Entrevista

Levi Orta: "Si no hay una utopía, no se entiende el sacrificio"

Tras las históricas protestas del 11 de julio, en Cuba hay presos y se sigue pasando hambre. En junio el creador cubano residente en Vidreres (Selva) había mandado una carta al Ministerio de Cultura de su país renunciando a su acreditación oficial como artista. En un giro ‘duchampiano’, ahora se dedica a batir récords para Cuba con el cubo de Rubik. La carta se expone en el Centre d’Art Contemporani Fabra i Coats.

Levi Orta, con el cubo de Rubik frente al pedestal de Antonio López.

Levi Orta, con el cubo de Rubik frente al pedestal de Antonio López. / SERGI CONESA (EPC)

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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-Estamos en el pedestal de Antonio López, traficante de esclavos en Cuba. Frederic Marès hizo la estatua hoy retirada. ¿Cuál debe ser el papel de los artistas?

-El artista tiene que ser siempre un emanador de pensamiento crítico, un disidente de la narrativa oficialista.

-¿Por eso renunció a su credencial oficial de artista?

-Fue en respuesta a lo que pasó en enero pasado, cuando detuvieron a un grupo de artistas que se habían concentrado frente al Ministerio de Cultura después de la gran manifestación de noviembre. En ese momento, Luis Manuel Otero estaba en su primera huelga de hambre y la dejó para incorporarse a la protesta.

-¿Le contestó el ministerio?

-No, supongo que porque la carta la mandé antes de las protestas de julio. Muchos colegas artistas también renunciaron a sus credenciales después del 11-J y a la mitad los metieron presos o les acusaron de estar financiados por el gobierno de Estados Unidos y la CIA.

-¿Entonces usted sigue siendo un artista del régimen?

-¿Es que hay algo que esté fuera del régimen? Cuba, como sistema institucional, lo controla todo y lo que queda fuera es excluido.

"Si hubiera estado en el 11-J, también me hubieran metido preso"

-¿Por eso vive en Catalunya?

-No. ¡Yo en Cuba estaba de lo más bien! Pero a veces uno se enamora de la gente [se refiere a su pareja, la artista Núria Güell]. Hace tres años que no voy a Cuba. Pero si hubiera estado allí el 11-J, también me hubieran metido preso.

-¿Los artistas fueron la punta de lanza del 11-J?

-Para mí, sí. El gobierno se dio cuenta de que los que hacen arte contemporáneo en Cuba pensaban demasiado libremente y eran un poder grande. Por eso ahora están tratando de desacreditar la tradición de la performance, el arte activista, el arte político…

-¿Dedicarse al cubo de Rubik es una manera de desconectar?

De alguna manera, sí. Si los que hacemos arte político somos el demonio y estamos pagados por la CIA, si no puedo decir nada ideológicamente coherente, si lo único que me dejan es mover formas y colores… eso es el cubo de Rubik.

"Ahora soy el que tiene más récords nacionales del cubo de Rubik"

-Parece una opción inofensiva, pero no lo es.

-Aunque me limiten a mover formas y colores puedo transformarlo para seguir creando pensamiento crítico. He renunciado a ser artista en Cuba pero, como decía Duchamp sobre el ajedrez, con el cubo de Rubik sigo imaginando movimientos posibles.

-¿Cómo?

-Estudié los resultados de Cuba en las competiciones oficiales, me entrené y ahora soy el que tiene más récords nacionales.

-Ocho.

-Hay gente que no se lo cree, pero es verdad. Puede que me hayan expulsado de una tradición de la cultura, pero tendrán que tragar y aceptarme por esta. El próximo récord se lo voy dedicar a Hamlet Lavastida, que está preso. Me siento tremendamente en deuda con él.

"Vengo de familia comunista pero siento vergüenza de lo que ha pasado en Cuba"

-¿Por qué?

-Vengo de familia comunista y había defendido frente a él y a otros la posición de la izquierda. Pero siento vergüenza de lo que ha pasado en Cuba. 

-Su posición no es nada fácil.

-Tampoco estoy de acuerdo con los cubanos que fueron al consulado de Barcelona a gritar "¡comunistas ‘singaos’!", que es como decir hijos de puta. Mi padre es comunista y no lo es.

-¿Cuál es su relación con la revolución cubana del 59?

-Tengo una relación de amor-odio. La revolución obtuvo logros reales, los líderes te hacían ilusionar, pero luego se traicionaron a sí mismos. Los americanos han ganado hace mucho tiempo porque han logrado que Cuba abandone su sueño de lograr una utopía socialista y comunista para hacer un capitalismo de Estado.

-¿Por qué el estallido se produce este verano?

-Durante mucho tiempo en Cuba se aceptaba sacrificarse por lograr una utopía pero ya no hay ninguna utopía, solo el objetivo de mantener los negocios del capitalismo estatal. Y si no hay una utopía, no vale el sacrificio. En Cuba la gente ya no entiende por qué tiene que sacrificarse.

"El 11-J no se llegó a derrocar al Gobierno cubano por la falta de apoyo de la izquierda internacional"

-¿Qué papel ha jugado la izquierda fuera de Cuba?

-El 11-J no se llegó a derrocar al gobierno por la falta de apoyo de la izquierda internacional. Y para mí ser de izquierdas es apoyar a la gente, aunque se equivoquen. Como cubano tampoco entiendo por qué la izquierda latinoamericana no se solidarizó con el derecho a decidir del pueblo catalán, aunque no estuvieran de acuerdo con la independencia.

-¿Cómo se posiciona usted? 

-Como artista todo lo que sea crear una nación de nuevo y hacer las cosas de otra manera me suena seductor. Es como los inicios de la utopía de la revolución cubana.

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-¿Queda algo de la revolución?

-Sí, nosotros. Eso que hablaba el Che Guevara de construir al “hombre nuevo” fracasó en la teoría, pero sí que existe un hombre nuevo en Cuba: los artistas y la gente corriente que queremos un cambio. Nosotros somos ese hombre nuevo, solo que no somos como se lo habían imaginado. 

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