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Pere Blanco: "Me entraron ganas de pintar murales, de pintar en la calle"

Pintó carteles de cine y rótulos publicitarios de gran formato durante toda su vida laboral, y ahora, con 73 años, ha hecho su primer mural urbano por pura nostalgia de pintar

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zentauroepp48279816 pere blanco190527115643 / JOAN MATEU PARRA

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Fue producto de larga reflexión y concienzuda preparación, pero ahí estaba, finalmente, Pere Blanco, pintando su primera obra de arte urbano a los 73 años. Desde los 15 y hasta la jubilación se ganó la vida pintando carteles de cine y rótulos publicitarios de gran formato, y es tan sencillo como esto: echaba de menos pintar, y hacerlo así, en gran formato, como cuando le encargaban el cartel de 'La sombra de las pirámides' para el Regio Palace, o el de 'El padrecito' para los Bosque. Blanco tenía nostalgia.

-Dígame, ¿cómo se le abrió el apetito de pintar en la calle?

-Bueno, esto ocurrió porque un día, paseando por L'Hospitalet… Yo vivo allí. Un día vi una grúa y a unos chicos pintando y me acerqué a conversar. Por ellos me puse en contacto con ese mundo.

-¿Qué ocurrió?

-Bueno, que por estos chicos supe de una fundación, Contorno Urbano, y de que había un muro en la Torrassa que pintaban entre varios artistas. No, no entre varios artistas: un artista cada mes.

-¿Le dio curiosidad?

-Empecé a ir cada mañana. Como estoy jubilado y vivo a 10 minutos, cuando empezaban un mural, yo no dejaba de ir cada mañana y cada tarde, hasta que lo acababan.

Blanco, pintando su mural. / ALEX R. FISCHER

-¿Le recordaba su antiguo trabajo?

-Pues sí. Era un mural de 10 por seis y esas dimensiones me recordaban los carteles de cine. Al ver que cada mes venía un artista diferente, cada uno con su estilo, a mí eso me fue entrando, me fue entrando… Y me entraron ganas de pintar murales. De pintar en la calle. Hasta me dio la tentación de, como eso es por concurso… Me dio la tentación de presentarme, pero claro…

-¿Qué?

-Pues que aquello era con grúa, andamios, la acera está inclinada… Toda esa gente joven me transmitía vitalidad, entusiasmo, pero por mi edad tenía que mirarme las cosas con detenimiento. Entonces los chicos me aconsejan: "Pere, empieza por algo más pequeño, a pie de suelo".

-Bueno. Al final se decidió.

-Mi entusiasmo fue en aumento. Fui conociendo a un montón de gente. Me decían los sitios donde iban a pintar y yo iba. El Poblenou, ciudades del área metropolitana, incluso pueblos pequeños. Entonces empecé a hacer bocetos, y llegó un momento en que dije: "Tengo que dar el paso. Lo tengo que hacer". Pensaba mucho en la edad, en que me cansaría, pero pudo más el recordar las cosas que había hecho anteriormente.

-¿Qué pintó? ¿Quién era esa mujer?

-Lo que pinté lo tenía en mente hacía mucho tiempo. Es una guerrillera salvadoreña, Tomasa Jovita Torres, 'Mamá Paula'. Vi una foto suya en una exposición y me llamó la atención. También me impactó su historia. Decidí hacerle un homenaje.

-¿Escogió las Tres Xemeneies por algo en particular?

-La semana antes de ponerme a pintar hice un recorrido por tres espacios donde quería intervenir. Comprobando los grafitis, el tiempo que duraban… El mural en cuestión da al Paral.lel. Me gustaba que estuviera bien visible.

-¿Qué tal la experiencia?

-Estoy contentísimo. Muy motivado. Me lo tomo con filosofía, de hacerlo poco a poco, pero tengo en mente hacer más.

-¿Y lo de que sea arte efímero? Su mural duró poco.

-Lo tengo asumido. Son ya cuatro años haciendo seguimiento, he hablado con mucha gente y sé las historias que hay detrás del tema de los grafitis. Está en la calle y es efímero. Yo, por ejemplo, tuve que borrar uno para pintar el mío.

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-¿No llamaba la atención un señor de su edad haciendo un mural?

-Bueno, verá: cuando estaba pintando apareció una madre con un niño de seis o siete años. Y dice: "Mamá, mira, una persona grande pintando". Y la madre le contesta: "Sí, es que los señores mayores también pintan". Me impactó mucho.