Entender + con la historia

Con botas, pero sin memoria

Uno de los episodios más conocidos de la historia americana es la Batalla de Little Bighorn, de la que hoy se conmemora el 145 aniversario. El relato que nos ha llegado es un buen ejemplo de lo que ocurre con la memoria histórica.

Un grupo de indios prisioneros después de la batalla de Little Bighorn.

Un grupo de indios prisioneros después de la batalla de Little Bighorn. / NARA

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Xavier Carmaniu Mainadé
Xavier Carmaniu Mainadé

Historiador

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Del mismo modo que ahora los cines y las plataformas de 'streaming' están copadas por películas de superhéroes, varias décadas atrás el tema habitual de las producciones de Hollywood era el 'western'. En aquellos filmes, los malos solían ser los indios y los buenos los 'cowboys' (o vaqueros, como se les conocía por aquí). En caso de haber batalla, solía terminar con la providencial intervención del famoso Séptimo Regimiento de Caballería, que resolvía la situación al galope y aniquilando al enemigo sin despeinarse.

A través de esas películas se construyó un imaginario colectivo y los niños de aquella época jugaban a indios y 'cowboys' de la misma manera que ahora se disfrazan de Batman o Capitana Marvel. La diferencia es que mientras el mundo de los superhéroes es ficticio, los 'westerns' se fundamentaban en una época histórica, caracterizada por la expansión de EEUU por América del Norte, un territorio habitado por grupos humanos que empezaron a ser perseguidos y aniquilados. Las tribus indígenas fueron recluidas en zonas reducidas denominadas reservas donde, en teoría, podían hacer su vida; siempre y cuando el hombre blanco no tuviera interés en aquellas tierras. Y eso es justo lo que pasó hace 145 años en una cordillera llamada Black Hills, situada entre Dakota del Norte y Wyoming. Ahora es famosa por el Monte Rushmore con las caras de los presidentes esculpidas, pero hace un siglo y medio lo era porque allí se había encontrado oro. Y donde había oro, siempre llegaba quien lo buscaba para hacerse rico, a menudo sin ningún tipo de escrúpulo.

Cuando los indios de la zona empezaron a ver que los buscadores de oro invadían sus reservas, protestaron ante las autoridades federales que les habían prometido que allí estarían tranquilos. Sus quejas, sin embargo, no fueron escuchadas y ante eso como respuesta decidieron salir de las áreas limitadas para ir a cazar a otras zonas. Entonces sí que el gobierno federal intervino, pero para perseguirlos y volverlos a recluir.

Entonces diferentes tribus de las etnias Lakota, Sioux, Arapaho y Cheyenne se organizaron para hacerles frente. Al tener noticia de estos movimientos, el ejército de EEUU preparó una ofensiva comandada por el mayor general Alfred Therry. La vanguardia del operativo estaba liderada por el teniente coronel George Armstrong Custer y su 7º de Caballería. Con la idea de coger al enemigo por sorpresa, salió a toda velocidad de su fuerte para ir a su encuentro. Los localizó en la zona del río Little Bighorn (actualmente en Montana) y en vez de esperar la llegada del resto de efectivos, decidió lanzar un ataque que fue suicida. Él y 210 hombres que lo seguían murieron en el combate.

Después de tantos años, las decisiones estratégicas de Custer continúan siendo motivo de debate entre los especialistas en historia militar. Ahora bien, una cosa es clara, tanto él como el Séptimo de Caballería se convirtieron en un mito de la historia de Estados Unidos y se les consideró héroes. El proceso de idealización fue a más gracias al cine con películas como 'Murieron con las botas puestas' que protagonizó Errol Flynn en 1941. Lo que la cinta explica no tiene nada que ver con los hechos sucedidos en 1876 pero tuvo una enorme influencia en el imaginario colectivo popular.

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Durante muchos años el episodio solo fue explicado desde el punto de vista blanco, pero esto comenzó a cambiar cuando en 1968 se fundó el Movimiento Indio Americano, en el contexto de las crecientes demandas por los derechos civiles de diferentes colectivos. El proceso fue lento pero, poco a poco, se fue revisando el discurso oficial sobre Little Bighorn. Hubo que esperar al 2003 para que se crease un memorial dedicado a los indios caídos en aquella batalla, porque hasta entonces la única memoria que se había preservado y reivindicado era la de Custer y sus hombres.

Como dice el tópico, la historia la escriben los ganadores y es que a pesar de la derrota de Custer, el ejército de EEUU inició una campaña sistemática para acabar con la resistencia india y reducir las milenarias culturas nativas americanas a la mínima expresión.

Una resistencia poco heroica

La historia tradicional había explicado que la última defensa de Custer (conocida como 'The last stand') había sido excepcional. En cambio estudios recientes, que han incorporado la excavación de la zona de la batalla, aseguran que el general y sus hombres apenas habrían resistido alrededor de una hora ante los indios que los superaban en número.