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¿De qué sirve (o no) la etiqueta Nutri-Score?

• El logotipo nutricional de colores no garantiza de por sí una dieta saludable

• Sin embargo, dirige hacia opciones más sanas y Europa lo pedía desde hace años

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supermercado / Elisenda Pons (El Periódico)

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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La etiqueta Nutri-Score, que ha indignado a productores de aceite y jamón, no es la panacea de la dieta saludable. Sin embargo, puede dirigir a los consumidores y a la industria hacia opciones más sanas. La OMS y Europa exigían un etiquetado de este tipo desde hace más de una década.

La etiqueta nutricional de colores y letras Nutri-Score, que el Gobierno quiere oficializar dentro de 2021 ha desencadenado un agrio debate. El ministro de consumo, Alberto Garzón, pretende presentar antes de que acabe abril un real decreto que fijaría este logotipo como el etiquetado nutricional frontal oficial (aunque no obligatorio) en España.

Etiqueta nutricional con la clasificación de Nutriscore de un paquete de nueces crudas.

/ El Periódico

¿Como funciona?

El Nutri-Score asigna a cada producto una nota de A a E. Se basa en 7 nutrientes presentes en 100 gramos (o 100 mililitros) de producto: 4 desfavorables (calorías, azúcares, grasas satauradas y sal) y 3 favorables (presencia de frutas y verduras, fibras y proteínas). 

Por cada uno, se asignan puntos de acuerdo con unas escalas. Luego se restan los puntos favorables de los desfavorables. El resultado se asigna a una de las cinco letras, de acuerdo con cuatro umbrales. Escalas y umbrales se basan en la literatura científica. 

Además, hay correcciones para evitar que productos con alta puntuación desfavorable obtengan igualmente una buena nota. También hay modificaciones para los quesos, las bebidas y las grasas añadidas. En estos casos, el algoritmo sin modificación colocaba a casi todos los productos en la misma clase, sin permitir una distinción clara.

El algoritmo es público y los siete indicadores son los que tienen que estar en la etiqueta porque la Unión Europea (UE) lo manda. Cualquier consumidor podría calcular el Nutri-Score de cualquier producto, pero la web Open Food Facts ya hace el trabajo.

El sistema fue creado en la Universidad de Oxford y adoptado en Francia en 2014. Otros seis países, incluyendo España, han notificado su intención de adoptarlo.

Algunos equívocos

• “No es necesario”

En 2004, la OMS pidió un etiquetado frontal para paliar las enfermedades metabólicas. En 2006, un reglamento europeo mandó la adopción de perfiles nutricionales. “Avanzar en el etiquetado es una obligación. La obesidad es una prioridad de salud pública y hay que establecer medidas legales para esa lucha”, afirma Pepa Plana, integrante del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona y profesora en la Universidad de Wageningen.

• “La cocacola sale mejor parada que el aceite”

Una vez que un consumidor ha decidido comprar un determinado tipo de producto, el Nutri-Score ayuda a elegir el de mejor perfil nutricional. Entonces, sirve para comparar entre distintas marcas del mismo producto (como diversos tipos de cereales), o entre productos de la misma categoría (como un yogur natural y uno griego), o entre alimentos que se comen en el mismo momento (como cereales y cruasanes). "Nadie aliña una ensalada con cocacola, entonces no tiene sentido compararla con el aceite. Son algoritmos distintos", explica Jordi Salas, catedrático de nutrición de la Universitat Rovira i Virgili (URV). 

• “Un producto con peor Nutri-Score es malo”

Un Nutri-Score bajo no quiere decir que un producto hace daño a la salud, “sino que se tiene que consumir en menor cantidad y menos frecuentemente”, explica Chantal Julia, profesora de nutrición de la Universidad de la Sorbona París Norte, del equipo que desarrolló el Nutri-Score. En el caso del jamón, los expertos recuerdan que no deja de ser carne procesada

• “Una dieta sana puede basarse en el Nutri-Score”

“Un alimento con Nutri-Score verde [correspondiente a la letra A] es de lo más saludable en su gama, pero no es de por sí saludable”, afirma Nancy Babio, investigadora en nutrición de la URV. Una dieta sana depende de lo que se decide comer y en qué cantidad. Para ello, son útiles otros instrumentos como las guías, pirámides y platos nutricionales. “De hecho, la base tienen que ser alimentos frescos, que no llevan etiquetado”, afirma Babio. 

• “Blanquea productos contaminantes e ultraprocesados”

El Nutri-Score no toma en cuenta el impacto ambiental o social de la producción de la comida. “Un alimento puede ser muy saludable y a la vez muy malo para el planeta”, reconoce Salas, que sin embargo afirma que la investigación aún no ha inventado indicadores sintéticos de impacto ambiental. Tampoco hay un consenso científico sobre cómo medir el nivel de procesado. Sin embargo, estudios citados por Salas detectan un menor porcentaje de ultraprocesados entre los productos con mejor Nutri-Score. 

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• “Hay alternativas mejores”

Hay decenas de tipos de etiquetados nutricionales. Varios países latinoamericanos tienen un sistema de advertencias obligatorias (como las del tabaco). Sin embargo, Nutri-Score es el mejor entre aquellos que se basan en la información obligatoria en la UE, según sus impulsores. Eso explica algunas limitaciones del sistema. Por ejemplo, no tiene en cuenta los azúcares añadidos, porque no es obligatorio declararlos en la etiqueta.