Obituario

Adiós a Pilar Mundet, el alma de Tossa

La primera alcaldesa mujer del pueblo dedicó su vida a defender, estudiar y amar a Tossa de Mar, las tres cosas a la vez y con la misma pasión

Pilar Mundet

Pilar Mundet

2
Se lee en minutos
Ernest Folch
Ernest Folch

Editor y periodista

ver +

Pasa muy pocas veces que un lugar, una ciudad, un pueblo, se resuma en la figura de una sola persona. Pilar Mundet, que nos dejó huérfanos la madrugada del pasado viernes, dedicó su vida a defender, estudiar y amar a Tossa de Mar, las tres cosas a la vez y con la misma pasión. Será recordada siempre por ser la primera alcaldesa mujer del pueblo, pero su contribución, después como regidora y siempre como simple habitante, fue mucho más trascendente para Tossa que cualquier cargo.

El entusiasmo de Pilar por Tossa empezaba por su historia, y por las huellas que esta había dejado en la población, desde los romanos o los monjes de Ripoll hasta el Ejército de Napoléon, la Guerra Civil y los judíos que, como Marc Chagall, se refugiaron aquí huyendo del nazismo, y continuaba por su preciso y emocionante conocimiento de su paisaje único, con su predilección por la Punta de Sa Boquera, uno de esos lugares que de tan mágicos parecen irreales.

Fue una pieza clave para paralizar proyectos urbanísticos que amenazaban el equilibrio de uno de los enclaves más especiales de toda el Mediterráneo

Noticias relacionadas

Sin embargo, la erudición de Pilar, plasmada en su faceta de profesora de Lengua y Literatura que tanto influyó en sus alumnos, era solo la puerta de entrada a su activismo en defensa del territorio, y fue una pieza clave para paralizar proyectos urbanísticos que amenazaban el equilibrio de uno de los enclaves más especiales de toda el Mediterráneo. Porque Pilar siempre tuvo claro que la lucha por la integridad de Tossa era también una lucha contra la corrupción y a favor de los derechos sociales, especialmente los de la mujer.

Y que su amor por la tradición (que incluía su catalán típicamente ‘salat’ y su participación innegociable en cada edición del célebre ‘Pelegrí’) era solo el primer eslabón de una defensa integral de la justicia y los derechos fundamentales. Desde Tossa hasta el mundo, así era la visión de Pilar Mundet, que siempre pensó en grande: los problemas de su pequeño pueblo eran en realidad los de toda la humanidad. Tossa le deberá para siempre una parte de su grandeza, y los ‘tossencs’ de adopción le deberemos una parte de nuestro amor por Tossa. La única manera que tenemos de continuar su legado es querer y defender a Tossa con la misma pasión e integridad con la que ella lo hacía.