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Helena Martos: "Como asperger me identifico más con Sherlock Holmes que con Sheldon Cooper"

Martos, en Barcelona.

Martos, en Barcelona. / SILVIA CORTADA BALLUS

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Entonces lo vio: "¿Quieres ser la voz de Job Today en España?" La plataforma barcelonesa de búsqueda de empleo buscaba a alguien que gestionara sus redes sociales, su imagen en internet de cara al público, y Helena Martos (Málaga, 21 años) pensó que estaba cualificada. “Combinaba lo que a mí me gusta: hacer vídeos, lo creativo, el contacto con la gente…” Presentó su candidatura, entró en el proceso y fue preseleccionada. Cuando le pidieron una serie de datos personales más precisos, Helena aprovechó para explicar que tenía asperger y una incapacidad del 36%.

-¿Qué le dijeron?

-"Vale. Lo tendremos en cuenta". Yo creo que los sorprendí bastante. No se me ve venir.

-¿Qué quiere decir?

-Que la gente tiene un molde para los asperger, prejuicios. Por ejemplo, piensan que son obsesivamente ordenados. Yo no: yo soy un caos. O piensan que son muy buenos para las matemáticas. No es mi caso. O que no saben tratar con la gente. Yo sí. Claro que para eso he necesitado años de práctica.

-¿Años de práctica?

-A diferencia de los autistas, que les gusta encerrarse en su mundo, los asperger tenemos la necesidad de socializar, nos gusta la gente. Lo que pasa es que nos cuesta. Yo leí varios libros de psicología y asistí a un curso de relaciones sociales enfocado a personas con asperger. Ambas cosas me ayudaron mucho.

-¿Qué aprendió?

-Pues… Pues muchas cosas. Aprendí que cuando hablo con usted debo mantener el contacto visual. Aprendí a manejar las distancias físicas, los tonos de voz, las expresiones. A ser simpática y agradable, y a no decir siempre todo lo que pienso. ¡No tenemos filtros! Pero yo he aprendido a tenerlos. Mis padres tienen un bar y de vez en cuando les echo una mano, y ese contacto con la gente también me ha ayudado.

-Contacto con la gente va a tener de sobra en su nuevo trabajo.

-Justamente lo que me habían dicho que jamás podría hacer.

-¿Quién le dijo eso?

-En realidad, nadie me lo dijo nunca abiertamente, pero era lo que pensaba la gente a mi alrededor, mis padres, mis amigos, la psicóloga. Como estudié Dietética, no sé, creo que pensaban que acabaría en un hospital con el ordenador supervisando el menú de los pacientes.

-¿Dietética? ¿Cómo encaja eso con la gestión de redes sociales?

-Soy youtuber. Tengo un canal en el que trato temas del antiguo Egipto, la antigua Grecia y las hadas. Son tres temas que siempre me han interesado. Me he inventado cuatro personajes que interactúan ante la cámara creando situaciones cómicas que luego explican. Una especie de humor pagano. De hecho, lo primero que había que enviar para el trabajo era un vídeo de presentación, y yo pensé: “Voy a sacar a mis personajes para que hablen por mí”.

-Cuando les informó de que tenía asperger, ¿pensó que la iba a perjudicar?

-¡Qué va! ¡Al contrario! Pensé: “Esto les va a encantar”. ¡A la gente le encantan los asperger! Usted está aquí. Es la prueba de ello.

-Quizá tiene razón. Aunque no creo que sea por eso que la escogieran.

-Me lo curré mucho. Antes de enviar el vídeo miré en Youtube a ver qué habían enviado los demás, porque la gente colgaba sus presentaciones. Vi que todos eran muy convencionales. Luego pensé: “¿Qué haría yo en su lugar? Miraría su Instagram. Me los voy a ganar por Instagram”. Así que empecé a colgar cosas que pensé que podían convencerlos. Ya ve: como asperger me identifico más con Sherlock Holmes que con Sheldon Cooper.

-Aun así, supongo que estuvo en vilo hasta el final.

-Me puse feliz. Puse una de mis canciones favoritas y corrí de punta a punta de la casa haciendo uno de los recorridos que más me gustan.

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-¿Cuál es?

-Del baño a la habitación y de la habitación al baño.