Elecciones presidenciales Análisis Interpretación de las noticias a partir de unos hechos comprobados, incluyendo datos, así como interpretación de cómo puede evolucionar el tema en base a acontecimientos pasados.

Colombia: el riesgo de que todo (políticamente) se vaya al carajo

La intención de voto de los colombianos de cara a la segunda vuelta electoral indica que el próximo presidente será el populista admirador de Hitler Rodolfo Hernández. ¿Por qué estaría dispuesto el grueso del país a darle la Casa de Nariño a un hombre sin apenas experiencia de gestión, machista, de ideas simples y modos chabacanos actualmente investigado por la justicia? Las consecuencias son imprevisibles.

Un cartel electoral de la candidatura de Rodolfo Hernández.

Un cartel electoral de la candidatura de Rodolfo Hernández.

5
Se lee en minutos
Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

ver +

Un escalofrío recorre la espina dorsal de la democracia colombiana: el candidato populista Rodolfo Hernández, el hombre que alguna vez dijo que Adolf Hitler le parecía un personaje admirable, no solamente ha pasado a la segunda vuelta de las presidenciales sino que tiene todo a favor para ganar en la votación prevista para el próximo día 19. Los sondeos le otorgan 10 puntos de ventaja sobre el candidato de izquierda Gustavo Petro, el exalcalde de Bogotá que por arte de birlibirloque –electoral–, de ser el ‘outsider’ se ha convertido en el representante del ‘establishment’. De locos. ¿Por qué tendría un país tan difícil de gobernar como Colombia la tentación de llevar a la Casa de Nariño al “viejito loco”, como le dicen en todo el país, émulo de Trump, Bolsonaro y el salvadoreño Bukele? ¿El auge del populismo va a arrastrar al abismo al país andino? ¿La democracia colombiana es lo bastante sólida para resistirlo?

La herencia de Duque

Hernández se presenta como antipolítico, reniega de los políticos tradicionales y su única bandera es la lucha contra la corrupción –sobre todo la corrupción política–: eso, en un país que viene de padecer cuatro años de uno de los peores políticos que han gobernado desde la Casa de Nariño, ha sido suficiente para convencer a muchos. “La bronca colectiva de la sociedad con Duque es grave, y a partir de Duque con todos los políticos”, dice Omar Rincón, profesor de la Universidad de los Andes y autor de ‘De Uribe, Santos y otras especies políticas’. “Duque ha maltratado tanto a Colombia, ha sido tan cínico, tan indolente, tan lejano, que la gente está muy brava: los jóvenes, los indígenas, las feministas, los afros, la gente mayor, todo el mundo está muy bravo”. Bravo, por si no se entiende, en colombiano quiere decir enfadado.

"La gente quiere algo nuevo, lo que sea, así sea un viejito loco. En Colombia él es el ‘outsider’, el que es diferente a todos los demás, el que rompe con el pasado, y la gente lo que quiere es romper con el pasado", dice Ricardo Ávila

El deseo de cambio

Brava, cansada de políticos lejanos e indolentes (Duque es la gota que rebosa la copa, pero la copa ya venía llena), la gente mira más allá, ¿y quién está más allá? Hernández. “Hernández es la expresión de la antipolítica que está tan de boga en el mundo”, dice Ricardo Ávila, analista sénior del diario ‘El Tiempo’. “La gente quiere algo nuevo, lo que sea, así sea un viejito loco. En Colombia él es el ‘outsider’, el que es diferente a todos los demás, el que rompe con el pasado, y la gente lo que quiere es romper con el pasado”. Lo interesante, lo rocambolesco de todo esto es que Petro haya pasado a ser identificado con todo eso con lo que hay que romper: el ‘outsider’ por excelencia, el revolucionario de izquierdas, el exguerrillero, el hombre que se ufanaba de ir contra el sistema, de repente es el exalcalde de Bogotá, el excongresista; en el fondo, un político como los demás. “Petro encarnaba la rebeldía”, dice Rincón, “pero una rebeldía clásica, porque lleva años diciendo lo mismo y en cierto modo ya es un clásico”.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

En alerta

Petro pronunció la palabra ‘suicidio’ para referirse a la posibilidad de que Hernández sea elegido presidente y desde entonces la palabra sobrevuela la campaña. Se suele decir que la colombiana es una democracia sólida, pero es igual de cierto que no hay muchos estados más difíciles de gestionar en la región. ¿Están dispuestos los colombianos a entregar el mando a una persona sin apenas experiencia en gestión, actualmente investigado por irregularidades cuando fue alcalde de Bucaramanga, machista, chabacano y cuyo único norte presidencial es la lucha contra la corrupción? Más que dipuestos, al parecer. Y el país está en alerta. O una parte de él, al menos. “Harían bien los colombianos en presionar y exigir que las campañas sean explícitas y claras en la defensa de la institucionalidad. Solo así la esperanza de cambio expresada en las urnas no terminaría en una enorme frustración con consecuencias impredecibles”, alertó el editorial del periódico ‘El Espectador’ tras la cita electoral. Hablando de Hernández, el diario decía: “Su campaña se construyó sobre un discurso simplista, agresivo y de “ellos”, los “malos”, contra “nosotros”, los “buenos”. Por eso se ha ganado merecidas comparaciones con la estrategia política de Donald Trump y Jair Bolsonaro”.

“Petro siempre está produciendo miedo porque sus propuestas siempre apuntan a cambiar el ‘statu quo’, y Colombia es una sociedad tremendamente conservadora”, dice Omar Rincón

Conservadores

Noticias relacionadas

Así las cosas, al margen de los votos que arrastren por méritos propios, Petro y Hernández van a arrastrar los votos del miedo que genera su contrincante. “Petro siempre está produciendo miedo porque sus propuestas siempre apuntan a cambiar el ‘statu quo’, y Colombia es una sociedad tremendamente conservadora”, dice Rincón, “pero también produce miedo por algunas propuestas con las que él mismo se ha metido autogoles, como la de dejar de lado la producción petrolera”. Rincón cree que mucha gente que se considera demócrata va a votar a Petro (“saben que votar por Hernández es votar por la desinstitucionalización”), pero admite que tendrá mucha fuerza el voto de “la gente que está cansada de todo”. “La gente a la que todo le importa un pimiento y dicen qué importa si nos vamos al carajo mientras algo pase”.

Dos semanas

Hernández, como bien dice ‘El Espectador’, es el maestro del discurso simple. Para ilustrarlo, Ávila cuenta una conversación que tuvo el candidato con el director de ‘El Tiempo’, Roberto Pombo, hace unos días. “Roberto le preguntaba cuál era su programa económico y él decía que va a acabar con la corrupción, le preguntaba cuál era su plan de seguridad y él decía que va a acabar con la corrupción. Nunca se sale del mensaje, y le ha salido bien. Si las elecciones fueran mañana, ganaría, pero el problema es que no son mañana, y en dos semanas puede pasar de todo, que este señor de un paso en falso y así como subió la ola, se desinfle y salga Petro”. Pero, avisa, salga uno u otro, el país va a terminar pagando una cuota muy alta. “Aquí estamos ante dos populistas, uno de izquierdas y uno de derechas, con diferentes grados de irresponsabilidad. No hay manera de que esto salga bien”.

Temas

Colombia