Valerie Trouet: “El cambio climático ya se ve en los anillos de los árboles”

¿Qué revelan los anillos de un árbol?

En la mayoría de las zonas templadas se forma un anillo cada año. Contando los anillos, sabes la edad de un árbol. En los años secos son estrechos, en los húmedos son anchos. En un determinado sitio, Tomamos muestras de muchos árboles en un sitio y miramos como encaja la amplitud de los anillos en las diversas muestras, para detectar un patrón común. Es como un puzle.

Una tarea de naturalista antiguo…

El patrón de los anillos es lo básico. Pero también usamos isótopos, radiocarbono, escáneres con rayos X y en 3 dimensiones. Estos métodos han permitido ponerle fecha a un violín de Stradivarius [el 'Mesías', cuya autenticidad fue confirmada por dendrocronólogos] sin tener que sacar una muestra. También se usa la inteligencia artificial, para comparar datos de muchas muestras.

¿Para qué sirve todo eso?

Primero, para estudiar cómo ha evolucionado el clima en el pasado. Segundo, para investigar la historia de los bosques y de los ecosistemas, por ejemplo cómo han sido afectados por incendios. Tercero, para la arqueología y la historia del arte, por medio del estudio de objetos de madera fabricados por humanos. 

¿Qué revelan los árboles sobre el clima?

Por ejemplo, pudimos documentar un periodo de inviernos cálidos en la Edad Media, seguido por una pequeña edad del hielo. La temperatura de los inviernos en Europa depende de la oscilación del Atlántico Norte: la diferencia entre la baja presión en Islandia y la alta en las Azores. Cuando es grande, empuja vientos cálidos hacia Europa. Estudiamos los anillos de árboles del Atlas, cerca de las Azores. Como ni en Islandia ni en la cercana Escocia hay árboles antiguos, analizamos los anillos que se forman en las estalagmitas de una cueva escocesa. Comparando las dos series de datos, reconstruimos la evolución histórica de la oscilación.

¿Cómo nos ayuda la dendrocronología con los incendios?

La historia de los incendios queda grabada en las cicatrices presentes en los anillos. En los bosques de California, desde el siglo XVII hasta el XIX, había incendios frecuentes, cada 5 años, incluso. Quemaban hierbas y arbustos pero no mataban los árboles grandes. Algo muy distintos a los incendios destructivos que vemos hoy. En 1908 se estableció en EEUU el servicio forestal, que fue muy bueno en apagar fuegos. Desde entonces, desaparecen las cicatrices. Llevamos un siglo sin fuegos espontáneos que eliminen el carburante representado por la vegetación. Por eso los nuevos incendios son muy destructivos.

Los árboles también dan pistas sobre la historia humana, ¿verdad? 

Usamos los anillos para reconstruir la historia de los huracanes en el Caribe. En la segunda mitad del siglo XVII hubo pocos. Eso coincide justamente con la llamada “edad de oro” de la piratería. Probablemente había menos naufragios y más oportunidades par atacar barcos. Otro ejemplo es la expansión del imperio de Gengis Khan, a principios del siglo XII. Los árboles de Mongolia sugieren que ese fue un periodo muy húmedo. Había más hierba para los caballos, o sea la gran fuerza del ejército del Khan.

¿Las grandes pandemias dejaron marcas en los árboles?

En las cronologías alemanas de madera arqueológica se pueden ver picos en la actividad de fabricación, por ejemplo en correspondencia del Imperio romano. Pero hay una década concreta a mediados del siglo XIV donde la actividad de construcción es bajísima. Eso coincide con la peste negra.

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¿Hay alguna lección sobre el cambio climático?

Ya ahora vemos reflejado el aumento de la temperatura en la amplitud de los anillos de los árboles de regiones frías. Las series climáticas históricas sacadas de los árboles sirven para mejorar los modelos matemáticos del clima. Hay quienes quisieran solucionar el cambio climático plantando muchos árboles, porque absorben carbono. Eso es equivocado por muchas razones. Nuestros estudios pueden ayudar a optimizar el proceso. Pero un árbol normal vive dos siglos, y en este tiempo el clima y sus interacciones con los árboles cambiarán mucho.