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El día de la salud (si no te ha tocado)

El gordo de Navidad es una de las cosas más estables de España. Manden reyes, repúblicas o dictaduras, nunca falla. Y siempre toca a los demás...

Imagen de archivo de 1935 conservada por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona

Imagen de archivo de 1935 conservada por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona / 'Arxiu Fotogràfic de Barcelona

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Xavier Carmaniu Mainadé
Xavier Carmaniu Mainadé

Historiador

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Hoy es el día de la salud. Después de estar pendientes de la inconfundible cantinela y comprobar que no ha tocado ni el reintegro, se desvanecen los sueños y planes que habían despertado en nosotros el billete (o billetes) que aguardaba su momento de gloria, custodiado en la puerta de la nevera por un imán absurdo de aquellos que se compran cuando se está de vacaciones. Entonces aparece la mente racional que nos recuerda que la salud es lo más importante (¡Cómo si no lo hubiéramos aprendido suficientemente este 2020!) Y que la rifa es un truco del Estado para recaudar dinero.

De hecho, la historia de la lotería española se remonta al reinado de Carlos III, cuando se importó de las ciudades italianas, pioneras en el uso de los sorteos como herramienta recaudatoria. Cabe decir, pero, que entonces no había El Gordo. El primer sorteo de Navidad se celebró el 18 de diciembre de 1812 en Cádiz.

El año anterior se había constituido la Real Lotería Nacional de España por iniciativa de Ciriaco González Carvajal, un alto funcionario miembro del grupo de dirigentes refugiados en la ciudad andaluza durante la invasión de Napoleón. Cádiz fue el núcleo de resistencia, donde los contrarios a la ocupación francesa intentaban crear las estructuras de la España moderna. De allí salió, por ejemplo, una de las constituciones más avanzadas de su tiempo. Y sí, también esta lotería que hace soñar tanta gente cada 22 de diciembre.

Los primeros décimos costaron 40 céntimos cada uno y se daban ocho mil reales de premio gordo. El número afortunado fue el 03604. Cayó en Cádiz. En realidad, no había muchas opciones de que tocara en ningún otro lugar porque sólo se pudieron vender boletos donde no estaba desplegado el ejército napoleónico. De hecho, gracias a la evolución bélica, los sorteos de la lotería se fueron expandiendo paulatinamente. Primero llegaron a Ceuta, después a toda la región andaluza y finalmente, en 1814, con Napoleón derrotado y Fernando VII ya en el trono, Madrid pudo acoger los sorteos de manera regular.

A partir de 1839 el sistema de loterías se fue consolidando y creciendo tanto en organización como en premios. En 1880, por ejemplo, se empezó a celebrar el sorteo del Niño el día de Reyes y la Fábrica de Moneda y Timbre ya se ocupaba de imprimir las series de décimos para evitar las falsificaciones.

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En 1892 se oficializó algo que la ciudadanía ya hacía tiempo que consideraba una tradición de estas fiestas y se bautizó, por fin, como Sorteo de Navidad, donde el protagonismo se lo reparten las bolas de madera de boj, los bombos que giran sin cesar, y los niños que canta los números y los premios. Las criaturas proceden del colegio de San Ildefonso, una institución escolar que fue creada en el siglo XVI por el rey Carlos V con la voluntad de asegurar la educación a los huérfanos de funcionarios públicos. Entonces la fuente de ingresos de la escuela eran las donaciones y, a cambio de limosna, sus alumnos eran requeridos para participar en varios eventos de la capital; que podían ir desde cantar durante un funeral hasta participar en los sorteos, cosa que empezaron a hacer en 1771, cuando aún existía la Lotería Real. Hasta 1980 no fue una escuela mixta y aún tuvieron que pasar cuatro años para que las primeras niñas pudieran participar de la liturgia del sorteo navideño. La primera que se estrenó fue Mónica Rodríguez que a las primeras de cambio de su turno dio el cuarto premio -25 millones de pesetas-con el número 4.414.

El sorteo del gordo es una de las cosas más estables que hay España. Ha sido capaz de mantenerse a pesar de todos los cambios políticos y ha visto pasar siete monarcas, dos dictaduras, dos repúblicas, tres guerras civiles durante el siglo XIX y una en el siglo XX, durante la cual, por cierto, llegaron a celebrarse dos sorteos paralelos. En 1938 un bando organizó el gordo en Burgos y otro en Barcelona. En la facción rebelde salió el 22.655 y en la republicana el 36.758. Dos maneras tan diferentes de entender España que incluso en la lotería en un caso el número fue impar y en el otro par.

Antes la Primitiva que la Gorda

La Primitiva es uno de los sorteos más populares actualmente. Su nombre tiene su origen en la rifa organizada por Carlos III, que funcionaba de manera similar. Cuando en 1812 se organizó la lotería con los números impresos en los billetes, esta fue considerada la "moderna" y la otra se empezó a conocer como la "Primitiva". Se suspendió en 1862 pero se recuperó en 1985.