Entrevista

Gisela Detrell: "La dieta en Marte tendría plantas, algas, insectos y carne 'in vitro'"

¿Qué comeremos en Marte? ¿De dónde sacaremos el oxígeno, el agua y la energía? Ingeniera aeronáutica por la UPC, jefa de investigación de sistemas de soporte vital en la universidad de Stuttgart y miembro del equipo SONet que ha diseñado la ciudad marciana de Nüwa, Detrell compartirá sus investigaciones en una conferencia junto al físico Miquel Sureda. Será el martes día 22, a las 18.30, en el CCCB. Entrada gratuita con reserva en cccb.org.

Gisela Detrell, ingeniera aeronáutica por la UPC.

Gisela Detrell, ingeniera aeronáutica por la UPC.

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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En ‘Marte’, Matt Damon sobrevive plantando patatas. 

En la película se trata de una situación de emergencia pero en las misiones espaciales tendremos que ser capaces de producir la comida allí donde estemos, sea en una estación, en Marte o en la Luna. No podemos depender de que nos envíen cosas desde la Tierra.

¿Cómo sería un menú en el planeta rojo?

Estamos en una fase preliminar y aún no hemos diseñado platos concretos, pero la idea es cambiar la alimentación para hacerla más eficiente. La dieta en Marte tendría un 50% de plantas, un 20% de algas y el resto serían insectos, carne ‘in vitro’, setas y otros organismos.

¿Por qué insectos?

Porque pueden ser muy eficientes por temas de espacio y cuesta poco hacerlos crecer. No nos inventamos nada. En Asia hace mucho tiempo que los comen.

"Mientras en la Tierra se usan entre 6.000 y 8.000 metros cuadrados de cultivo por persona, en Marte serían 100"

La eficiencia es clave en un entorno tan hostil.

Por eso tenemos que reducir considerablemente la superficie de cultivo. Mientras en la Tierra se usan entre 6.000 y 8.000 metros cuadrados por persona, calculamos que en Marte tendríamos bastante con 100. 

En la Estación Espacial Internacional ya cultivan lechugas y coles asiáticas.

Pero aún son experimentos que apenas tienen el tamaño de un microondas y con eso no alimentas ni a un astronauta. 

Su trabajo combina tecnología punta y organismos primitivos.

Como ingeniera aeronáutica le tengo mucho respeto a la biología. ¡En casa nunca sé si les pongo mucha o poca agua a las plantas! He aprendido que las plantas se adaptan a muchas situaciones. Si falla algo o no hay luz, aguantan hasta que las condiciones mejoran. La vida siempre encuentra su camino.

"Las tecnologías para ir a Marte nos pueden servir para mejorar la situación en la Tierra"

Concretamente, usted investiga con algas. 

Son microalgas que ya existen en forma de complemento alimenticio en la Tierra. La espirulina y la chlorella son muy ricas en proteínas y solo pueden sustituir un 30% de lo que comemos cada día.

Es paradójico que podamos ir al espacio y seamos tan dependientes de seres unicelulares.

En la Tierra también dependemos de estos organismos primitivos. Las algas representan entre el 60% y el 75% del oxígeno que hay en el planeta.

¿Marte nos hace más conscientes de nuestra dependencia?

Para conseguir vivir un día en Marte tenemos que luchar contra unas condiciones ambientales extremas y esto nos obliga a llevar nuestra investigación al límite de lo que sería prácticamente imposible. Estas tecnologías nos pueden servir para mejorar la situación en la Tierra, pero también para hacernos reflexionar. Podemos aprender y hacerlo mejor.

¿Podremos ir a Marte sin exportar lo peor de la humanidad?

Tenemos que hacernos muchas preguntas si realmente queremos construir una ciudad en Marte que perdure. Pero son preguntas que también tendríamos que hacernos en la Tierra.

"Las primeras misiones a la Luna despertaron nuestra conciencia sobre la fragilidad de la Tierra"

¿Explorar otros planetas nos hará más responsables?

Es uno de los argumentos que damos los que nos dedicamos a esto cuando viene alguien y nos dice que por qué se gasta tanto dinero en el espacio, en lugar de invertirlo en solucionar los problemas de la Tierra.

El espacio nos da perspectiva.

A veces nos cuesta ver las cosas y Marte justamente nos da esta perspectiva. Nos alejamos y vemos que quizá no nos hace falta cultivar utilizando tantos recursos.

Pero los problemas cada vez son más complejos y necesitamos irnos más lejos para ver las cosas más claras.

Necesitamos una perspectiva, literalmente, de millones de kilómetros. Todo empezó con las primeras misiones a la Luna. Cuando se vieron las primeras imágenes de la Tierra desde el exterior despertó nuestra conciencia sobre la fragilidad del planeta. En este sentido, Marte también nos puede ayudar a ir un paso más allá.

"Necesitar Marte como un plan B sería un escenario muy pesimista"

¿Es optimista entonces?

Tenemos que intentar ser realistas, manteniendo la esperanza pero siendo conscientes de nuestras limitaciones y errores. Me han preguntado varias veces si Marte es nuestro plan B, pero necesitar Marte como plan B sería para mí un escenario muy pesimista.

¿Por qué?

Tenemos que ser capaces (y creo que podemos serlo) de no necesitar un plan alternativo a la Tierra. Creo que iremos a Marte y aprenderemos mucho, pero que iremos por nuestro afán de explorar e ir más allá, no porque necesitemos una alternativa para sobrevivir. 

La ciudad que han diseñado en Marte se llama Nüwa, como una diosa china. ¿Existe la mirada de género en los estudios espaciales?

Las mujeres representamos un porcentaje relativamente pequeño. Yo estudié Ingeniería Aeronáutica en la Universitat Politècnica de Catalunya, en Terrassa, y éramos un tercio de mujeres.

Creía que serían menos.

Fue un año excepcional. A lo largo de mi carrera ese porcentaje ha ido a la baja. Actualmente, en mi trabajo en la universidad de Stuttgart, somos un 10%. Supongo que con los años iremos mejorando. 

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