Entender + con la historia

¿Dónde estaban los republicanos antes de 1931?

La Segunda República no surgió de la nada. Durante seis décadas muchas personas mantuvieron viva la llama del republicanismo. En 1923 ya estuvieron a punto de conseguir reavivarla.

El Gobierno provisional de la Segunda República, presidido por Niceto Alcalá Zamora. De izquierda a derecha: Manuel Azaña (segundo por la izquierda), Álvaro de Albornoz, Alcalá Zamora, Miguel Maura y Gamazo, Francisco Largo Caballero, Fernando de los Rios, Alejandro Lerroux y Santiago Casares Quiroga.

El Gobierno provisional de la Segunda República, presidido por Niceto Alcalá Zamora. De izquierda a derecha: Manuel Azaña (segundo por la izquierda), Álvaro de Albornoz, Alcalá Zamora, Miguel Maura y Gamazo, Francisco Largo Caballero, Fernando de los Rios, Alejandro Lerroux y Santiago Casares Quiroga. / Efe

4
Se lee en minutos
Xavier Carmaniu Mainadé
Xavier Carmaniu Mainadé

Historiador

ver +

Este miércoles se conmemora el 90º aniversario de la proclamación de la Segunda República. Se suele explicar como una consecuencia lógica fruto de la crisis de la monarquía y el descrédito de la clase política que dirigía el país desde 1875. Dos años antes, el 11 de febrero de 1873, se había instaurado la Primera República, después de la fracasada operación de colocar a Amadeo I en el trono en sustitución de Isabel II.

La primera experiencia republicana fue un fiasco. Después, durante casi 70 años, con los Borbones secundados por dirigentes civiles y militares, se intentó marginar ideas políticas alternativas como el republicanismo. Así pues, ¿cómo fue posible que en los comicios municipales de 1931 la opción mayoritaria en las grandes ciudades fuera la republicana?

En buena parte porque en determinadas zonas había un sustrato republicano que se mantuvo activo a pesar del intento de condenarlo al ostracismo. Había política más allá de los partidos oficiales. En muchos lugares, los republicanos tenían su centro de reunión. Era una época en que ni el individualismo ni el confort doméstico habían conquistado a la sociedad. Al salir del trabajo la gente iba al café, los fines de semana al baile o al teatro... y todo esto se podía hacer en los centros republicanos. Era allí mismo donde también se celebraban mítines y donde los 11 de febrero se conmemoraba la Primera República y los 14 de julio se homenajeaba a la admirada Francia... De hecho, durante muchos años la canción más republicana que había era 'La Marsellesa'. Para aquella gente no se trataba solo de acabar con la monarquía. La república era el instrumento para conseguir una sociedad mejor, a través de la democracia, la educación y la cultura. No es extraño que se defina el régimen de 1931 como la 'República de los Maestros'.

Todas aquellas prácticas sociales más o menos informales se solían vivir en familia y los padres las transmitían a los hijos. Es lo que expertos como María Luz Morán o Javier de Diego definen como cultura política del republicanismo. Esta es una de las grandes diferencias con lo que pasó después de la Transición de 1975, cuando los partidos fagocitaron la vida política pública y ahora la monopolizan. Esto hace que cualquier alternativa política deba convertirse en partido si quiere tener incidencia, tal y como demostró el caso del movimiento 15-M.

Es la transmisión de la cultura política lo que permite entender que, a pesar de haber pasado 58 años entre 1873 y 1931, se pudiera articular un movimiento bastante potente y con suficiente capacidad de movilización. De hecho, el lapso de tiempo hubiera podido ser más corto ya que en 1923 el republicanismo ya se había comenzado a reestructurar. En Catalunya hay un episodio muy desconocido que tuvo como epicentro la provincia de Girona. Allí los líderes republicanos locales, el 29 de junio de 1923, fundaron el Partit Republicà Federal Nacionalista Català (PRFNC), basado en el ideario de Francesc Pi Margall, presidente de la Primera República. Criticaban el colonialismo, defendían la justicia social (sin llegar al comunismo) y apostaban por un Estado Catalán autónomo en una España federal.

Noticias relacionadas

Había la sensación de que la monarquía, desgastada por la corrupción política y los desastres militares en el norte de África, estaba acabada. Lo que pasó a continuación daba la razón al análisis hecho al PRFNC. Para frenar lo inevitable, Alfonso XIII tuvo que recurrir a los militares y, en septiembre de 1923, Primo de Rivera dio un golpe de Estado. Durante casi siete años de dictadura se reprimió a obreros, republicanos, catalanistas... pero solo sirvió para posponer hasta el 1931 lo que se intuía en 1923. De hecho buena parte de los fundadores del PRFNC participaron en la creación de un nuevo partido llamado Esquerra Republicana de Catalunya.

Una de las razones de la brutal represión franquista de 1939 fue querer cortar de raíz las ramificaciones de aquella cultural política. Y cuando en 1975 parecía viable una Tercera República, los cuadros dirigentes supieron mover las piezas con inteligencia para evitarlo. Otra cosa es lo que pueda ocurrir en el futuro.

El referente de Pi Margall

Francesc Pi Margall fue el gran referente ideológico del republicanismo federalista, no solo por haber sido uno de los presidentes de la Primera República, sino también por sus numerosos artículos y libros analizando la situación política del país. Aunque murió en 1901, su figura fue muy recordada y querida por la clase dirigente que gobernó a partir de 1931.

Temas

Historia