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10 canciones que reflejan la fascinación occidental por Rusia

Billy Joel en Moscú.

Billy Joel en Moscú.

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Jordi Bianciotto
Jordi Bianciotto

Periodista

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El pop y el rock de occidente jugaron su papel en la caída de la superpotencia soviética seduciendo a la ciudadanía, pero a su vez, tanto la URSS como Rusia han inspirado a los artistas de este lado del mundo, una pulsión con motivaciones que van del homenaje a los tótems culturales a la simpatía ideológica, pasando por el pánico al gigante o el morbo. Recorremos diez temas que reflejan ese influjo a lo largo de los años.

‘Moskau’, Dschinghis Khan (1979)

Este grupo alemán creado para participar en Eurovisión-78 (con la canción titulada, precisamente, ‘Dschinghis Khan’), declaró aquí su amor hacia la entonces capital soviética a golpe de disco-pachanga con un baile de inspiración cosaca. El tema llegó a ser un ‘hit’ clandestino en la URSS, y la televisión estatal osó emitir un clip de 15 segundos que le costó el cargo a su director. Audaz versión en castellano de Georgie Dann: “Moscú, Moscú / como los acróbatas / dando saltos mágicos / Solos en Moscú”.

‘Perspectiva Nevski’, Franco Battiato (1980)

El malogrado cancionista italiano rindió un sentido homenaje a la avenida más despampanante de San Petersburgo en una época en que todavía no era pasto del turismo de masas. Se la imaginaba “a treinta grados bajo cero”, con la bendición de Nijinski, Stravinski y Eisenstein, apuntado a las utopías con deslices surrealistas: esas imágenes de “orinales puestos bajo el lecho por la noche”. Comprensible o no, es una de sus composiciones más bellas.

‘Ataque preventivo de la URSS’, Polansky y el Ardor (1982)

Clásico de la ‘movida’, espoleado por el terror al holocausto nuclear en tiempos de Reagan y Breznev, manejaba temerarias rimas en la voz de Víctor Manuel Muñoz: “No, no, no, no, no tengo novia / y no me mola el pacto de Varsovia / Ese señor me tiene gato / y no me mola el tratado de la NATO”. Pese a su aspecto muy ligado a una época, el tema ha tenido otras vidas en las versiones de Amphetamine Discharge y Eric Fuentes.


‘Mujeres rusas’, Alaska + Dinarama (1983)

Los rusos, de nuevo, como amenaza que planeaba sobre nuestra plácida existencia occidental: “hay cien mujeres rusas / en el espacio exterior” que “van buscando la aniquilación / de los estados de la unión”, cantaban Alaska y Carlos Berlanga en este atolondrado exponente de la nueva ola y la ‘movida’.

 

‘Russians’, Sting (1985)

En aquellos estertores de la guerra fría (aunque eso no se sabía), Sting hacía notar que rusos y occidentales “compartimos la misma biología, más allá de la ideología”, y expresaba el deseo (entendemos que retórico) de que “los rusos amen a sus hijos también”. Pieza con citas a la suite ‘El teniente Kijé’, de Prokofiev, y video de Jean-Baptiste Mondino. Hace unos días, Sting declaró que ‘Russians’, un tema retirado de sus repertorios, volvía a tener vigencia como “súplica por nuestra humanidad en común”.

‘Leningrad’, Billy Joel (1989)

Billy Joel fue una de las primeras estrellas pop en realizar una gira por la Unión Soviética (actuando en Moscú, San Petersburgo y la georgiana Tiflis). Eso fue en 1987, y de ahí salió esta canción que traza paralelismos entre las vidas del cantante neoyorkino y del payaso ruso Viktor Razinov, con citas a episodios históricos (posguerra, caza de brujas, crisis de los misiles en Cuba) y un abrazo fraternal como conclusión. Como tantas otras canciones de inspiración rusa, contiene una cita clásica, aquí al primer movimiento de ‘Concierto para violín’ de Chaikovsky.

‘My october symphony’, Pet Shop Boys (1990)

Tras la caída del campo socialista, a un veterano compositor ruso le vence la nostalgia y se pregunta si es hora de reescribir su sinfonía en honor a la revolución de octubre, acaso cambiándole la dedicatoria: “¿de la revolución a la revelación?”, desliza con vistas al advenimiento del capitalismo. Una de las más sublimes canciones del dúo, con guiños a Shostakóvich, insinuante base house, cuerdas del Balanescu Quartet y guitarra con wah-wah de Johnny Marr (The Smiths).

‘A Rússia’, Antònia Font (2001)

Rusia, como un estado mental asociado a una tierra imaginaria, remota, en la que hace “una rasca insuperable” y contagia una lánguida tristeza. Canción regada con imágenes oníricas, en la que buscar paralelismos literales con la realidad es aventurado. Joan Miquel Oliver abre las puertas de una catedral y se encuentra en el país euroasiático, allí donde “hi viu sa gent amb zero graus / se congelen i s’aguanten”.

‘Moskau’, Rammstein (2004)

Til Lindemann, cantante de este grupo alemán de metal industrial, nació en Leipzig (antigua República Democrática) y, según ha declarado, la URSS fue parte de su imaginario sentimental. En este tema mira al Moscú turbo-capitalista como la vieja dama bella y sofisticada que se corrompe y prostituye. Una dolida declaración de amor a la ciudad, “la más bonita del mundo” pese a sus “manchas rojas en la frente” y a que “se desnuda solo por dinero”.

‘Panzerkampf’, Sebaton (2008)

La marcial banda metalera sueca da un paso al frente para defender el honor de la URSS en su papel de cortafuegos de la Alemania nazi en este tema inspirado en la batalla de Kursk (1943), una de las más multitudinarias de la historia, con más de un millón de soldados involucrados. El estribillo no oculta la simpatía por la gesta del Ejército Rojo: “Oh, madre Rusia / Unión de tierras / La voluntad del pueblo”.

En EL PERIÓDICO hemos creado una comunidad de apasionados por la música conducida por el crítico y experto musical Jordi Bianciotto.

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