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Íngrid Marín: «Tanto hablar de leucocitos, les quise dar color»

Para entretener sus horas de tratamiento en el hospital, esta niña de 11 años ideó Leuco's, con los que ya se han recaudado más de 30.000 € para investigar el cáncer infantil.

Íngrid Marín, en su casa, en Vilanova i la Geltrú, con los LEUCO’S que ella creó.

Íngrid Marín, en su casa, en Vilanova i la Geltrú, con los LEUCO’S que ella creó. / PAU MARTÍ

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Con 9 años, un día al acabar de ver un reportaje sobre cáncer en televisión, Íngrid preguntó: yo no tendré nunca cáncer, ¿verdad? Su padre le respondió: no lo sé, pero si sucediera, haremos todo lo posible para vencerlo. El verano pasado, identificaron un tipo de leucemia en la sangre de Íngrid. Y no solo sigue un magnífico proceso médico. Con 11 años ha puesto a trabajar leucocitos contra el cáncer infantil.

¿Cómo empezó todo?

Un día se me hinchó un codo y pensaron que me había dado un golpe, pero luego me pasó en el otro, se me llenó de líquido y se volvió de color morado. Y empezaron a hacerme pruebas.

¿Qué te explicaron?

Me dijeron que yo, en mi médula, que es la fábrica de la sangre, en vez de hacer leucocitos redondos, los hacía chafados como hamburguesas. Los leucocitos son los glóbulos blancos, las células de la sangre que defienden a nuestro cuerpo.

Y te ingresaron en el Hospital de Sant Joan de Déu.

Sí. Estuve un mes sin poder salir de la habitación, solo entraban médicos, enfermeras y mis padres. Entonces me ponían la quimioterapia y me hacían análisis cada día. Me entretenía haciendo pulseras Candela y se me pasaba el tiempo volando.

Las inyecciones son un rollo.

Y yo, además, no había estado nunca enferma. El primer día que me pincharon casi me desmayo. Pero ahora me saco yo sola la sangre del port-a-cath –la vía de acceso a las venas que evita repetir punciones-.

¿Y el quirófano cómo es?

Es mejor de lo que te esperas, es muy guay. Tiene una tele y ponen la música de tu grupo preferido y te duermes mirándola. A veces entran los Pallapupas, aparecen cuando menos te lo esperas. Mi preferida es Gelocatila.

En este año habrás aprendido muchas cosas de tu cuerpo.

Muchas. Yo no pensaba que tuviésemos tantas células y defensas, ni que hubiera tantos cánceres diferentes. El de los niños es una enfermedad minoritaria (Íngrid es la imagen de la campaña Share4rare.org), distinta que la de los mayores, porque en ellos las células envejecen. En el cole había oído que si tienes cáncer te mueres, pero  en el hospital he aprendido que para muchos tipos de cáncer no es así. Pero hay que investigar porque la quimio tiene muchos efectos secundarios. 

¿Qué haces durante la quimio?

Escucho música, miro la tele y hago Leuco's. Tanto hablar de leucocitos, les quise dar color. Intentaba verlo todo en positivo. Dibujé las células y con fieltro de colores los cosimos en familia. Cuando los vieron en la Obra Social del Sant Joan de Déu dijeron que podríamos venderlos, y vecinos y amigos nos ayudaron a hacer más. Montamos mesas en el garaje para hacerlos en cadena. No sabía que tanta gente me quería. Los llevamos a ferias y ya hemos llevado más de 30.000 euros para la investigación (Facebook: Leuco's by Ingrid).

Este año no has ido al colegio.

En septiembre ya volveré. Tengo muchas ganas de abrazar a mis compañeros, y de hacer clase. Echo de menos incluso la comida que no me gustaba del comedor. Este año, un profesor, Christian, ha venido a casa y me ha ayudado a aprobar sexto.

Además del curso, la enfermedad ha sido como otra escuela.

Ahora sé que quiero ser enfermera y, como he vivido en primera persona los cuidados de las enfermeras, tengo una ventaja porque he aprendido de ellas.

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¿No prefieres ser médica?

No, porque las enfermeras son las que vienen siempre cuando las necesitas, a las que más conoces, las que me ponen la quimio.