Jeff Hearn: "Los hombres generan más gases de efecto invernadero"

Si a finales de los 70 le preguntabas a un hombre qué pensaba sobre su masculinidad es probable que no entendiera la pregunta, incluso en algún contexto podías recibir respuestas agresivas. Ahora se puede hablar del tema con más normalidad y eso es un cambio importante, pero yo no usaría el término nuevas masculinidades.

-¿Por qué no?

-Porque sugiere que ha habido un gran cambio en el comportamiento de los hombres en las últimas décadas. Además, el término se centra en hombres jóvenes y la edad es un factor muy importante que a veces no se tiene en cuenta.

-¿La masculinidad no ha sufrido grandes cambios?

-Sí y no, hay cosas que han mejorado y cosas que han ido a peor. Depende de los países, pero en general se ha producido un aumento, muy gradual, de la implicación de los hombres en el trabajo doméstico y de cuidados.

-¿Y los cambios negativos?

-Entre otros, ha aumentado de forma masiva el abuso ‘online’, por ejemplo en forma de pornovenganza, así como la violencia física a raíz del covid.

-La teoría 'queer', la comunidad trans, la reivindicación no binaria… ¿Dónde queda la masculinidad en el siglo XXI? 

-Siempre ha habido personas trans y no binarias, pero ahora tienen más visibilidad. Se ha generado más espacio para la incertidumbre y eso es bueno. Otro gran cambio es el 'MeToo', que ha permitido ver hasta qué punto está extendido el acoso sexual y ha hecho que muchos hombres se hagan preguntas.

-¿En qué otros ámbitos se han producido cambios?

-Se suele fijar la atención en los cambios en el ámbito familiar, pero el ámbito laboral es muy importante. Muchos empleos en el sector de la agricultura, la minería o la industria pesada ya no existen. El mercado de trabajo se ha fragmentado y la estabilidad de los años 50 y 60 ha dado paso a empleos de otro tipo y más inseguros.

-¿Y esto cómo afecta?

-Hay muchos empleos en el sector de servicios donde los hombres, especialmente los más jóvenes, tienen que utilizar habilidades sociales. La actitud con el cliente que tienen los repartidores a domicilio o los conductores de Uber, cuyo comportamiento queda registrado ‘online’, es muy distinta a la que se tenía en una mina de carbón.

-¿Qué relación hay entre las masculinidades y los retos globales del planeta?

-Temas globales como el cambio climático, la transición energética, la gestión del agua, las guerras o las grandes corporaciones no se entienden sin tener en cuenta la cuestión de los hombres y las masculinidades. Se están haciendo muchas cosas en este campo y es importante visualizar el trabajo de colectivos como Men Engaged Alliance, una alianza global no solo de hombres, sino también de mujeres y personas no binarias.

-¿Por qué es relevante la masculinidad para el cambio climático?

-Por ejemplo porque hombres y mujeres tienen patrones de consumo diferentes. No estoy hablando de ropa o alimentación, eso son estereotipos; las diferencias más grandes tienen que ver con el transporte y la movilidad.

-¿Cómo se mueven de manera diferente hombres y mujeres?

-Los hombres tienden a viajar más en coche y avión, van más lejos y generan más gases de efecto invernadero. Las mujeres viajan más en transporte público y a nivel local. La dependencia y la pasión por los coches se relaciona con ciertos tipos de masculinidad.

-En el ámbito político, usted y David Collinson plantearon el debate presidencial televisado entre Trump y Biden como un duelo entre una masculinidad autoritaria y otra paternalista.

-Trump es el ejemplo más claro de una forma de política muy misógina que no es nueva pero ha tomado nuevas formas y se ha vuelto casi respetable en algunas partes del mundo como el Este de Europa, Turquía y China. Pero hay otro estilo de liderazgo político más suave.

-¿Pedro Sánchez respondería a este estilo?

-No le conozco bien para contestar, pero me que consta que en España ha habido grandes cambios en torno a las políticas de género.

-¿Y Justin Trudeau en Canadá?

-Sí, Trudeau encarnaría esta forma más suave de ejercer la autoridad, como Clinton, Tony Blair o incluso, ocasionalmente, Boris Johnson. Igual que antes hablaba de hombres jóvenes en el sector de servicios que tienen que aprender a ser amables con los clientes, también hay un estilo de hacer política en el que podríamos usar, aquí sí, el término de nueva masculinidad.

-¿Al primer ministro británico también lo incluye en este estilo?

-Dice muchas cosas ofensivas, pero también tiene muchas habilidades sociales para convencer a la gente de que vale la pena votarle. Aunque es verdad que este estilo de política suele darse más en el centro y centro-izquierda. 

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-¿Podemos enterrar definitivamente el mito del héroe?

-El estilo político autocrático, que también está en las empresas, apela precisamente al heroísmo y ya hay quien se refiere a ese estilo más suave de ejercer la autoridad como postheroico.