1 de junio: Día Mundial de la Leismaniosis

Leishmaniasis en perros: ¿Funcionan los collares y pipetas contra la leishmania y otros parásitos?

La infección causada por el parásito leishmania infantum se transmite a través de la picadura de un mosquito llamado flebotomo y puede ser mortal

Un cachorro de perro con un collar antiparasitario

Un cachorro de perro con un collar antiparasitario

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Vega S. Sánchez
Vega S. Sánchez

Periodista

Especialista en animales, plantas y curiosidades

Escribe desde Barcelona

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Al igual que sucede con los piojos en el cabello humano, el pelaje de perros, gatos, conejos y otros animales domésticos es un foco de parásitos. Los más frecuentes, son las garrapatas y las pulgas.

Garrapatas

Son arácnidos que se encuentran en la naturaleza y se adhieren a nuestras mascotas. Una vez han conseguido engancharse a ellas, se alimentan de su sangre, lo que les puede provocar irritaciones y, en muchas ocasiones, abscesos dolorosos. Las garrapatas son especialmente preocupantes, ya que son las primeras en transmitir enfermedades infecciosas a nuestras mascotas.

Pulgas

Son los parásitos externos más frecuentes en las mascotas con pelaje. Las pulgas también se alimentan de la sangre del animal doméstico y, al morderlos, pueden provocar un picor intenso que hace que se rasquen hasta provocarse heridas. Además, el animal puede padecer dermatitis alérgica a las pulgas, una reacción grave y que puede ser muy dolorosa, provocada por la saliva de la pulga.

Evitar que tu mascota tenga parásitos es relativamente sencillo: solo hay que darle una medicación antiparasitaria adecuada de forma periódica. Los antiparasitarios internos suelen ser comprimidos o pastillas que se administran de forma mensual. Los externos suelen ser viales que se aplican con pipetas sobre la piel del animal, aunque también existen collares para prevenir este tipo de parásitos.

Los collares y pipetas son antiparasitarios efectivos siempre que sean de "marcas comerciales y laboratorios de confianza", asegura Dolors Corredera, veterinaria del Centre Veterinari del Pla y miembro del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya y del Col·legi Oficial de Veterinaris de Lleida.

La leishmaniosis

Además de garrapatas y pulgas, los animales también se enfrentan a un parásito que causa una enfermedad mucho más peligrosa, que puede llegar a ser mortal: la leishmaniosis.

Cada primero de junio se celebra el Día Mundial de la Leishmaniosis, una efeméride que sirve para recordar la problemática de esta infección endémica, causada por el parásito leishmania infantum, que se transmite principalmente a través de la picadura de un mosquito llamado flebotomo, "y solo de las hembras", matiza Corredera, que desmiente que pueda haber transmisión por contagio sexual con un animal con leishmaniosis o por mordedura de uno contagiado. "Si la sangre está parasitada con leishmaniosis y se hace una trasfusión sí podría haber contagio, pero es muy difícil que suceda, porque la sangre la analizamos antes de transfundirla", asegura.

Mosquito flebotomo, subfamilia de dípteros nematóceros de la familia Psychodidae y cuya picadura es el medio de transmisión de la leishmaniosis y otras enfermedades infecciosas.

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La leishmaniosis es una enfermedad que no solo sufren los animales; también la pueden padecer los humanos. Pero es mucho más común en ellos, sobre todo en los perros.

Por provincias, estas son las zonas de prevalencia e incidencia de la leishmaniosis, según un mapa elaborado por Elanco,

Síntomas

Los síntomas que puede presentar un animal que tiene leishmaniosis son muy variados, y van desde erupciones o lesiones cutáneas hasta problemas oculares. En la piel puede presentar caídas de pelo localizadas o calvas, excesiva descamación, bultos o mal estado del pelo y uñas.

En los ojos puede aparecer excesivo lagrimeo, pelados alrededor de los ojos, párpados inflamados o inflamaciones dentro del ojo con apariencia de ojo azul. Otras manifestaciones son sangrados por la nariz o cojeras.

Bulldog francés con una inflamación en el ojo izquierdo.

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Además, los animales infectados pueden presentar pérdida de peso comiendo lo mismo o desgana, apatía, diarrea y vómitos, fiebre y fallos renales.

Detección y tratamiento

Para saber si un perro tiene o no leishmaniosis, hay que hacerle "un análisis de sangre o un test rápido, que en 15 minutos puede determinarlo", afirma Corredera, porque puede ocurrir que en las primeras fases de la enfermedad o si la leishmania se reproduce en un plano más interno (en un "órgano diana, como el riñón", puntualiza la veterinaria), los síntomas no sean perceptibles de forma rápida.

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Tal y como recuerda Dolors Corredera, "la leishmaniosis no se cura nunca; solo se puede tratar al perro para que no sea contagioso, reduciéndole la titulación o grado de positividad" y dejando que la infección quede en la mascota de forma latente, es decir, que no se manifieste o exteriorice. Sin embargo, la calidad de vida del perro no será la misma, ya que siempre habrá que estar pendiente de las bajadas de defensas y posibles recaídas de los síntomas.

Prevención

Para evitar que un mosquito flebotomo pique a un animal doméstico, son efectivos los collares o pipetas con fármacos específicos para ahuyentar al insecto causante de la infección, "las vacunas y los productos que proporcionan inmunidad celular", es decir, pastillas, comprimidos o jarabes "que el animal ingiere por vía oral y que son estimulantes de su sistema inmunológico", explica Corredera. Las vacunas "ofrecen un porcentaje de protección realmente elevado y se administran de forma anual de por vida", concluye la veterinaria.

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