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González Casanova y la universidad

Con su traspaso desaparece uno de aquellos ejemplos de profesores que ejercieron un intenso activismo académico y político en la universidad y en la sociedad

José Antonio González Casanova, en una presentación de su libro ’El Dios presente’

José Antonio González Casanova, en una presentación de su libro ’El Dios presente’

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Marc Carrillo
Marc Carrillo

Catedrático de Derecho Constitucional (UPF)

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Una vez promulgada la Constitución de 1978 era habitual que en los tribunales de las tesis doctorales de Derecho Político y Teoría del Estado de las universidades catalanas estuvieran tres catedráticos que hoy son referencia de la historia del Derecho Constitucional y de la Ciencia Política en Barcelona. En la conocida popularmente como la Central y en la Autònoma de Bellaterra, creada en las postrimerías de la dictadura; se trataba, está claro, de Jordi Solé Tura, José Antonio González Casanova y Isidre Molas Batllori.

Inicialmente, los tres fueron parte integrante de la cátedra de Derecho Político de la Facultad de Derecho de la Universitat de Barcelona dirigida por Manuel Jiménez de Parga, un catedrático demócrata. Una excepción en aquella universidad, donde a pesar de que la dictadura hacía lo que fuera para asegurar que sus titulares fueran personajes adictos al régimen, el viejo seminario de Derecho Político del tercer piso del edificio de la Diagonal no dejó nunca de preocupar al varios gobernadores civiles que pasaron por Barcelona.

A pesar de que no fue el único en la universidad española, lo cierto es que aquel seminario se convirtió no solo en un centro académico de estudio e investigación, sino también un espacio que reunió a un núcleo de profesores de clara oposición intelectual y política al franquismo. 

Desde la diversidad de sus planteamientos ideológicos, la izquierda catalana encontró en aquel abanico de profesores los referentes de teoría política y constitucional que deberían alimentar sus proyectos políticos en la clandestinidad y en democracia. Entre ellos estaba en González Casanova, el primero del trío al obtener la condición de catedrático en 1967 en la Universidad de Santiago de Compostela. Un hombre de convicciones políticas ubicadas en el socialismo de raíces cristianas, que lo llevaron a formar parte del núcleo fundador del Frente Obrero Catalán, vinculado ideológicamente al Frente de Liberación Popular de ámbito estatal, y después al PSC.

Con su traspaso desaparece uno de aquellos ejemplos de profesores que ejercieron un intenso activismo académico y político en la universidad y en la sociedad, en el tiempo de la negra noche de la dictadura y en el proceso de la transición política hacia la democracia. Ya fuera desde la cátedra universitaria como con su actividad como publicista en la prensa, a veces con el pseudónimo de Martí Rizal.

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Antes de su retorno a Barcelona hay que subrayar su importante tarea universitaria en Galicia, donde reunió a un excelente grupo de profesores que hoy integran en la Universidad de Asturias unos de los Departamentos de Derecho Constitucional de referencia en la universidad española. Y a partir de principios de los años 70, en la cátedra de Teoría del Estado de la Universitat de Barcelona, donde dirigió un buen puñado de tesis doctorales remarcables de profesores de Ciencia Política y de Derecho Constitucional, docentes tanto en la Central como en otras universidades creadas después.

Su amplia producción científica en esta época fue deudora del contexto político y jurídico previo y coetáneo a la promulgación de la Constitución. Como, por ejemplo, ’Federalismo y Autonomía en Catalunya’, publicado el 1974, que constituyó un análisis histórico de referencia para emprender el proceso de descentralización política en la futura Constitución. Y su ‘Teoría del Estado y Derecho Constitucional’, en 1980, una obra de transición del viejo Derecho Político hacia el nuevo Derecho Constitucional que iniciaba sus primeros pasos. Todo ello, un buen marco teórico que después aplicaría como miembro fundacional del Consejo Consultivo de la Generalitat.