Kerry Jessop: «Queremos que brille una luz sobre las minorías de Barcelona»

El nombre del proyecto que dirige Kerry Jessop (Nottingham, Reino Unido, 1984) lo dice todo: The Missing City Stars (TMCS), un grupo de cineastas con la misión de dar herramientas a minorías vulnerables de Barcelona para que construyan sus propias historias a través de documentales. Jessop y profesionales del sector trabajan con personas con discapacidad, personas sin hogar o colectivos de barrios olvidados para acercarles una educación creativa que les visibilice a ojos y conciencia de quienes todavía no les ven.

-¿Por qué ese nombre?

-Porque lo que queremos es que brille una luz sobre las minorías de Barcelona; sobre personas que no consiguen brillar porque no hacemos por verlas, lo que no quiere decir que no sean estrellas de nuestra sociedad.

-¿Cómo surgió la idea?

-Mi pareja y yo, que estudiamos cine y periodismo audiovisual, vivíamos en Londres con trabajos poco creativos y quisimos cambiar: hicimos las maletas y vinimos a Barcelona hace 7 años. Aquí montamos una pequeña empresa pero seguíamos teniendo la necesidad de invertir tiempo en algo creativo, así que fundamos TMCS.

-¿TMCS está más cerca del activismo o de la comunicación?

-Mitad y mitad. Nuestro objetivo es ofrecer a estas minorías la oportunidad de empoderarse y, así, crear algún cambio social que haga que otros tomen conciencia de ellas.

-¿A qué se refiere con "minorías"?

-A grupos de personas que están en desigualdad de oportunidades en relación a los grupos dominantes, lo que les supone una falta de poder que se traduce en carencias educativas, de tener voz o de ser escuchados. Pueden ser minoría por muchas razones: culturales, económicas, por discapacidades...

-¿Qué hacen esas personas exactamente?

-Todo: nosotros solo les ayudamos a crear los documentales. Organizamos seis talleres donde directores, cámaras y profesionales de la industria en Barcelona les enseñan qué es un documental y las habilidades básicas. A partir de ahí, ellos salen a grabar, editan y tienen el control de la historia; el director solo está con ellos para asistirles.

-Pero ellos no salen en los documentales, ¿no?

-No; no son documentales sobre ellos, sino realizados por ellos desde detrás de las cámaras. Ahora bien, como nosotros les damos total libertad para elegir el tema, suele ocurrir que acaban hablando de lo que conocen y con lo que tienen relación.

-¿Cómo nace un documental?

-Lo primero es investigar áreas y barrios de Barcelona, hablar con las comunidades y ver qué oportunidades hay. Eso sí, no forzamos a nadie: solo participa quien quiere.

-¿Qué papel tiene usted?

-Mi pareja y yo no nos implicamos en la vertiente educativa ni creativa, pues para eso ya están los profesionales con los que contamos, sino que hacemos la producción de los proyectos: organización, buscar localizaciones, buscar profesionales...

-Y la financiación.

-Sí, aunque eso es lo último. Nuestra prioridad siempre han sido las personas, y jamás las usaríamos con fines lucrativos; nosotros no ganamos nada, solo necesitamos que el proyecto sea sostenible para pagar a nuestros profesionales. El Ayuntamiento de Barcelona nos ha ayudado en un par de años.

-¿Qué documental le ha marcado más?

-Llevamos seis, y para mí fue muy especial el que hicimos en el barrio de Baró de Viver, ya que fue el primero y donde, pese a las dificultades del principio, todos creímos en el proyecto. Cuando lo finalizamos, lo proyectamos en el centro cívico del barrio, adonde los chicos que participaron con nosotros invitaron a todos sus amigos. Fue muy bonito.

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-¿Qué ha aprendido de TMCS?

-Que es muy fácil crear estereotipos, pero que, cuando trabajas con una comunidad, no trabajas con un grupo homogéneo, sino con personas con necesidades individuales. Ellos quieren aprender y tener una oportunidad de educación creativa: sé que hay una necesidad real para este proyecto.