Conversaciones de salud

Covid persistente: mucho más que “un poco de estrés”

La OMS acaba de definir el covid persistente como una enfermedad. Sin embargo, algunos médicos siguen confundiéndolo con un trastorno psicosomático. La autora del mayor análisis de artículos sobre esta condición pide acciones contra un problema de salud pública de primera magnitud.

Sonia Villapol.

Sonia Villapol.

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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“Pasé el covid en marzo de 2020. Tengo dolor articular, mialgias, cefaleas diarias, cansancio extremo, diarreas semanales… Me he incorporado a trabajar y mi cuerpo no responde. Me han visto diferentes especialistas y todos me diagnostican depresión y ansiedad. Estoy desesperada. No sé qué hacer”. Este testimonio de Elena, una lectora de EL PERIÓDICO, parece encajar con el vía crucis que están recorriendo muchos pacientes con covid persistente.

Esta enfermedad agrupa las secuelas de largo plazo de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. La OMS la reconoció oficialmente tan solo en octubre. “Hay que llamar la atención a los médicos para que la traten según su sintomatología y no la asocien automáticamente a algo psicosomático o al estrés de la pandemia”, advierte Sonia Villapol. 

"Los médicos no deben asociar automáticamente el covid persistente a un problema psicosomático"

Sonia Villapol, neurocientífica del Methodist Hospital Research Institute de Houston (Texas)

Esta neurocientífica española que trabaja en el Methodist Hospital Research Institute de Houston (Texas) es coautora de un análisis de casi 20.000 artículos publicados sobre la enfermedad. Villapol conversó en directo con los lectores a través de las redes sociales de EL PERIÓDICO el 28 de octubre. Su intervención sobre covid persistente es la tercera de una serie de Conversaciones de Salud promovidas por EL PERIÓDICO y apoyadas por la Fundación Doctor Antoni Esteve, en el marco de la Red de Científicas Comunicadoras, una iniciativa para amplificar la voz de las investigadoras en el debate público. 

Entre un 10% y un 30% de los infectados

“Es una enfermedad que se está desenmascarando día a día. No estamos en posición de hacer predicciones definitivas, pero podemos augurar que va a desencadenar un problema de salud pública y socioeconómico”, afirma Villapol. Aunque la mayoría de afectados por covid se recuperan, hay entre un 10% y un 30% que siguen con secuelas, estima la científica. En algunos casos, pero no en todos, estas desaparecen con rehabilitación.

En su trabajo, Villapol identificó 55 síntomas, siendo el más común la fatiga, un agotamiento que hace cansado incluso el caminar. También se dan dolor de cabeza, trastorno de la atención, pérdida de cabello, de gusto y olfato y dificultad para respirar. En el ámbito pulmonar se registran tos, dolor de pecho, apneas del sueño y fibrosis pulmonar; en el cardiovascular, arritmias, miocaditis, tinnitus y sudoración nocturna.

"Podemos augurar que el covid persistente va a ser un problema de salud pública y socioeconómico"

Sonia Villapol, neurocientífica del Methodist Hospital Research Institute de Houston (Texas)

“El parecido con el síndrome de fatiga crónica, que también puede tener origen viral, es muy grande”, observa Villapol. La investigadora cree que el impulso para entender el covid persistente también beneficiará a los pacientes con ese síndrome, poco estudiado en comparación con su afectación.

De hecho, en ambos casos no hay un diagnóstico muy claro. La reciente definición de la OMS es muy genérica y no se conocen biomarcadores que identifiquen la enfermedad de forma incontrovertible. Los expertos se están centrando en marcadores que señalizan una inflamación sistémica, como el dímero D y la ferritina. 

Sin relación directa con el covid agudo

Tampoco hay una relación directa con el hecho haber pasado un covid grave. “Los pacientes que fueron hospitalizados tienen más probabilidad de covid persistente. Pero también hay jóvenes asintomáticos que empiezan a tener síntomas meses después de la infección”, explica Villapol. Mientras el covid agudo afecta más a los hombres, el persistente tiene mayor impacto en mujeres que rondan los 50 años, con diabetes, asma o problemas cardiacos. 

“El virus circula por nuestro cuerpo y afecta a distintos órganos. Estamos ante una enfermedad multisistémica”, afirma la investigadora. Hay diversas hipótesis sobre su mecanismo molecular. Una es que el sistema inmune hiperactivado empiece a dañar al organismo (autoinmunidad). Otra es que bolsas de virus se depositan en zonas concretas del organismo, causando inflamación. Otra es la presencia en muchos órganos de pequeños coágulos de sangre. Y finalmente, está por determinar si hay patrones genéticos que puedan influir.

"No es aceptable que una persona pierda su trabajo por una enfermedad no diagnosticada"

Sonia Villapol, neurocientífica del Methodist Hospital Research Institute de Houston (Texas)

“No sabemos qué futuro les espera a los pacientes. Yo soy optimista: hay mucha investigación, algunas terapias y van saliendo nuevos tratamientos”, afirma Villapol. Las mismas vacunas recortan drásticamente la probabilidad de sufrir covid persistente en caso de contraer el agudo, e incluso benefician a pacientes que lo contrajeron antes de vacunarse, recuerda la científica. 

Soluciones urgentes

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“Sin embargo, no hay que esperar a que los síntomas desaparezcan solos. Hay que acudir a especialistas y tratar cada síntoma con los tratamientos disponibles”, alerta la investigadora. 

Villapol también receta un remedio social. “A nivel político, hay que poner en marcha sistemas de apoyo a las personas que sufren covid persistente. No es aceptable que pierdan su trabajo por una enfermedad que les impide rendir y que no esté diagnosticada”, concluye.