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Vicens Bueso: "Si cierra el colegio de al lado, me muero"

El propietario del badaloní Can Joan sobrevive convirtiendo el bar en un negocio de comida para llevar gracias a los clientes de un centro educativo cercano

Vicens Bueso, en la entrada de ’su’ Can Joan, en Badalona.

Vicens Bueso, en la entrada de ’su’ Can Joan, en Badalona.

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Anna Rocasalva

Vicens Bueso, el propietario del bar Can Joan, tiene un negocio muy especial. Su padre lo creó en 1974, en una pequeña placita, al lado del Col·legi Cultural de Badalona. Junto a su hermana, Bueso se ha encargado de que su establecimiento sea un imprescindible del día a día de los vecinos del barrio, y de los profesores, familias y alumnos del colegio, a los que cuida como si fueran de su familia. Con las nuevas restricciones ha adaptado el bar para convertirlo en un negocio de bocatas y bebida para llevar. Y, de momento, está logrando mantenerse a flote sin ertes, ni despidos.

¿Por qué ha decidido abrir? Por intentarlo que no quede. Hay que hacer lo posible para que cuadren los números. Para ello he cambiado la dinámica de Can Joan. Ahora todo es para llevar, todo de plástico. Preparo bocatas y bebidas y la gente lo consume fuera. Aunque también es verdad que trabajo la mitad.

¿Cómo calcula la compra de productos? Justamente, antes de estas nuevas restricciones, había hecho una compra bastante grande. Ahora quizá tenga que tirar producto perecedero. No tengo tanto cliente como para venderlo todo.

Su clientela es muy concreta. Tengo un negocio muy especial. Mis clientes son mucho más que eso, son prácticamente familia. Son los profesores y las madres, padres, abuelos y tíos de los alumnos del Col·legi Cultural. ¡Y hay 1.800 estudiantes! Además, en esta placita no hay ningún otro negocio, con lo cual, no tengo competencia. Eso sí: si cierra el colegio, me muero.

¿Ha reducido la jornada? Sí, un poco porque no vale la pena estar tan abiertos como antes. Adaptarse o morir, que dicen.

¿No se ha planteado el ‘take away’? No tengo la infraestructura suficiente y tampoco creo que funcione. Yo sé lo que soy y hasta dónde puedo llegar. Hay que ser realista.

¿Ha tenido que hacer algún erte? Ni ertes, ni despidos, afortunadamente. Esto es un negocio familiar hasta para con el edificio: arriba está la vivienda de mi madre y abajo está el local de Can Joan. Ya no quedan negocios así. Aunque seguimos pagando la hipoteca. Normalmente trabajo con mi hermana, pero ahora ella se está haciendo cargo de nuestra madre, que es una persona dependiente.

¿Qué espera de la Administración? Que sean coherentes y nos traten como adultos. Nosotros adoptamos todas las medidas de seguridad, reducimos mesas, ampliamos distancias… ¡hasta nos felicitaron los clientes! Las instituciones no deberían explicar las cosas tan mal y no deberían imponer estas restricciones de un día para otro.

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¿Qué gastos necesita que le reduzcan? Los tributos locales que dependen del Ayuntamiento de Badalona, por ejemplo. Yo pago 780 euros de terraza. ¿Por qué no nos hacen un descuento? Creo que no se está ayudando al ciudadano.

¿Cuánto tiempo calcula que podrá aguantar así? Unos tres o cuatro meses sin sufrir mucho. Eso sí: sin salir de casa y pagando todo lo que se tenga que pagar. Más allá ya no sé.