionan 150 calorías.

Ante la evidencia innegable de esta pandemia, las empresas productoras y comercializadoras de bebidas azucaradas adoptaron dos estrategias. La primera fue intentar ocultar su responsabilidad en el origen de la obesidad y para ello financiaron estudios dirigidos a otros presuntos factores, a la vez que financiaban generosamente sociedades de nutrición de España (según la web de Coca-Cola España, donaron a 74 organizaciones de salud, entre 2010 y 2016, más de seis millones de euros) y promovieron simposios en congresos de nutrición sobre las bondades del consumo de Coca-Cola. Intentaron y en parte lograron que sociedades de dietética y nutrición pusieran en duda la importancia del exceso de consumo de bebidas azucaradas en el origen de la obesidad. Incluso llegaron a publicar en 2003 un ‘Documento de consenso sobre obesidad y sedentarismo en el siglo XXI’ de expertos de nutrición españoles, uno de los cuales era directivo de Coca-Cola. Siguieron la misma estrategia que había aplicado la industria del tabaco anteriormente. Silenciar y comprar a expertos susceptibles.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Noticias relacionadas

La segunda alternativa ha sido sustituir el azúcar agregado por los denominados edulcorantes artificiales (EA), reduciendo las calorías del azúcar libre. Un gran número de estos productos -entre ellos el aspartano, el acesulfamo K (aditivo E-950) y la sucralosa- aparecen en el mercado, que se estima alcanza la cifra de unos 7.000 millones de euros. Estos EA se usan también en alimentos ultraprocesados y productos lácteos. Las empresas desarrollan un agresivo márketing para promocionarlas como libre de azúcar y de calorías, e inocuas porque no aumentarían el riesgo de obesidad ni de enfermedad. Pero la mayoría de estudios experimentales en animales en los últimos 10 años han mostrado efectos adversos, especialmente de ECV o que no reducen el peso corporal.

El pasado año se publicaron una revisión sistemática y metaanálisis de estudios prospectivos en humanos que mostró que el consumo de EA está asociado a un aumento del riesgo de ECV, diabetes y mortalidad global (doi:103390.nu13082636) mientras que otra revisión sistemática y metaanálisis encuentra también un aumento del riesgo de ECV. Recientemente se ha publicado un amplio estudio francés (doi:10.1136/bm-2022-071204) de seguimiento por internet de más de 100.000 participantes, con una metodología de evaluación del consumo de EA muy válida y rigurosa. El consumo más elevado de EA fue asociado también a un aumento del riesgo de ECV y cerebrovascular. La OMS y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria están evaluando estas sólidas evidencias. No sabemos qué harán Coca-Cola y la industria alimentaria, que se encuentra en un callejón sin salida. Mientras tanto, por un principio elemental de precaución, debemos sustituir las bebidas “libres de azúcar” por agua, que estamos seguros es inocua, nuestra salud lo exige.