Tatuaje de reparación: 'borrando' el zarpazo del cáncer con tinta

 "Se dará prioridad a personas en riesgo de vulnerabilidad social y/o económica", explica la Laura Cubero, organizadora del certamen, que abrirá sus puertas en Montjuïc (Pabellón 8 de FIra de Barcelona ), del 7 al 9 de octubre. Un día antes, tres maestros del tatuaje realista restañarán areolas y cicatrices. "Será maravilloso poder ayudar a pacientes que hayan pasado por esta experiencia y que no cuenten con medios para pagarse este servicio, y también servirá para dar a conocer esta técnica, la del tatuaje artístico de reparación, aún bastante desconocida por pacientes y cirujanos, pero con unos resultados increíbles, mejores incluso que los que ofrece la micropigmentación", asegura Cubero. Los interesados, explica, solo deben contactar a través de Instagram con la Barcelona Tattoo Expo.

Pionera andaluza

Una de las artistas que estará tatuando ese día será Mariló Fernández (Málaga, 1975), del estudo Tatto Stone. Fue la primera mujer profesional del tatuaje que hubo en Andalucía, y una de las primeras de toda España. Lleva manchándose con tinta china desde el 97. "Me he visto en convenciones siendo la única mujer, mis compañeros me hacían el vacío. Entonces estaba también Laura Juan, de Madrid, que yo recuerde, y poco más", cuenta. "En 2003, una amiga que había tenido cáncer de mama, me pidió que la tatuara, y así empecé en esto. Luego fue el boca-oreja, y cada vez me venía más gente de todas las ciudades", prosigue la artista, especialista también en tatuaje realista, color, 'cover up' (tapar tattoos) y maquillaje permanente. En artístico de reparación, además de las mastectomías, también arregla las secuelas de todo tipo de cirugías, y también quemaduras "feas".

"En 2013, cuando constituimos la Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales (Untap), y con el apoyo de la convención de Barcelona, me lancé con el Proyecto, para enseñar a otros tatuadores esta técnica en diferentes seminarios", explica la especialista, que no duda en consultar a médicos y cirujanos cuando aún le asalta una duda sobre una piel demasiado vascularizada o a la que le falta mucho tejido. De todas formas, aclara, "para la mayoría de casos se pide el consentimiento del médico, verbal o escrito, sobre todo en tema oncológico. En última instancia son ellos los que saben qué tratamiento ha seguido el paciente y qué medicación ha llevado".

Acudir a profesionales

De ahí la importancia de buscar siempre a un profesional, que esté dado de alta según la normativa vigente en cada autonomía, y que tenga años de experiencia. "A mí me han llegado mamas tatuadas por ilegales, destrozadas... En la pirámide de la formación de un tatuador, en la punta de arriba está el tatuaje de reparación, porque para realizarlo se necesitan todas las demás habilidades: trazar líneas, hacer rellenos, sombreados, dibujo artístico... Tienes que tener una técnica muy natural, y hay que ir con cuidado porque pueden ser personas con daños en el sistema linfático y una infección en esos casos puede desencadenar problemas mucho mayores que en una piel normal", comenta.

Por lo demás, detalla, "se usan las mismas herramientas y las mismas tintas".

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Engañar con un trampantojo

El tatuaje artístico de reparación requiere esperar un tiempo. "Mínimo seis meses, y hasta dos años. Hay que valorar si la cicatriz ya está parada o aún sigue el proceso de curación", dice Mariló, que antes de ponerse manos a la obra, se toma su tiempo. "Las pacientes suelen llegar nerviosas. Es algo muy importante. Yo les dibujo la areola completa. Si viene con una , copio la otra, y si viene sin nada, les dibujo las dos. Suelo pintar las dos, porque con el tiempo la tinta varía de color, y así se verán iguales. Muchas veces, como detalle, si tiene una cicatriz feílla, la disimulo con un dibujo. Un pájaro, una flor, una parra... me han pedido de todo. Se trata de engañar a la vista, hacer un trampantojo".

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Cuenta la artista malagueña que la diferencia con la micropigmentación es, básicamente, la profundidad de la piel a la que se trabaja. "En el tatuaje profundizamos más por debajo de la lámina basal, que es donde se regenera la piel, y en la micropigmentación se trabaja por encima. De modo que a medida que va regenerando la piel ese pigmento se va disolviendo y desaparece con el tiempo". En resumen, la reparación con tatuaje dura más.

"No puedo decir que sean mis trabajos más impresionantes, artísticamente hablando, pero sin duda son los más gratificantes. Cuando se miran al espejo y empiezan a llorar yo tampoco puedo contenerme", dice.

Desde el otro lado

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Ironías del destino, Mariló ha conocido este verano lo que es estar al otro lado, ser ella la enferma. Su madre y su tía murieron de cáncer de mama y a ella le detectaron más de 60% de probabilidades de padecerlo. "No me lo pensé. Me puse en lista de espera. Me quité las mamas y me las han reconstruido el pasado junio. Estoy muy bien, recuperándome", relata.

Su próximo gran trabajo la está esperando en Barcelona, el próximo día 6 del Octubre Rosa.