Entender + las relaciones y la sexualidad

Relaciones sexuales a oscuras

A algunas mujeres les cuesta tener sexo con alguien si hay una luz encendida que muestre todo su cuerpo, sufren por unos complejos inculcados por una sociedad que nos quiere con un cuerpo imposible. La presión estética empobrece nuestra sexualidad. Y esta presión empieza desde muy pequeñas. 

Una bombilla en la oscuridad.

Una bombilla en la oscuridad. / Europa Press

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Elena Crespi Asensio
Elena Crespi Asensio

Psicóloga especializada en sexualidad.

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Algunas mujeres que vienen a mi consulta me explican que les cuesta encender la luz cuando tienen relaciones sexuales. Sobre todo me lo han explicado mujeres cisgénero que han incorporado la presión estética desde que la sociedad las ha tratado en femenino, es decir, desde siempre. Pero también es algo que pasa a todas las mujeres, en general. Habitar la categoría de mujer te coloca la presión estética por encima de manera inmediata.

A muchas personas les puede parecer una tontería que alguien quiera apagar la luz durante las relaciones sexuales y que no hay que “tener manías” y poder tener sexo compartido de manera natural. Pero hay quien no puede, por mucho que se esfuerce no puede. O si accede a tener sexo con alguien con la luz encendida está todo el rato sufriendo por cómo la verá la otra persona, por si se le marca la barriga, por la cara que pondrá, por si le ven el culo demasiado gordo, los pechos caídos o demasiado pequeños, y un largo etcétera. Y tener sexo sufriendo de este modo inhibe el placer. Y esto no tendría que pasar.

Muchas de estas mujeres, cuando están a oscuras, se dejan llevar y pueden conectar más con el placer que cuando se sienten expuestas por una luz que muestra la totalidad de su cuerpo. Y el placer tendría que estar presente con luz, en penumbra y a oscuras. Se tendría que poder jugar de cualquier manera sin que los complejos inculcados por una sociedad que nos quiere con un cuerpo imposible nos machaquen y nos torturen.

La presión estética que se ejerce sobre las mujeres empobrece nuestra sexualidad. Y esta presión empieza desde muy pequeñas, desde el nacimiento. “Cuando mi hija va con vestido todo el mundo le dice lo guapa está”, me decía una amiga esta mañana. Y yo le decía que en casa nos pasa lo mismo. El día que nuestra hija lleva vestido o algo 'supuestamente femenino' recibe una cantidad de comentarios que no recibe el día que va con pantalones o que no recibe, vaya como vaya, mi hijo. Y ya desde pequeñas (ahora os hablo de niñas de 4 años pero esto pasa desde que nacieron) entienden que reciben una mirada donde “estar guapas” y “ser bonitas” es muy importante.

¿Y qué pasa cuando no se encaja con los cánones de belleza del momento? ¿Cuando se tiene un cuerpo no normativo? Que esto te hace sentir que no encajas, que no eres suficiente y tienes que batallar con todo ello. Y esto afecta a la vida sexual de la mayoría de mujeres.

¿Y qué pasa cuando tienes un cuerpo normativo? ¿Cuando se tiene un cuerpo que sí encaja con los cánones estéticos? Que no es suficiente puesto que los cánones estéticos son imposibles. ¿Te fijas que ni las chicas con cuerpos normativos están contentas con su cuerpo? Está claro que el impacto y las limitaciones no son las mismas pero nunca es suficiente. Nunca se está lo bastante bonita.

Y la imagen que tenemos de las mujeres sexuales es una imagen de mujeres bonitas, perfectas. Por lo tanto, si sientes que no encajas en el modelo o que no eres suficientemente bonita esto afecta a tu sexualidad. 

Evidentemente, no afecta a todas del mismo modo y las hay que pueden vivir una sexualidad individual y compartida con libertad y placer pero este molde estético que no existe pone límites a la posibilidad de poder vivir una sexualidad de manera libre y placentera.

Quizás a ti te ha pasado. ¿Has dudado de tener relaciones sexuales con alguien por miedo a que no le gustara tu cuerpo? ¿Has dejado de hacer algo porque has pensado que estabas demasiado gorda? ¿Te ha dado vergüenza quitarte la camiseta porque pensabas que tu poco pecho no le resultaría atractivo a la otra persona? ¿Sientes que no eres sexual porque tienes dificultades de movilidad y tu cuerpo no es normativo? ¿Te da vergüenza (o miedo) mostrar tu cuerpo porque eres mujer y tienes un pene entre las piernas? ¿Piensas que no puedes gustar a alguien porque te falta un brazo o un pecho?

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Esta sexualidad machista donde se prioriza una 'perfección' imposible de los cuerpos nos limita. Los cuerpos están hechos para disfrutar, sean como sean. Y si batallamos contra esta presión estética absurda seremos capaces de vivir y disfrutar nuestra sexualidad en mayor medida de lo que estamos haciendo ahora. Si aprendemos a detectar la presión estética a la que las mujeres estamos sujetas y vemos lo absurda que es aprenderemos a valorar todos los tipos de cuerpos.

La presión estética resta placer a tu sexualidad y a la de las otras personas. ¿Te sumas a la lucha para valorar todos los cuerpos?