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10 versiones de himnos nacionales que levantaron ampollas

  • Asaltos a himnos nacionales con intenciones renovadoras, iconoclastas o agitadoras de conciencias: estos son los más llamativos

Magalí Sare y Manel Fortià interpretan ’Els Segadors’ en la toma de posesión de Pere Aragonès.

Magalí Sare y Manel Fortià interpretan ’Els Segadors’ en la toma de posesión de Pere Aragonès. / El Periódico

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Jordi Bianciotto
Jordi Bianciotto

Periodista

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La adaptación libre y feminista de ‘Els segadors’ por parte de Magalí Sare y Manel Fortià en la toma de posesión del ‘president’ Pere Aragonès ha levantado polvareda, si bien el gesto tiene amplios precedentes en todo el mundo: asaltos a himnos nacionales con intenciones renovadoras, iconoclastas o agitadoras de conciencias. Recorremos diez episodios ejemplares. 

‘The star-spangled banner’, Jimi Hendrix (1969)

Bombas, metralla, niños huyendo del napalm: todo ello se respiraba en el estrépito de distorsiones y acoples eléctricos que el zurdo guitarrista de Seattle propinó al himno estadounidense aquella mañana resacosa de domingo en Woodstock, el 18 de agosto de 1969. Versión libre y enfurecida, en respuesta a la guerra de Vietnam y a las tensiones raciales. Como escribió el crítico Al Aronowitz en el ‘New York Post’, Hendrix expresó que “puedes amar a tu país, pero detestar al Gobierno”.

‘Das lied der Deutschen’, Nico (1974)

La modelo que Andy Warhol convirtió en cantante de The Velvet Underground grabó el himno de su país, Alemania, con su voz espectral sobre un manto de armonio. La pieza consta de tres estrofas y solo la tercera constituye el himno oficial: la primera en particular (“Deutschand über alles…”) se asocia al imperialismo y al nazismo. Pero Nico las canto todas, y confundiendo todavía más a sus seguidores, la dedicó a Andreas Baader, miembro de la Facción del Ejército Rojo, o Baader-Meinhof.

‘Aux armes et caetera’, Serge Gainsbourg (1979)

‘La marsellesa’, como recitado somnoliento, envuelto (imaginamos) en una nube de cannabis, a ritmo de reggae y con el contrapunto vivaz y algo burlesco de las I Threes, coristas de Bob Marley. Un ‘détournement’ (tergiversación) en la tradición situacionista que le valió al creador de ‘Je t’aime… moi non plus’ airadas críticas (por “profanar lo más sagrado”) y amenazas de bomba en sus conciertos. En ‘Le Figaro’, observando que Gainsbourg era judío, llegaron a acusarlo de excitar el antisemitismo.

‘Himno nacional argentino’, Charly García (1990)

Para la juventud de los años 70 y 80, la marcha nacional estaba asociada a la dictadura militar, alegó el popular rockero, que quiso imprimir una refrescada dignidad a sus estrofas y a ese estribillo que pide que “sean eternos los laureles”. Llegó a interpretarla en concierto vistiendo los colores y el sol de la bandera nacional. Aunque denunciado por ultraje al símbolo patrio, los tribunales autorizaron la adaptación. 


‘Troublesome 96’, 2Pac Shakur (1996)

El rapero introdujo un ‘sample’ del himno de Israel en esta canción airada, sobre el conflicto racial de las ciudades estadounidenses, y publicada post mortem, tras su asesinato en Las Vegas en 1996. La inclusión de la tonada de ‘Hatikvah’ ha sido interpretada como un guiño al sionismo como referente inspirador para la causa afroamericana. 

‘El rei vol corona’, Mesclat (2002)

El ‘Himno de Riego’, de 1822, adoptado en la Primera y la Segunda República, ha dado pie a numerosas reinterpretaciones, entre ellas esta, en catalán, poco cordial con la figura monárquica, rescatada por Mesclat (grupo que incluía a músicos como Carles Belda y miembros de Brams y Els Pets). Estribillo con malas pulgas sobre un desenfadado ritmo jamaicano: “Si el rei vol corona, corona li darem / Que vingui a Barcelona i el coll li tallarem”. Fue investigada por la fiscalía a raíz de su interpretación en la Diada de 2016.

‘Slovania’, Laibach (2006)

Laibach, prestigioso grupo esloveno de rock industrial, dedicó un álbum entero, ‘Volk’, a los himnos nacionales con el propósito de reflejar que todos estaban cubiertos de sangre y violencia. Entre ellos, el que se mantuvo vigente en Yugoslavia hasta la disolución del país, conocido como ‘Hey, slaveni’, y que transmite un mensaje de unidad de los pueblos eslavos.


‘Os pinos’, Delio Domínguez y Cuchús Pimentel (2006)

El cantante y el guitarrista amenizaron el 25º aniversario del Parlamento de Galicia con una adaptación del himno ‘Os pinos’ provista de unos arreglos que el BNG consideró aflamencados. Este partido protestó a la presidenta de la cámara, la socialista Dolores Villarino, y presentó una iniciativa reclamando que la interpretación de la pieza se ajustara a la Ley de Símbolos. Villarino reclamó “apertura de miras”, y el BNG acusó al PSG-PSOE de atacar la cultura autóctona, tal como el PP “fomentó las bandas de estilo escocés”.

‘İstiklâl Marşı’, Hadise (2010)

Para la turco-belga Hadise Acikgoz (cantante pop que fue eurovisiva en 2009) era un honor cantar el himno de su país de origen en el partido de fútbol amistoso contra la República Checa, en el Red Bull Arena de New Jersey. Pero su toma ‘a cappella’, sentimental y soul, a 180º de la severidad marcial, indignó muchos de sus conciudadanos (“ha traído la vergüenza a nuestro país”), y precipitó un fuego cruzado entre los turcos ‘nacionales’ y los de la diáspora. 

‘El sol’, Fuerza Nueva (2020)

La semejanza del himno de España con una ‘nuba’ atribuida al sabio y músico medieval Ibn Bayyah (conocido en castellano como Avempace) animó a Fuerza Nueva, la osada alianza de Los Planetas y el Niño de Elche, a armar una versión de la pieza con aires arábicos y texto nuevo del ‘cantaor’. Idea de fondo: lo árabe es un elemento constituyente de lo español, mensaje acaso turbador en estos días de rifirrafes en Ceuta.

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