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Martha Ogochukwu Dennis: "Allí donde hay mujeres líderes, las cosas cambian"

Licencia en Ciencias Políticas en Nigeria, ha estudiado un máster en Barcelona y forma parte del movimiento de jóvenes que quieren cambiar África desde la base.

Martha Ogochukwu Dennis forma parte de la generación de jóvenes que quieren cambiar África.

Martha Ogochukwu Dennis forma parte de la generación de jóvenes que quieren cambiar África.

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Algo se mueve en África y los protagonistas son jóvenes formados en Europa y Estados Unidos que quieren volver a sus países para cambiar las cosas. Martha Ogochukwu Dennis (Nigeria, 1991) ha estudiado un máster en Ciencias Políticas con una beca de la Fundación Mujeres por África y la Universitat Autònoma de Barcelona y ahora busca financiación para continuar sus estudios de doctorado antes de volver a Nigeria y poner en práctica sus conocimientos.

Nigeria es el doble de grande que España. ¿De dónde es usted exactamente?

Mis raíces están en el este del país, pero me crie en el norte, en Wukari, en el estado de Taraba. Hace siete años abrió la primera universidad pública y allí estudié Ciencias Políticas. Mi madre pidió varios créditos para pagar mis estudios y hace poco terminamos de pagar las deudas.

¿Por qué Políticas?

No había mucho donde escoger y la economía no me interesaba. Con el tiempo me fui apasionando, entendí que en Nigeria los políticos capitalizan la ignorancia de las personas para llenarse los bolsillos y que la gente no somos conscientes del poder que tenemos.

Me suena.

En Nigeria hay varios niveles de crisis, con la corrupción en el número uno. Tenemos problemas de seguridad, de desempleo, de sanidad, de contaminación, crisis religiosas, tribales… Donde viven mis padres hay tiroteos a diario y tengo miedo por ellos. Aun así, la gente sigue votando a incompetentes solo porque son de su misma tribu o religión.

Usted es igbo, que son mayoría en el Este, pero vive en el Norte, de mayoría hausa. ¿Esto le da otra perspectiva?

Definitivamente. Esto no va de ser igbo, hausa o yoruba, va del 95% de las personas sin poder que no tienen agua, ni luz, ni suficiente comida. El paro es del 23% y sigue subiendo. Mi novio es licenciado en Contabilidad y ni siquiera puede alimentarse bien. ¿De qué sirve todo el esfuerzo para graduarte si vas a acabar pidiendo limosna?

¿Ve luz al final de túnel?

Sí, siento que algo se está cociendo, la gente se está concienciando más de lo que de verdad importa y los jóvenes queremos cambiar las cosas. Tenemos que poner el amor al país en primer lugar y empezar a reorientar nuestros valores en la familia, las escuelas, los centros religiosos… Todo es política y solo podremos resolver la corrupción y el egoísmo si empezamos a actuar desde la base. Pero nos queda mucho camino por recorrer.

¿Cuáles son esos valores? 

Hemos  perdido el valor de la decencia, de la comunidad, de la honestidad, de la tolerancia, de cuidarnos unos a otros. La gente es egoísta y codiciosa y los políticos no salen de la nada, son un reflejo de la sociedad. Necesitamos una ética decente.

¿Quiere entrar en política en su país?

Tal y como están las cosas, es casi imposible para una mujer nigeriana hacer política sin poner en riesgo su integridad y la de su familia. Quizá lo haga en el futuro, porque está claro que allí donde hay mujeres líderes las cosas cambian. En Etiopía el 50% del Gobierno lo componen mujeres, en cambio en Nigeria no llega al 8% . Es una vergüenza para un país que se cree un referente en África.

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Entonces, ¿cómo piensa contribuir al cambio en Nigeria?

Desde las aulas. Me gustaría dar clases de liderazgo ético a nuestros futuros gobernantes. También me gustaría fundar una oenegé porque por propia experiencia sé el potencial que tiene para cambiar la vida de una persona. Mis planes inmediatos, si encuentro financiación, son estudiar un doctorado y especializarme en cualquier ámbito que tenga que ver con los derechos de las personas. Quiero que en Nigeria se oiga la voz de las mujeres.