Entrevista

Ángel 'Chuco' Quintero: "La salsa es un antídoto contra la violencia"

Este sociólogo puertorriqueño es capaz de mezclar la salsa, el reguetón, Beethoven, la democracia, la raza y el género en un solo discurso y además contagiar las ganas de bailar. El pasado 20 de octubre estuvo en Barcelona para presentar su libro 'La danza de la insurrección' en el marco del festival Say It Loud. El volumen está editado por Clacso, cuesta 25 euros y se vende en la librería de la cooperativa La Ciutat Invisible (Riera d'Escuder, 38).

El sociólogo puertorriqueño Ángel ’Chuco’ Quintero tras su conferencia en la Ciutat Invisible.

El sociólogo puertorriqueño Ángel ’Chuco’ Quintero tras su conferencia en la Ciutat Invisible. / JORDI COTRINA

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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-¿A más salsa, menos violencia?

-Claro. La salsa es un antídoto contra la violencia porque está fundamentada en el diálogo.

-¿En qué sentido?

-Existen varios niveles de diálogo. A nivel sonoro está el diálogo entre la melodía, la armonía, el ritmo, las texturas… En la salsa no hay una estructura piramidal en la que la melodía domine sobre todo lo demás, sino que cada elemento tiene su personalidad.

-Pues cualquiera diría que lo que predomina es el ritmo.

-Eso es lo que creen las personas que no están acostumbradas a la tradición rítmica afroamericana, sino a un ritmo más sencillo. La Novena Sinfonía de Beethoven es muy rica en melodía pero el ritmo es sumamente pobre: tan, tan, tan, tan, taaan, ta-tan…

"La Novena Sinfonía de Beethoven es muy rica en melodía pero el ritmo es sumamente pobre"

-Uy, ¿ha dicho que Beethoven es "pobre"?

-La música occidental tiene una historia preciosa, sobre todo en su desarrollo melódico y armónico, pero desde el siglo XVII ha ido perdiendo en el ritmo. Los músicos de salsa aprenden música occidental, porque es parte de nuestra tradición, pero también es nuestra la tradición afro, donde el ritmo juega un papel muy importante.

-Usted compara ese diálogo sonoro que se produce en pie de igualdad en la salsa con la historia de la desigualdad de las relaciones humanas.

- Las potencias coloniales dominaban el mundo caribeño a nivel económico y político y también intentaron dominarlo a nivel ideológico. En las sociedades caribeñas se dieron muchas luchas para mantener su riqueza dialógica. A finales del siglo XIX la música bailable en el Caribe era muy parecida al vals, que era una manifestación burguesa, pero en el XX el tango, la samba, la guaracha o el jazz se convierten en las grandes músicas populares, también en Occidente.

"La riqueza dialógica de la samba, el jazz, la salsa y el reguetón tiene consecuencias políticas"

-La música también es política.

-La riqueza dialógica de estas músicas, y más tarde la salsa o el reguetón, tiene consecuencias políticas. El diálogo implica dar valor al otro y eso contribuye a una cultura más democrática.

-Estudió Sociología en la London School of Economics, un centro muy prestigioso pero a priori poco salsero.

-Aprendí mucho de la tradición intelectual inglesa, que a finales de lo años 60 estaba muy concentrada en entender la cultura obrera y en el factor de clase, del obrero frente al burgués. Pero en aquella gran tradición de estudios culturales faltaba algo.

-¿El qué?

-El fenómeno de la otredad vinculado a la raza y a lo afro, que en América era muy importante. Profundizando en esa problemática me di cuenta de que era algo que iba más allá del pigmento de la piel o de los rasgos físicos, significaba otras formas de moverse y de entender el tiempo que tenían que ver con la expresión de una estética musical.

"Nuestras músicas y bailes forman parte de la contribución caribeña al entendimiento de la humanidad"

-Estudiando aquellas músicas podía entender mejor la sociedad caribeña.

-Sí, pero no se trataba de estudiar ese fenómeno y sus implicaciones solo en América. Nuestras músicas y bailes forman parte de la contribución caribeña al entendimiento de la humanidad y a la alegría del mundo.

-¿Sus profesores de entonces entendieron la propuesta?

-No, porque no era parte de su vivencia. El fenómeno migratorio posterior ha llevado a los europeos a entenderlo mejor, pero el colonialismo intelectual aún es muy fuerte. Sin embargo tengo mucha esperanza en los jóvenes europeos, que incorporan con naturalidad el rap o la salsa. La tradición occidental es muy verbal y letrada, pero hay otras formas de comunicación y conocimiento.

"En la salsa el hombre no dirige a la mujer, hay mucho diálogo"

-¿En qué se basa para decir que la salsa promueve el diálogo entre hombre y mujer?

-Es el resultado de un proceso histórico. Por siglos de patriarcado se supone que el hombre dirige a la mujer en el baile, pero mi experiencia con la salsa es que hay mucho diálogo y no son patrones impuestos. Los 15 o 20 pasos básicos no tienen un orden fijo, sino que se van dando de acuerdo a la comunicación entre la pareja.

-¿Cómo explica la irrupción del reguetón en Europa y la fascinación que ejerció entre los más jóvenes?

-Frente a la riqueza en la elaboración de lo sonoro de la música clásica o la salsa, el reguetón se basa en el sonido mecánico. A los que somos mayores nos puede parecer un sonido pobre y simple, pero es el elemento fundamental de la atmósfera sonora de los jóvenes.

-¿Por eso conectan enseguida?

-Claro. Todos los músicos de reguetón con los que he hablado se consideran hijos de la salsa, pero necesitaban hacer otra cosa para desmarcarse de las generaciones anteriores y mostrar su personalidad, también en la forma de expresar la sexualidad. Pero el reguetón de ahora frente al de hace 20 años es mucho más rico.

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-La perspectiva histórica ahuyenta los prejuicios.

-Cuando uno ha estudiado historia de la música se da cuenta de que estos momentos están presentes en muchas músicas. En Europa ocurrió con la popularización del vals. Que un hombre agarrara por la cintura a una mujer se consideraba escandaloso y hubo una reacción tremenda. La historia de la música permite entender el presente y la posibilidad del porvenir.