Entender + las relaciones y la sexualidad Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Decidir abortar no es como decidir si quieres un café o un cortado

Es curioso que siempre debamos estar al quite para vigilar que nuestros derechos no retrocedan o se vulneren

Un grupo de jóvenes se manifiestan con pancartas a favor del aborto.

Un grupo de jóvenes se manifiestan con pancartas a favor del aborto. / Feed

4
Se lee en minutos
Elena Crespi Asensio
Elena Crespi Asensio

Psicóloga especializada en sexualidad.

ver +

Cuando un país no avanza para asegurar los derechos humanos de todos las personas e, incluso, retrocede quitando derechos a quienes más los necesitan significa que todos tenemos que activar nuestro estado de alarma.

Una vez, una persona conocida me dijo que los derechos humanos solo eran un papel. ¿Un papel? Sí, está claro. Y mi hipoteca también es un papel. Y un contrato laboral también es un papel. Los pactos relacionales también se pueden poner en un papel. La factura de una compra también es “solo” un papel… Pero detrás de estos papeles hay pactos relevantes.

Los derechos humanos son claves para poder velar y luchar por los mínimos que toda persona merece y que, ahora mismo, evidentemente, no toda persona disfruta. Y, a veces, cuando pensamos en países donde los derechos humanos no se cumplen tenemos tendencia a pensar en países del Sur global pero, oh sorpresa, resulta que Estados Unidos (el país de las oportunidades) no garantiza los derechos humanos a todas las personas. Esto no es un secreto, ya sabemos que es un país donde hay mucho racismo, clasismo, LGTBI-fobia y tantas otras discriminaciones. Como todos. Pero los Estados Unidos se ha vendido como la tierra donde puedes conseguir lo que te propongas, y no es cierto. Y ahora se ha sumado un elemento más a la lista de las cosas que no puedes conseguir en aquel país. Abortar.

Y hay quien se piensa que abortar no tendría que ser un derecho. El Tribunal Supremo norteamericano piensa que abortar no debe ser un derecho. Y lo tiene que ser. Tomar una decisión de este tipo tiene que ser una posibilidad porque si esta no existe, la alternativa es terrorífica.

Tener el derecho a abortar forma parte de los derechos sexuales, forma parte de la salud sexual. Y quien hace campaña antiabortista debe de pensar que quien toma la decisión de abortar lo hace con la misma facilidad y cotidianidad como quien escoge si quiere un café o un cortado. Para algunas personas la decisión es algo que le pesa mucho y se le come la culpabilidad (culpa que hemos aprendido de una sociedad patriarcal vinculada con las religiones machistas), para otros es la única decisión posible (independientemente de si sienten culpa o no). Y lo que es más importante: nadie tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de otra persona.

Tener relaciones sexuales compartidas, si eres fértil y hay compatibilidad reproductiva, implica que haya riesgo de quedarse embarazada (y, también, de contraer infecciones de transmisión sexual). Incluso con medidas anticonceptivas puede haber riesgo, porque pueden fallar. Nada funciona a la perfección. Incluso una persona antiabortista puede quedarse embarazada en un momento en el que le sea imposible seguir con el embarazo y, entonces, ¿qué hará? ¿Seguir adelante con todo lo que una maternidad no deseada en un momento no deseado implica?

Que el derecho al aborto esté garantizado no significa que de repente todo el mundo se dedique a interrumpir embarazos porque sí. Quiere decir que hemos dado un paso más hacia garantizar este derecho humano.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Y evidentemente lo que necesitamos es una mejor educación sexual para evitar algunos embarazos no deseados que no hubieran llegado si la sexualidad no fuera un tabú tan grande y hubiera una buena educación sobre este tema. Necesitamos una buena educación sexual para tener claro a qué apetece jugar y a qué no, para poder decir qué nos gusta y qué no, para poder tener autoestima y asertividad sexual, para conocer y no traspasar los límites que invaden a la otra persona, para ampliar el abanico de posibilidades del juego sexual y huir del coitocentrismo machista, para incorporar la diversidad en nuestra mirada y en nuestra vida, etcétera. Pero, a pesar de que haya una muy buena educación sexual, el riesgo de que haya un embarazo no deseado seguirá existiendo porque los preservativos no son métodos infalibles, porque una persona puede olvidarse de tomar las pastillas anticonceptivas, porque puede haber algún incidente que comporte riesgo de embarazo y este incidente no se tiene que pagar con el nacimiento de una criatura no deseada.

Noticias relacionadas

Es curioso que todo aquello que tiene relación con las mujeres y/o con la capacidad reproductiva siempre esté en el punto de mira. Es curioso que siempre hayamos de estar al quite para vigilar que nuestros derechos no retrocedan o se vulneren… Ay no, espera… No es curioso, es el cisheteropatriarcado.

Como dijo Simone de Beauvoir: “No olvidéis nunca que habrá suficiente con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres -y yo añado, y de las minorías oprimidas- vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, tenéis que permanecer vigilantes toda vuestra vida”.