Los peligros de las nuevas tecnologías

Parecía tan bonito: libros para entender las trampas del mundo digital

El diseño de un nuevo mundo basado en la tecnología por parte de un puñado de empresas a las que mueven intereses meramente corporativos, por un lado, y los riesgos de entregarlo todo al reinado del algoritmo, por otro, han espoleado la escritura de ensayos sumamente críticos con ese imperio que se extiende por todo el mundo desde los despachos con mesa de billar de Silicon Valley. Usamos todo lo que sale de allí con asombro acrítico, pero quizá hay que hacerse más preguntas.

Algunos de los libros recomendados.

Algunos de los libros recomendados.

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Parecía tan bonito… Internet, teléfonos inteligentes, la información al alcance de un clic, los amigos al alcance de un clic, todo absolutamente al alcance de un clic. El mundo en una pantalla multicolor y la pantalla multicolor en el bolsillo. El ideal de miles de millones de personas intercontectadas a través de una red infinita. Lo bautizaron ‘futuro’ y parecía eso, magnífico. Pero, como gran parte de las revoluciones, pronto empezó a mostrar sus puntos débiles. No, no era tan bello. El nuevo mundo no era altruista, desinteresado y hermoso. Era un negocio, y no cualquier negocio: el que ha engendrado a las multinacionales más grandes y acaparadoras. Su crecimiento ha sido posible porque sus bienes se consumen en todo el planeta, y porque sus inventos forman parte de la rutina de una enorme mayoría. Pero hay que tener cuidado. Hay que saber estar en el mundo digital, y la mayoría no sabe hacerlo.

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“Cada vez que usamos un algoritmo, especialmente uno gratuito, debemos preguntarnos sobre los propósitos ocultos. ¿Por qué esta app me está dando todo esto gratis? ¿Qué éstá haciendo realmente este algoritmo? ¿Es este un intercambio con el que estoy cómodo?”, escribe Hannah Fry en ‘Hola mundo. Cómo seguir siendo humanos en la era de los algoritmos’ (Blackie Books), el ensayo en el que la autora británica pone en guardia contra el imperio del algoritmo: ese en el que el hombre se adentra dócilmente y sin cuestionamientos. Las preguntas de Fry podrían ser un resumen del grueso de este tipo de literatura: parece bonito, pero no lo es. Siempre hay algo detrás, y es de ciudadanos responsables identificarlo.

Es posible que quien mejor sepa de esto sea el francés Éric Sadin, autor de una obra consistente en la que denuncia los excesos, peligros e intereses ocultos del mundo digital. Suyas son, por ejemplo, ‘La inteligencia artificial o el desafío del siglo’ y ‘La silicolonización del mundo’, ambas editadas en castellano por Caja Negra. En ‘La silicolonización del mundo’, Sadin no solo señala que Silicon Valley es antes que nada un espíritu colonizador que se esparce por el mundo de variadas formas (el filósofo francés dice que las ‘start up’ son la avanzadilla de esa colonización), sino que ese espíritu le ha arrebatado a la mayor parte de la gente su soberanía individual. Somos títeres. Escribe Sadin: “Debemos no solo afirmar en voz alta y clara ‘ustedes han llegado demasiado lejos’, sino sobre todo, ‘ustedes no van a cruzar este límite’. Ustedes no van a cruzarlo porque hacerlo nos arrastraría hacia una cuantificación generalizada, una mercantilización integral de la vida y una organización algorítmica de la sociedad”.

Es cuestión de abrir los ojos y de pensar en el futuro. Si en tan poco tiempo la tecnología ha avanzado tanto y se ha impuesto de forma tan avasalladora, ¿qué puede ocurrir en los próximos 50 años? Está en juego eso, el futuro del hombre, y lo señala desde el título ‘La lucha por el futuro humano’, de Jeremy Naydler (Atalanta), un volumen que denuncia que lo amenazado es el humano en sí mismo; de hecho, lo humano, que es su ingrediente principal. Los intereses corporativos son el único norte de las empresas que están ejecutando la gran metamorfosis, así que no pueden traer nada colectivamente bueno. La mejor manera de hacerles frente, dice Naydler, es volviendo a los valores esenciales de lo humano. La lectura al revés es la que importa: la revolución digital está despojando al hombre de su humanidad.

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En la misma línea abundan libros como ‘La nueva edad oscura’, de James Bridle (Debate), ‘Framers. La virtud humana en la era digital’, de Kenneth Cukier, Viktor Mayer-Schönberger y Francis de Véricourt (Turner) o ‘¿Te va a sustituir un algoritmo?’, de Lucía Velasco (Turner), mientras que otros como ‘Irresistible. ¿Quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos?’, de Adam Alter (Paidós), ‘Clics contra la humanidad. Libertad y resistencia en la era de la distracción tecnológica’, de James Williams (Gatopardo), o ‘Anestesiados’, de Diego Hidalgo (Ariel), tienen en común que indagan en los mecanismos que permiten que un porcentaje elevado de la humanidad se encuentre ahora mismo en estado de acrítico alelamiento ante la revolución de los aparaticos.

Al final, lo que proponen todos estos libros y sus autores es que ejerzamos un mínimo de resistencia. De ello concretamente habla ‘Resistencia digital’, del colectivo Críptica (Descontrol), cuya contraportada avisa: “Hemos convertido el smartphone en el principal intermediario que nos pone en contacto con el mundo: prácticamente la totalidad de actividades humanas se encuentra en vías de realizarse a través de una aplicación”. Qué miedo.