La puesta a punto de las viviendas

En junio de 2020 la Comisión Europea dio el pistoletazo de salida al relanzamiento de una economía europea maltratada por la pandemia con la aprobación de los fondos 'Next Generation'. Una inversión de 750.000 millones de euros, la mayor en toda la historia de la Unión, cuyo propósito es reorientar el crecimiento de Europa hacia una economía verde, que apueste por la digitalización y las tecnologías limpias. Entre sus principales objetivos figura la reducción de las emisiones de CO2. El parque edificado del continente es el responsable del 40% de estas emisiones, lo que convierte a la rehabilitación energética en una de las protagonistas del ‘Green Deal’ europeo. 

Así lo refleja el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, que define la estrategia española para la distribución de los fondos europeos, donde la rehabilitación de la vivienda es el segundo apartado más dotado, con un total de 6.820 millones de euros, de los cuales 5.820 deben destinarse a la rehabilitación energética.

Estamos ante una oportunidad única de mejorar un parque edificado obsoleto. En Catalunya, cerca del 60% de los edificios fue construido antes de 1980, cuando España reglamentó por primera vez una norma sobre aislamiento térmico, y el 70% es anterior a 2006, cuando por primera vez una norma habla de ahorro de energía.

Las oportunidades, si no se aprovechan, pasan de largo. La UE ha establecido que el 70% de los proyectos candidatos a recibir subvenciones deben de ser aprobados entre 2021 y 2022, y el 30% restante lo deberá estar en 2023. Además, todos los trabajos relativos a estos proyectos deben concluir antes de 2026.

Hemos empleado todo 2021 en concretar la canalización de los recursos que se han de emplear para la rehabilitación energética de barrios, edificios y viviendas y se ha traspasado la gestión y la administración de esta parte de los fondos a los gobiernos autonómicos. A Catalunya -si se cumplen las previsiones- le corresponderán el 16,6%, en proporción a su población, lo que supone 1.132 millones en subvenciones. De la posibilidad de acceder a los créditos europeos aún no se tienen noticias.

Son recursos que necesitamos materializar urgentemente, si queremos poner en marcha uno de los proyectos más ambiciosos que tiene hoy Catalunya: la rehabilitación anual de 25.000 viviendas durante las próximas tres décadas, para disponer en 2050 de un parque con un consumo de energía casi nulo. 

Los colegios de la arquitectura técnica, de arquitectos, de administradores de fincas y el Gremio de Constructores han colaborado con la Agència de l’Habitatge de la Generalitat para disponer de instrumentos con que abordar este enorme reto, que ha de traducirse en la organización de Oficinas Técnicas de Rehabilitación para orientar a la ciudadanía y ayudarla a sacar el máximo provecho de esta oportunidad. Oficinas que deben ser uno de los motores que permitan que el esfuerzo rehabilitador no se agote en 2024, cuando se acaben los fondos europeos, y generar una cultura del mantenimiento. Estamos dispuestos a trabajar en el desarrollo de nuevas herramientas digitales para los técnicos, en la agilización de los procedimientos administrativos para la concesión de las ayudas, y en las campañas de publicidad y difusión de las mismas.

Pero el dinero, siendo importante, solo es una materia prima. Los fondos 'Next Generation', por sí solos, no podrán alcanzar el objetivo de rehabilitar el envejecido parque de viviendas. Necesitamos un proyecto y una planificación que no llegan. Es incomprensible que el Gobierno del Estado tarde más de un año en preparar un plan para desplegar unas inversiones europeas con las que ya deberíamos estar trabajando, tal y como hacen otros Estados de la Unión y, aún más incomprensible, que sigamos aceptando que las licencias urbanísticas municipales tarden más de un año en concederse. Hemos aceptado la ineficiencia de nuestras administraciones como algo normal.

Si queremos aprovechar los fondos europeos debemos abandonar la improvisación. Es necesario digitalizar el estado de nuestro parque de viviendas, es preciso disponer de datos fiables para planificar el futuro y aplicar políticas acertadas.

Los ‘Next Generation’ representan una gran ocasión -quien sabe si la última- para lograr una administración más eficiente en todos sus niveles. Para ello, es ineludible un liderazgo con un proyecto claro y una actitud valiente, y es imprescindible una administración ágil y eficiente, tanto en el Gobierno del Estado, como en el de Catalunya y en los municipios. Sin estos cambios de mentalidad y actitud no conseguiremos reactivar la economía ni incrementar el empleo, y lo que es más importante: no podremos dejar una sociedad más sostenible a las futuras generaciones. 

Si los estudios de mercado están en lo cierto, lo más probable es que usted haya realizado algún apaño en casa recientemente. Según los datos de AECOC Shopperview, el 64% de los consumidores ha hecho alguna mejora en su hogar en los últimos meses, ya sea una reforma o simples tareas de redecoración. La pandemia nos ha forzado a estar más tiempo en casa, que ya no solo es el lugar en el que dormimos y pasamos el fin de semana. Ahora también es el espacio en el que trabajamos, estudiamos, cocinamos y pasamos nuestro ocio. El hogar es nuestro templo y queremos estar a gusto en él.

Esta fiebre por el bricolaje se refleja en los resultados del sector. Tras la reapertura de los establecimientos, la facturación de la ferretería ha registrado picos de crecimiento trimestrales de hasta el 60%, y el sector cerró 2021 con un crecimiento cercano al 20%. Las grandes superficies especializadas están siendo el motor de este crecimiento, pero la pandemia ha impulsado el negocio de las ferreterías de proximidad. Los confinamientos y las restricciones en la movilidad impuestas durante el inicio de la crisis sanitaria facilitaron que muchos consumidores redescubrieran la tienda que tienen debajo de su casa. El bricolaje requiere de asesoramiento, y si de algo saben los ferreteros es de acompañar, aconsejar y fidelizar a sus clientes. 

La resiliencia de la ferretería y del bricolaje en tiempos de dificultad económica es una constante. En la crisis económica de 2008, la caída de los ingresos redujo el presupuesto de las familias en partidas como el ocio o el turismo, lo que hizo que parte de sus inversiones se destinaran a la mejora y adecuación de sus hogares. 

A la incertidumbre económica, la crisis sanitaria del coronavirus ha añadido un cambio de tendencia, como es la domesticación de casi todos los ámbitos de nuestro día a día. Nuestro hogar es ahora el centro de nuestras vidas y el bricolaje se ha convertido en nuestro mejor aliado. 

Pero el sector ha hecho algo más que aprovechar una corriente favorable. La ferretería ha sido siempre un negocio tradicional que, sin embargo, en este contexto ha acelerado su proceso de digitalización. El 23% de los consumidores ha comprado productos de bricolaje por internet en los últimos seis meses, pero es que en estos dos años de pandemia el teléfono y el whatsapp se han convertido en canales de venta relevantes para muchos operadores. 

Ante las dificultades planteadas por la pandemia, el sector del bricolaje se ha revitalizado, y no solo actualizando sus formas de vender, sino también de promocionarse. 

En los años 90 del siglo pasado, el programa de televisión ‘Bricomanía’ animó a muchos ciudadanos a armarse con martillos, alicates y brochas para lanzarse a hacer sus arreglos domésticos e incluso diseñar sus propios muebles. Kristian Pielhoff es aún hoy el representante de todos los manitas de España. 

Hoy, el relevo de ‘Bricomanía’ lo han tomado los ‘influencers’ del sector. A la sombra de los Rubius o Ibai de turno, hay decenas de creadores de contenido que han logrado consolidar comunidades alrededor de temáticas muy específicas. ‘Youtubers’ como ‘Efe Uno Joaquín’, ‘Enredando No Garaxe’, ‘Mimos de Mami’ o ‘Steffido’ suman decenas de miles de visualizaciones en cada uno de sus vídeos y tienen un papel fundamental a la hora dar a conocer técnicas, herramientas y tendencias en el mundo de la ferretería, el bricolaje y la decoración. 

Su papel es fundamental para mantener vivo al bricomaníaco que muchos llevamos dentro. De hecho, el 43% de los consumidores afirma que tiene interés en mejorar sus habilidades en bricolaje, y hasta el 56% recurre a tutoriales de Youtube para aprender. Y la gran noticia para el sector es que muchos de los que se están lanzando al bricolaje gracias a internet son los jóvenes, según los datos de AECOC Shopperview. 

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Llegar a nuevos públicos es uno de los grandes retos para el bricolaje y cualquier otro sector. Internet no solo está siendo la puerta de entrada de muchos jóvenes, sino también de las mujeres. Muchos operadores están dirigiendo sus estrategias hacia estos nuevos consumidores multiplicando las opciones de compra digitales, colgando tutoriales en las redes sociales, y también diseñando tiendas más atractivas, experienciales y, por qué no, ‘instagrameables’. 

El bricolaje no es inmune a la incertidumbre en la que están instalados todos los sectores. El cierre de los establecimientos dejó por el camino a muchos negocios, la crisis de materias primas obliga a afinar las estrategias y las cifras actuales de crecimiento tenderán a estabilizarse, a no mucho tardar. Lo que nadie podrá negar es que el bricolaje ha hecho de la crisis sanitaria una oportunidad para reformularse y responder a las nuevas necesidades del consumidor.