Limón & Vinagre, por Emma Riverola Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Isabel Díaz Ayuso: la verdad perpleja

De vientos e intereses sabe mucho Isabel Díaz Ayuso. Pero tildarla de mentirosa sería demasiado simple. Su misión es otra: habitar más allá de la razón. Ayuso no derrota la verdad, simplemente la deja perpleja

Isabel Díaz Ayuso, nombrada ’presidenta’ de Tabàrnia

Isabel Díaz Ayuso, nombrada ’presidenta’ de Tabàrnia / Luis Millásn / Efe

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Emma Riverola
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Según la mitología griega, Pandora fue la primera mujer de la Tierra. Siguiendo esa tradición milenaria de convertir a las féminas en culpables de todos los males, la leyenda afirma que la primigenia desafió a los dioses y abrió el recipiente que debía custodiar cerrado. Ya se sabe, fisgona y desobediente. Lo cierto es que Pandora la lio parda y, tan pronto como rompió el precinto, se liberaron todas las desgracias de la humanidad: enfermedades, guerras, hambrunas, sufrimiento, ira, envidia... Entre tantas calamidades, también escapó Ápate, la encarnación del engaño, maestra en ardides, trucos, fraudes y embaucamientos. En 'La calumnia de Apeles', Sandro Botticelli la pintó con una antorcha en la mano, simbolizando la rapidez con la que se expanden los rumores. 

Ápate sigue entre nosotros. Burlándose de unos y de otros. Susurrando aquí y allá. Alma milenaria vestida con ropajes nuevos: fake news, posverdad, desinformación, trumpismo...  En estos días de incertidumbre, la verdad ha perdido poder de seducción y su defensa está bajo sospecha. Ya se sabe, cosa de algún "autoritario de izquierdas" o, peor aún, de algún experto avinagrado. Esos que se dedican a desautorizar a los políticos que interpretan la realidad según sopla el viento de sus intereses.  

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De vientos e intereses sabe mucho Isabel Díaz Ayuso. Pero tildarla de mentirosa sería demasiado simple, demasiado incompleto. Es cierto que no le duelen prendas al afirmar, sin ápice de vergüenza, que la excepción ibérica pactada entre España y Portugal con la UE es culpable del aumento del recibo de la luz. Poco importa que esta medida haya evitado que la factura suba un 18% más de lo que ha subido y que baste con mirar a otros países de Europa para celebrar la iniciativa. No, nada de eso importa. Son detalles verificables, racionales, pero no dejan de ser unos datos más en el páramo de la confusión. La misión de la presidenta de la Comunidad de Madrid es otra: habitar más allá de la razón. Ayuso no derrota la verdad, simplemente la deja perpleja. 

Así se quedó Pablo Casado al plantear un pulso que perdió de forma rotunda, súbita y humillante; el hombre aún anda desubicado. También doblegó a Pablo Iglesias; el podemita quiso plantear las elecciones autonómicas madrileñas como un combate contra el fascismo, sin entender que una ciudadanía extenuada por la pandemia solo ansiaba tomarse una caña en la terraza. La denuncia de la amenaza trumpista frente a la aparente alegría de vivir. Ahí, en las apariencias, está el arma más potente de Ápate, digo de Ayuso. 

La presidenta de Madrid, con ese aire desacomplejado, orgulloso y frívolo, hace algo más que trenzar la verdad y la mentira. Jordi Claramonte habla de la "ilusión estética" de Ápate. El filósofo reflexiona sobre la teoría de las artes, pero algunos de los caminos que traza son transitables para la política. "Ápate es siempre una trampa que es efectiva no en nuestra imaginación o no solo en ella, sino que se trata fundamentalmente de una ilusión que consigue ser efectiva en el paisaje que compartimos y disputamos", apunta Claramonte. Ápate como la capacidad de crear un ardid que atrae a los que se dejan seducir, ilusionar, engañar en el polarizado paisaje de la incertidumbre. 

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En el espejismo de Ayuso, quien advierte del erial desértico pasa a ser algo más que un estorbo. Es el triste, el sombrío, el pájaro de mal agüero. El típico cenizo que, en mitad de la película, te recuerda que todo es ficción…, o que en Madrid se ha superado por primera vez el medio millón de pacientes en lista de espera para el especialista. Adiós a la magia. Con lo bien que lo estábamos pasando.  

Ayuso ha empezado fuerte el curso político. Afirma sin rubor que las intervenciones en el mercado van en detrimento de los ciudadanos y solo sirven para aumentar los precios. ¿Qué más da la guerra de Ucrania, la emergencia energética, el contexto endiablado y las amenazas que se ciernen sobre Europa? La cuestión es marcar perfil propio. Ante el PSOE, ante su propio partido o ante Vox. Si hace falta, se presta a la fantochada y es investida 'excelentísima presidenta' de Tabarnia. "Catalunya is Spain", proclama. Y qué risas al compararse con Isabel la Católica, y qué simpática es. Al fin, que nada ni nadie le roben el foco del artificio. Que la sucia realidad del mundo cotidiano y precario no estropee la promesa del alegre y placentero paraíso de Ápate.