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¿Tus compras online contaminan tu ciudad?

  • El comercio electrónico, disparado por la pandemia, genera emisiones, tráfico y residuos. 

  • Mejores condiciones laborales y microplataformas de paquetería aliviarían el impacto

Un repartidor lleva un paquete de comercio electrónico.

Un repartidor lleva un paquete de comercio electrónico. / SHUTTERSTOCK

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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En las primeras navidades pandémicas, los reyes traerán muchos regalos por paquetería. En 2018, el comercio electrónico ya crecía a un ritmo del 20-25% anual en Catalunya y durante la pandemia subió entre un 40 y un 50%, según estiman fuentes del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB).

La compra online tiene impactos ambientales remotos, como el consumo de energía de los servidores o el uso de aviones para entregar la mercancía a toda velocidad. Sin embargo, sus efectos se ven también en la 'última milla' que recorren los paquetes.

Impactos ambientales de la última milla

1.Emisiones

La distribución urbana de mercancías (DUM), según datos de la AMB, es responsable del 20% del tránsito de las ciudades y genera el 40% de las emisiones (entre otras razones porque ahorra costes usando vehículos diésel antiguos). No está claro qué parte se debe al comercio electrónico. Fuentes de Amazon dicen no disponer de datos. La Administración tampoco, ya que la aplicación SPRO monitoriza las plazas de carga y descarga oficiales, pero muchos repartidores de comercio electrónico aparcan donde pueden.

2.Ocupación del espacio público

“Muchas entregas de comercio electrónico se realizan en lugares no preparados, generando congestiones”, observa Ignasi Ragàs, economista y experto en logística. La AMB estima que la DUM es responsable del 30% de la ocupación de las calles.  

3. Exceso de envoltorios

Cuando un comprador adquiere leche en un supermercado, se lo lleva en su embalaje primario (el tetrabrick) o como mucho en una bolsa. Por el contrario, los productos de comercio electrónico suelen llegar envueltos en capas de plástico y cartón.

4. Logística absurda

Los problemas anteriores son amplificados por un dato desconcertante. Alrededor del 15% de las entregas a domicilio en Catalunya son fallidas y requieren una segunda visita, según un informe de 2018 de la Generalitat. Además, el 9,4% del total de compras 'online' acaba en devolución. Todo ello redunda en “logística absurda”: una enorme cantidad de viajes que se hubieran podido evitar.

¿Qué remedios hay?

1.Comercio de proximidad o comandas consolidadas

“La movilidad más sostenible es no moverse. Ninguna ciudad aguanta millones y millones de entregas”, afirma Francesc Robusté, catedrático de transporte de la Universitat Politècnica de Catalunya. Lo más recomendable es acudir a pie o en bicicleta al comercio de proximidad. Ir en coche a un centro comercial es peor que comprar por Internet: una camioneta que lleva 100 productos contamina menos que 100 coches que llevan uno. Robusté recomienda consolidar las comandas: concentrar diversas comprar en un único envío.

2.Más derechos para los transportistas

“La eclosión [de la compra online] se basa en que el transporte es muy barato o gratuito. Eso lo está pagando el eslabón más débil de la cadena: los transportistas”, afirma Ragàs. A menudo, se trata de autónomos sin poder negociador ante plataformas poderosas. Consumidores, sindicatos y más investigación sobre prácticas laborales podrían cambiar las cosas.

3."Tasa Amazon"

“El comercio electrónico inunda la ciudad de furgonetas y no paga nada para usar el espacio”, explica Manel Ferri, cofundador de la Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP). Por ello, Nueva York y Barcelona estudian tasas de última milla, conocidas como “tasas Amazon”.

4. Microplataformas o plataformas móviles

“En Portal de l’Àngel, por la mañana, ves camionetas con las puertas abiertas que reparten mercancías a 'cargobikes', para que las lleven a Ciutat Vella”, observa Robusté. Estas bicicletas, que pueden llevar hasta 200 kilogramos, se mueven más ágilmente. El sistema es un embrión de plataforma móvil. “Queremos tener una microplataforma por cada uno de los 10 distritos dentro de este mandato”, afirma Rosa Alarcón, concejala de movilidad. Se trata de sitios donde las camionetas dejan su carga y un gestor la organiza y reparte localmente con medios sostenibles, como triciclos eléctricos. “El prototipo de la Estación de Francia demuestra que es perfectamente viable, sale a cuenta y ahorra trayectos”, afirma Adrià Gomila, director de servicios de movilidad.

5.”Click and collect”

Viajes, congestión y entregas fallidas se ahorrarían si los compradores acudieran a recoger sus paquetes en tiendas, quioscos, taquillas, etcétera. En 2018, sólo el 15,1% de las entregan se hacían de esta forma (Click and Collect). Barcelona pretende impulsar estos servicios dentro de los grandes aparcamientos, afirman Alarcón y Gomila.

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Otras soluciones para el impacto ambiental de la paquetería incluyen renovar la flota con vehículos eléctricos (Amazon tiene más de un centenar en España y la AMB ha lanzado subvenciones para ello); apostar por envoltorios retornables; priorizar la entrega vespertina, para asegurarse que los destinatarios estén en casa, o multar las entregas fallidas. Esta explosión de propuestas es otra prueba del reto que le plantea el comercio electrónico a la logística. 

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