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¿De dónde saldrá la próxima pandemia?

• Degradación ambiental, uso de fauna salvaje y ganadería son fuentes de nuevas infecciones

• La prevención exige respecto a la naturaleza y un organismo internacional dedicado a ella

Aumenta 222  la deforestación en la Amazonia brasileña.

Aumenta 222 la deforestación en la Amazonia brasileña.

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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Degradación ambiental, uso de fauna salvaje y ganadería son las actividades que tienen el mayor riesgo de generar nuevas infecciones, con el potencial de convertirse en pandemia. Los expertos piden una relación más sana con la naturaleza y los animales y un organismo internacional dedicado a la prevención de epidemias. 

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Cuando la pandemia amaine, lo peor sería olvidar la lección aprendida. “Es muy probable que vivamos al menos otra pandemia en nuestra vida”, alerta Adam Kucharski, epidemiólogo y autor de 'Las reglas del contagio' (Capitán Swing, 2020). “Podría haber una pandemia de gripe en un par de años”, aventura.

Causas

Uso de especies salvajes

La mayoría de las enfermedades emergentes tienen origen animal. A mayor contacto entre especies portadoras y humanos, mayor riesgo. “Los mercados de especies vivas o la caza y tráfico ilegales generan mayor contacto. Son animales infecciosos por ser malnutridos y estresados”, explica Fernando Valladares, del Museo de Ciencias Naturales del CSIC. “El ebola saltó de la selva a las ciudades africanas por el consumo de animales salvajes”, explica Carlos Das Neves, coautor de un informe sobre pandemias del Panel Intergubernamental sobre la Biodiversidad (IPBES). El coronavirus pudo llegar al mercado de Wuhan en animales procedentes del Sur de China, donde hay muchos virus parecidos en murciélagos.

Desforestación

El contacto con especies salvajes es facilitado también por la degradación de los bosques. Por ejemplo, los incendios en Indonesia propiciaron más encuentros casuales con orangutanes. La desforestación estresa a los animales, debilitando su sistema inmune, y reduce sus espacios: a más densidad, más contagios. También redunda en reducción de la biodiversidad, una de las causas más sutiles de la emergencia de infecciones. 

El mecanismo de dilución

El virus del Nilo occidental se transmite entre aves, mosquitos y humanos. En Estados Unidos, se ha comprobado que hay más transmisión en los contados con menos diversidad de aves. Eso apoya la hipótesis de la “dilución”, según la cual la simplificación de un ecosistema facilita la transmisión. “Con mucha biodiversidad, hay muchas especies no susceptibles de contagiarse, entonces la transmisión es menor”, explica Benjamin Roche, también coautor del informe del IPBES. Si un insecto puede picar a muchas especies distintas, no comerá sólo de aquella que lleva el patógeno. Si la biodiversidad disminuye, la dilución desaparece y la transmisión aumenta. Está hipótesis no está exenta de dudas. “Sabemos que en algunos casos funciona, pero no sabemos cuán general es”, reconoce Roche. La extinción de una especie portadora también podría acabar con sus virus. 

Granjas

• Granjas

“El intercambio de patógenos siempre ha sucedido, pero estamos cambiando la velocidad”, observa Das Neves. “No es lo mismo que un ave silvestre con influencia aviaria se encuentre con una gallina o con 100.000”, explica. Los animales de granja son muy similares genéticamente. Un virus adaptado a ellos tiene muchas oportunidades para aumentar su virulencia. Las granjas de civetas en Asia, por ejemplo, jugaron un papel en el primer SARS. La diversidad genética produce un efecto de amortiguación que es otra razón por la cual la biodiversidad obstaculiza las infecciones.

Un activista se manifiesta contra la desforestación .


/ El Periódico

Lugares

Los puntos calientes de los virus emergentes son los trópicos. Allí se combinan una gran diversidad de animales y de patógenos; una alta densidad de personas y granjas; y en ocasiones degradación ambiental y un sistema sanitario débil. Además del sureste asiático y el sur de China, también África y la Amazonia podrían dar sorpresas. Países con ciudades densas y bien conectadas, como México, Senegal o Nigeria, podrían ser unas fuentes posibles, aventura Roche. Sin embargo, ninguna zona se puede considerar fuera de riesgo, debido al transporte global.

¿Qué se puede hacer?

Un organismo internacional especializado

Actualmente, la responsabilidad de las infecciones emergentes está repartidas entre una plétora de organizaciones (OMS, FAO, OIE, etcétera). El informe del IPBES propone la creación de un Panel Intergubernamental para la Prevención de las Pandemias (IPPP). La prevención requiere que los estados compartan información sensible, es cara y tiene efectos invisibles, si es efectiva. “Pero es mil veces más barata que atajar una pandemia”, observa Valladares. Lo más cercano a eso es un consejo de expertos lanzado por la OMS y otras entidades.

Control del uso de especies salvajes

Actualmente la principal arma contra el tráfico ilegal de animales es la convención CITES. Sin embargo, los expertos piden más control del comercio de especies salvajes. El futuro IPPP podría incluso prohibir el comercio de ciertas especies.

Detener la degradación ambiental en las zonas tropicales

Las estrategias de conservación de la naturaleza no reducen automáticamente el riesgo de infecciones, alerta Roche. Sin embargo, la degradación del medio ambiente lo aumenta con seguridad. “Hay que desarrollar estrategias de protección que a la vez permitan la economía local”, afirma Roche. “El desarrollo de nuevos proyectos tiene que tener una visión más integradora de la biodiversidad y del riesgo ecológico”, concluye Das Neves.