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¿Cuántas vidas salvó el aire limpio del confinamiento?

La contaminación causa cada año decenas de miles de muertes en España. La corta tregua del confinamiento salvó al menos 150 vidas, en 47 ciudades y sólo por los cambios en NO2 y ozono. Podrían ser más, tomando en cuenta otras zonas y otros contaminantes. Para abatir la mortalidad hay que recortar la polución de forma permanente e internacional. 

Las calles de Igualada continúan desiertas

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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El respiro de aire limpio que proporcionó el confinamiento evitó al menos 150 muertes en 47 ciudades españolas, según un estudio. Reducir la contaminación tiene efectos inmediatos en la salud. Sin embargo, una breve tregua no es suficiente. 

La mortalidad crónica por polución no se verá afectada por esa corta pausa. Además, el particulado en el aire bajó poco. Para salvar más vidas hay que rebajar su presencia de forma permanente, y atajar fuentes que vienen de actividades y países que no pararon durante el confinamiento español.

¿Cómo se estiman las muertes ahorradas?

En primer lugar, hay que saber cuánto bajó la contaminación entre marzo y junio de 2020 (durante el confinamiento y el desconfinamiento). Eso depende de la reducción en la actividad humana, pero también de la meteorología. Para centrarse exclusivamente en lo primero, los investigadores simularon con inteligencia artificial cómo hubiera sido la contaminación en esos meses, si no hubiera habido restricciones y con la misma meteorología. 

Este escenario se insertó en modelos epidemiológicos, que relacionan muertes prematuras y contaminación. Los científicos emplearon parámetros específicos para cada ciudad. "Los riesgos de la contaminación varian, por ejemplo en función del perfil de edad de la población de una ciudad", explica Carlos Pérez García-Pando, coautor del trabajo e investigador del Barcelona Supercomputing Centre (BSC).

¿Qué pasa con el ozono y el particulado? 

El contaminante que dio más tregua fue el NO2 de los vehículos diésel, que bajó hasta un 65% en ciertas ciudades. Eso se tradujo en 170 muertes evitadas: 120 durante el confinamiento y 50 durante el desconfinamiento

En el mimo tiempo, el ozono cayó muy poco. En Madrid y Barcelona incluso subió. El ozono es un producto de reacciones del NO2 con la luz y compuestos orgánicos. En entornos muy saturados de NO2 se da la paradoja que, a menos NO2, más ozono. Globalmente, ese aumento resultó en 20 muertes prematuras, que descuentan de las 170 ahorradas gracias a la caída de NO2. 

En cuanto a las partículas en suspensión (las mortíferas PM2.5 y PM10), el estudio no las analiza porque faltan datos exhaustivos. Allí donde los hay, la bajada fue escasa. "En Barcelona, el PM2.5 nunca llegó a estar por debajo de los niveles recomendados por la OMS", constata Miquel Ortega, responsable del blog contaminacio.barcelona, no implicado en el trabajo. 

“El PM10 está asociado al rozamiento en la carretera, pero el PM2.5 depende de otras muchas fuentes”, explica García-Pando. Estas podrían ser locales, por ejemplo, los purines de los cerdos de la Catalunya central. O internacionales, por ejemplo, las emisiones de países que no pararon mientras España estaba confinada. 

¿Cuál es el balance?

“El balance total es positivo. De hecho, seguramente estamos infraestimando el impacto en la mortalidad”, observa Hicham Achebach, coautor e investigador del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa). 

Además de excluir el partículado, el estudio no analiza el aire fuera de las capitales, donde apenas hay datos. Tampoco considera la mortalidad ahorrada por falta de accidentes, ni problemas como el ruido, los ingresos por infartos, el efecto en los partos, la toma de fármacos, etcétera. Y no se mete en si un aire más limpio alivió los síntomas respiratorios del covid-19.

El estudio se centra en las muertes ahorradas en el corto plazo. "Creo que el confinamiento no habrá tenido ningún efecto sobre las de largo plazo, porque son fruto de una exposición crónica", explica Achebach.

¿Cómo está la situación ahora?

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La vuelta parcial a la contaminación "normal" se está cobrando vidas, seguramente. En Barcelona, el vehículo privado sigue un 15% por debajo del uso anterior, probablemente por el teletrabajo. Eso explica, según Ortega, que el NO2 siga por debajo de los niveles máximos de la OMS.

"El confinamiento ha sido un experimento extraordinario. El único antecedente es el recorte de contaminación en Beijing antes de las olimpiadas", observa Alexandra Schneider, epidemióloga del Helmoltz Center de Múnich, no implicada en el trabajo. "Hemos contaminado durante décadas, pero unas semanas de reducción producen beneficios inmediatos", concluye.