GENTE CORRIENTE

Paco Soler: "Me da cosa cerrar, viene la gente y casi me hacen llorar"

El cambio de paradigma en el consumo lo obliga a cerrar Discos Arsis, tienda referente de los amantes de la música en Tarragona que adquirió hace 50 años

zentauroepp48735246 contra paco soler190624161102

zentauroepp48735246 contra paco soler190624161102 / JOAN REVILLAS

3
Se lee en minutos
Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

ver +

Medio siglo después, Paco Soler cierra –un poco a regañadientes– la tienda que le dio tantas alegrías. Local de música y electrodomésticos cuando lo adquirió en traspaso en 1969, entonces en la calle del Cronista Sessé, Discos Arsis se convirtió con el tiempo en referente de los amantes de la música en Tarragona, así en la calle del Gasòmetre, donde la llevó su primer traslado (ya sin electrodomésticos), como en la de Fortuny, el segundo y definitivo. Es el signo de los tiempos: el objeto música ya no vende como antes.

-Porque esa es la razón, ¿no? La gente ya no compra música.

 -La cosa va para abajo, sí, y antes de que sea tarde… Por mí habría aguantado un poquito más.

-¿Lleva mucho masticando la decisión?

-Bueno, ya por el año 2000, más o menos… Ya empezó a bajar un poco. Íbamos haciendo, cubríamos gastos. Lo que pasa es que últimamente ya se nota mucho. En medio de todo, lo que teníamos que ganar ya lo habíamos ganado, porque cogimos la época buena de la música.

-He leído que cierra el día 30, ¿no? ¿Cómo son estos últimos días?

-Me da cosa cerrar. Viene la gente y casi me hacen llorar. "Hombre, Paco, qué vamos a hacer sin ti". Me dan besos y todo, es muy bonito, y yo digo: "Qué lástima". Pero bueno, ya tengo una edad, y un día u otro se tenía que acabar.

-Por ahí leí que está regalando discos a los clientes.

-Pues sí. Me dicen: "No, Paco, no, que he venido a hacerte el último gasto", y yo: "Bueno, pero yo te quiero hacer un regalo, coge uno".

-Cierran las tiendas de discos. La obviedad de que se está acabando una época…

-Eso dicen, pero bueno, ahora el vinilo está triunfando. Lo que pasa es que en España vamos siempre por detrás, pero hay sitios donde el vinilo está subiendo mucho más que aquí.

-¿No era una opción?

-Si no tuviera la edad que tengo, pues sí, hubiera pegado un cambio en la tienda y hubiera mirado los vinilos y alguna cosa más para complementar. Pero claro, habría tenido que tener vinilos de todos los grupos otra vez, porque están reeditando mucha cosa.

-¿Quiere hablarme de su época de 'discjockey'?

-Claro. Empecé a los 19 años. Pinché en la boîte del Hotel Lauria, luego en la discoteca Georgia, en Salou… Luego en Biblos, que estaba en Roda de Barà, y finalmente en la Vip’s de Calafell. Pero hace 30 años que lo dejé.

-Así, sin más: ¿por qué le gusta tanto la música?

-Soy un bailongo. Yo lo bailo todo. He ganado premios. A partir del baile llegó lo otro, pero lo que más me ha gustado siempre ha sido bailar.

-Medio siglo son muchos años. ¿Hay recuerdos malos asociados a la tienda?

-No me acuerdo de nada realmente malo. Esto fue empezar y ‘bum, bum, bum, bum’, a subir, a subir, a subir. Hombre, me han entrado a robar alguna vez, pero bueno, eso forma parte de… Que te suene la alarma por las noches, cosas así, pero nada más.

Noticias relacionadas

-También leí que un año tuvo la mejor vitrina de España. Hablando de recuerdos buenos.

-¡Sí! Sí, sí, sí… El primer premio de España. El año de 'Fiebre del sábado noche'. El año 77, creo. Hicimos la pista de baile. Compré plástico, le pusimos las luces… Luego un aparatico que al llegar la señal de la música las luces se encendían y se apagaban. Me fui a un cine, me dieron un póster, recorté las dos figuras… Todo manual. Todo artesanal.