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‘Eufòria’: bueno para TV-3 y para el catalán, ¿también para la música?

El ‘talent show’ a la catalana se ha anotado un estridente éxito de audiencia (29,7% en la gala final del viernes) y afronta ahora dos conciertos a lo grande, en el Palau Sant Jordi (16 y 17 de julio). ‘Eufòria’ ha rejuvenecido la audiencia de TV-3 y atraído a la muchachada a contenidos en catalán, territorio baldío en las plataformas digitales, si bien despierta objeciones en el sector musical, que lleva tiempo reclamando a Televisió de Catalunya otro tipo de programa, que eche una mano a las compañías y refleje la actualidad discográfica.

Final de Eufòria, Mariona se convierte en la primera ganadora del concurso.

Final de Eufòria, Mariona se convierte en la primera ganadora del concurso.

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Jordi Bianciotto
Jordi Bianciotto

Periodista

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A Mariona Escoda, 21 años, le puede parecer que ha alcanzado la cima tras ganar la primera edición de ‘Eufòria’, pero sabrá también que esto es solo el comienzo: le tocará demostrar si estamos ante un espejismo televisivo o una artista. “Vamos a ir a por todas para crearle una carrera”, anuncia Salvador Cufí, presidente de Música Global Discográfica, la compañía que gestionará los pasos de la cantante a partir del hoy omnipresente modelo de 360º: grabaciones, ‘management’, giras, derechos editoriales.

No hay duda de que, para TV3, ‘Eufòria’ solo ha representado buenas noticias, refrescando su audiencia y cumpliendo con su mandato de promover el catalán en un contexto audiovisual complicado. “Y temas de debate como la identidad de género, la racialidad o los cuerpos normativos los ha abordado de un modo muy interesante”, añade el editor Lluís Gendrau, presidente del Grup Enderrock. Ahora bien, “desde un punto de vista musical”, el programa “responde a un patrón estereotipado”, y con su formato de competición, “ni siquiera se puede considerar musical, porque la música ahí es una excusa”. Una crítica que nos retrotrae a los tiempos del primer fenómeno ‘OT’, dos décadas atrás.

Dinero público para entretenimiento

Llueve sobre mojado: el mundillo musical lleva muchos años (tras la agonía del lejano ‘Sputnik’) reclamando a TV-3 que haga el favor de crear un programa que informe de la actualidad discográfica y que sirva para promocionar a los creadores autóctonos. Hay proyectos sobre la mesa, que contemplarían incluso la colaboración de las televisiones valenciana y balear. Falta el dinero: ‘Clipping’, espacio de videoclips, “está ahora en el congelador porque no hay presupuesto, que depende del ICEC y que prefirió apostar por ‘Eufòria’”, señala Gendrau. Lanza una pregunta: “¿El departamento de Cultura debe ser quien financie un programa de entretenimiento como es un ‘talent show’?”.

Las novedades discográficas se han abierto paso en el ‘Telenotícies’, merced a la presión de agentes como la Acadèmia Catalana de la Música, cuyo presidente, Gerard Quintana, cree que TV-3 practica “un agravio enorme hacia el sector musical profesional”. Pero el cantante recuerda que suele tratarse a la música poniéndola siempre “al servicio de algo, nunca valorándola por sí misma”. Si bien recuerda que otro programa de la casa, ‘No me la puc treure del cap’ “demostró que se podía ser líder de audiencia en ‘prime time’ basándose cada semana en una sola canción”, ya fuera ‘Paraules d’amor’ (Serrat), ‘El mig amic’ (Peret) o ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’ (Sisa).

Las canciones del futuro

Se encaja con deportividad el éxito de ‘Eufòria’, pero se insiste en que hace falta algo más. O mucho más. “Hay una explosión creativa en Catalunya y la respuesta de los medios públicos debe ser más amplia y transversal”, opina Lluís Gendrau. Y ‘Eufòria’, al fin y al cabo, es una lanzadera de intérpretes, no de compositores. ¿Y las canciones del futuro? “La autoría es muy importante, es aquello que remueve los cimientos”, evidencia Gerard Quintana.

Ahí, Damià Rodríguez, Lildami, ariete de la música urbana y miembro del jurado, recuerda que “un cantante no tiene por qué ser un compositor” (la historia lo avala: Elvis, Sinatra, Fitzgerald y centenares más). Él pasó un casting para ser juez, rol al que optaron por renunciar colegas como Lluís Gavaldà (Els Pets), que, tal como reveló en este diario, se veía incómodo en el papel de evaluar a otros artistas. Lildami se explica. “Mis estudios musicales no son técnicos, pero me he hecho un lugar en la industria, sé lo que es grabar una canción y dirigir una banda, y puedo dar consejos útiles”.

Recelos en la profesión

Hay otro aspecto de ‘Eufòria’ que ha causado recelos: la implicación de una única compañía discográfica, Música Global, aliada con la productora Veranda Televisión. Propuesta que pasó en su día la criba de la Crida, convocatoria periódica de la ‘corpo’, y de la que “no había conocimiento en la profesión”, observa Gerard Quintana, que ve ahí “falta de sensibilidad, o conocimiento, o conciencia de lo que es el sector”. Para Gendrau, “una televisión pública debe ser más cuidadosa”. Salvador Cufí responde recordando que “al principio, nadie creía en ‘Eufòria’, y después todos han querido colar a sus artistas como invitados”.

Entretodos

De los 16 concursantes que han pasado por el programa, solo el ganador está comprometido a fichar por Música Global, recuerda el presidente de la compañía. “Y ahora sabemos que el programa ha sido un éxito, pero si no lo hubiera sido, nosotros habríamos tenido que asumir igualmente el compromiso con el ganador”, añade. “Otros compañeros presentan proyectos y me parece maravilloso. Cuantas más cosas se hagan, mejor”.

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Coinciden todos en que TV-3 debe ir más allá del concurso de ruiseñores. “Hay que saber aprovechar el enorme talento de este país, en el que esperamos a que Rosalía triunfe en el mundo para decir que es de aquí”, reflexiona Quintana. Ahí, Salvador Cufí desliza buenos augurios. “Claro que hace falta otro tipo de programa. ¡Lo necesitamos! Pero creo que, después del éxito de ‘Eufòria’, TV-3 apostará más por la música”, vaticina. ¿Es bueno entonces este programa en clave estrictamente musical? Puede haberlo sido, pero podría llegar a serlo mucho más todavía.