Entrevista

Alberto Beretta: “Flaubert comprende a los idiotas, Proust es más cruel”

El crítico italiano acaba de publicar en España ‘Proust: guía de la ‘Recherche’ (Editorial Elba), donde repasa las claves de ‘En busca del tiempo perdido’, la obra maestra del escritor francés, e invita a los indecisos que posponen una y otra vez su lectura a sumergirse en su cautivador universo. Beretta subraya que la ‘Recherche’ es mucho, mucho más que el episodio de la madgalena.

Alberto Beretta Anguissola, en su residencia romana.

Alberto Beretta Anguissola, en su residencia romana.

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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-El imaginario popular asocia la ‘Recherche’ con el pasaje de la magdalena, pero en 2.400 páginas hay muchos pasajes. ¿Cuál es su favorito?

-Sí... Me gustaría decir que, en mi opinión, se presta una atención exagerada a una serie de temas de la novela de Proust que han eclipsado el resto. Todo lo que tiene que ver con la memoria, el análisis psicológico, el alma humana, todo eso es muy fuerte, y muy bello, pero hay mucho más. Está por ejemplo al lado cómico de la novela, los personajes ridículos, que nos hacen reír, que son muy divertidos, fantásticos, Charlus, por ejemplo, pero no solamente él… Está el lado trágico, la enfermedad, la muerte, el sufrimiento. Hay muchas, muchas cosas, así que es muy difícil escoger un pasaje, pero, por ejemplo, encuentro que es formidable la narración de la velada Verdurin en ‘La prisionera’, y en especial la llegada de la reina de Nápoles. Es una pequeña obra maestra y tiene una gran dimensión épica. Lo encuentro maravilloso.

-Hay varias razones que hacen de 'La búsqueda' una novela perdurable. ¿Y si le pidiera que eligiera una, solo una?

-Lo que me hace amar a Proust por encima de todos los demás escritores es su sonrisa, su mirada dulce sobre la realidad, sobre el sufrimiento humano. Proust es un amigo, un amigo cercano que nos sonríe, y eso me gusta mucho. Y la gran riqueza de temas, y la melodía de las frases. Para mí una frase de Proust es algo magnífico, como una música extraordinaria. Esas son las cosas que más amo de Proust.

"Lo que me hace amar a Proust por encima de todos los demás escritores es su sonrisa, su mirada dulce sobre la realidad"

-Explica en el libro que la ‘Recherche’ admite diferentes niveles de lectura. En el nivel más superficial, ¿qué es exactamente la novela de Proust? ¿Una obra sobre la memoria, sobre el olvido, sobre el tiempo?

-Todo eso, pero no solo eso. También hay toda una dimensión social, es un gran fresco social, mundano, algo casi teatral, basado mucho en la conversación. Para el lector que ni es un académico ni es un especialista eso es muy importante.

-“El amor por la ‘Recherche’ es más existencial que literario”, escribe. ¿Qué significa eso exactamente? ¿La 'Recherche' está de algún modo más allá de la literatura? ¿De qué manera?

-Lo que quiero decir es que el amor por la ‘Recherche’ forma parte de la existencia. Proust, cuando se lo conoce, se convierte en parte de uno mismo. Proust es una manera de ver el mundo, la vida y la gente de la que uno ya no se puede separar. Es un poco una enfermedad, porque la visión del mundo de Proust no es muy saludable que digamos, pero es una enfermedad deliciosa.

"Proust es una manera de ver el mundo, la vida y la gente de la que uno ya no se puede separar"

-Lo cito de nuevo: "Puedes escribir una obra maestra contando una serie de tonterías”. Y en la página siguiente: “Hay algo sublime en la estupidez”. Dígame, ¿cuál es el lugar de la estupidez en la ‘Recherche’?

-Tenga en cuenta que al escribir eso me refería a Flaubert, el gran artista de la estupidez. Mire, en Flaubert la estupidez es metáfora de la decadencia, mientras que en Proust es cómica, hace reír, no llorar, como en Flaubert. Dicho esto, creo que la visión que tiene Proust de la estupidez es más malvada que la de Flaubert, porque Flaubert comprende a los idiotas, mientras que Proust es más cruel.

-¿Cómo se materializa la influencia de Balzac y de los novelistas rusos en la ‘Recherche’?

-¡Ah!, me encanta esta pregunta. ¿Sabe usted?, a veces me gusta escandalizar a los críticos diciendo que la ‘Recherche’ es la novela más bella de Balzac. No creo que haya que darle muchas vueltas al hecho de que la ‘Recherche’ tiene raíces muy poderosas en el siglo XIX, sobre todo en Balzac. El episodio de la reina de Nápoles en ‘La prisionera’ podría perfectamente haber sido escrito por Balzac. En cuanto a los rusos, diría sobre todo Dostoievski. El lado trágico de la ‘Recherche’ tiene una gran similitud con ciertas cosas de Dostoievski, y me refiero sobre todo al sentimiento de culpa del narrador hacia sus padres. Proust se sentía culpable de haber hecho sufrir a su madre, e incluso de haberla empujado hacia la muerte.

"Me gusta escandalizar a los críticos diciendo que la ‘Recherche’ es la novela más bella de Balzac"

-¿Diría que la ‘Recherche’ es un continuado esfuerzo para defender que la homosexualidad y la heterosexualidad no son opuestas?

-Para empezar, no sé si recuerda que en ‘El tiempo recobrado’ Proust escribe que una novela donde hay una idea es como un regalo donde se ha dejado la etiqueta del precio. Así que no hay una idea: hay muchas ideas sobre la homosexualidad. Proust dice que los homosexuales forman una raza maldita, algo aparte, algo opuesto, pero luego la novela avanza hacia lo que se llama la “convergencia de los opuestos”, donde lo que parece lo opuesto en realidad no es lo opuesto. En ese sentido, la homosexualidad sería solo una cuestión de matiz: todo el mundo es un poco homosexual, como de hecho dice Freud. De modo que no hay razones para considerar a los homosexuales como personas diferentes.

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-Cuénteme, ¿cuándo y en qué circunstancias se enamoró de la ‘Recherche’?

-Leí la primera vez ‘Por el camino de Swann’ a los 16 años, y me gustó mucho el principio, pero ‘Un amor de Swann’ me aburrió un poco, porque todo ese análisis de los celos, a los 16 años… A los 16 años no sabes lo que son los celos. Y no lo acabé. Después, en la universidad, volví a leerlo pero empecé por la mitad, por ‘Sodoma y Gomorra’, ¡y me divertí muchísimo! Me reía a carcajadas. Entonces comenzó mi amor por Proust, y lo releí todo desde el principio. De hecho, uno solo comprende lo que quiere decir Proust cuando lo relee la segunda, la tercera o la cuarta vez. Hay un misterio que se revela poco a poco. La lectura no es fácil, hay que trabajar, hay que sufrir.

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