Gente Corriente

Pilar Ferrer: "Hemos ido a bodas de gente que se conoció en el camping"

Creció en el camping que ahora lleva con su hermana Carme, sobre las tierras del abuelo payés. Aprendió francés jugando con los hijos de los primeros clientes.

Montse Ferrer, en las instalaciones del camping Rifort de l’Estartit, el negocio familiar con origen en 1962.

Montse Ferrer, en las instalaciones del camping Rifort de l’Estartit, el negocio familiar con origen en 1962. / JOAN CASTRO / ICONNA

2
Se lee en minutos
Carme Escales

Sonaban las campanadas de bienvenida a 1969 y nacía en el Hospital Josep Trueta de Girona Pilar Ferrer. Si hubiera sido niño, la hubieran inscrito en el 68, con su quinta de mili, pero al ser niña dieron a sus padres a elegir, y prefirieron el 69 para que fuese la mayor de clase. Fue la mayor y aventajada con el francés, pues tenía maestros de su edad en casa, niños franceses que veraneaban en el camping junto al Mas Solés, en l'Estartit donde ella se crió y siempre ha vivido.

Camping Rifort.

El nombre viene de los apellidos de sus fundadores, Rifé y Fortea, dos emprendedores de Barcelona y Caldes de Montbui que en 1962 propusieron a mi abuelo, Pere Riera, alquilarle unas tierras para montar un camping.

¿No las trabajaba?

Cultivaba trigo. Pero el camping se abría después de la siega. Abrían solo del 15 de julio al 15 de agosto. Luego mi abuelo sembraba. Pero no se hacía gran cosa, son tierras salinas. Mi abuelo ya nació en el Mas Solés, sus padres eran los massovers. 

Abuelo de mente abierta.

Un día llegó una gente de Camprodon preguntando si les alquilaríamos una habitación. El médico les había recomendado el agua de mar y mi abuelo dijo que sí. Y desde entonces, alquilábamos habitaciones. Pero el camping no lo consideramos hasta que yo terminé bachillerato y decidí estudiar turismo.

¿Aprendió mucho?

Estaban más enfocados a hoteles. Aprendí más trabajando en el camping, sobre todo en un camping familiar como el nuestro.

¿Por qué?

Porque no miras tanto con qué harás más dinero, lo que sientes es que es un patrimonio nuestro que conservamos. Esa es la esencia, es tu casa, una gran familia con los clientes. He ido a bodas de gente que se conoció aquí. Hay clientes de hace 36 años. Hasta hace muy poco venían quienes hacía 50 años que venían. Ahora vienen sus hijos y sus nietos. A mí de niña me metían en el parque con otros niños a jugar y así aprendí francés. Primero venían sobre todo franceses, luego holandeses e ingleses.

¿Cómo ha cambiado el turista de camping?

Antes la mayoría empezaba con tienda, buscaba el contacto con la naturaleza. Luego pasaban a carro-tienda, caravana y bungaló. Hoy los jóvenes quieren toda comodidad.

La gente quiere llevar la ciudad al campo.

El espíritu del camping siempre fue el contacto con la gente, hoy van todos con el teléfono. Los más pequeños que aún no tienen móvil juegan juntos. Los adolescentes se escriben mensajes para verse en la piscina. Pero el whatsaap tiene su parte positiva, en invierno siguen en contacto y piden a los padres reservar los mismos días que sus amigos.

¿Usted ha viajado?

Apenas. En invierno nuestras hijas, que ahora tienen 20 y 16 años, iban a la escuela. Hemos viajado fuera desde casa, los turistas nos han enseñado geografía, idiomas, incluso música. El grupo alemán de ska The Busters son clientes. En julio vienen más belgas y holandeses, en agosto, franceses y españoles. Y se notó mucho cuando abrieron el Eix Transversal, desde entonces viene mucha gente de Lleida y de Osona, muy maja. La gente de los pueblos se adapta más a todo.

Noticias relacionadas

¿En invierno qué hace?

Planificar la temporada siguiente y mantenimiento. Trabajo igual, a otro ritmo. Alquilamos apartamentos todo el año.