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Rocío Luque: "De estas mujeres me llevo lecciones de vida"

Es jefa de diseño de los talleres de artesanía de la Fundación Vicente Ferrer en la India, donde trabaja con más de 300 mujeres discapacitadas y discriminadas

Luque, en la tienda de comercio justo de la Fundación Vicente Ferrer en Barcelona.

Luque, en la tienda de comercio justo de la Fundación Vicente Ferrer en Barcelona. / DANNY CAMINAL

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Rocío Luque –cordobesa, 37 años– reparte su vida entre Barcelona y la India: es la responsable de Diseño de los siete talleres de artesanía que la Fundación Vicente Ferrer tiene en Anantapur, y que dan trabajo a más de 300 mujeres discapacitadas del estado de Andhra Pradesh, en el sur del país. De su labor conjunta con este colectivo brotan las colecciones que luego se venden en las tiendas de comercio justo de la fundación en Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca y Menorca. Luque conoce lo que hay detrás de estos productos. Mucho más que unos cuidados trabajos artesanos.

-Habrá tenido que superar obstáculos, retos. ¿Quiere hablarme de ello?

-Pues mire, de lo primero que me di cuenta es de que te tienes que adaptar a la realidad de allá. Adaptar el diseño. De hecho, el diseño es secundario. Lo primero es la realidad. En ese sentido, es lo contrario a como se hacen habitualmente las cosas. Esa fue mi primera lección.

-¿A qué se refiere?

-Bueno, a que la primera vez, precisamente, fui con una colección que había diseñado aquí sin tener en cuenta lo que me iba a encontrar allá. Ni la llegué a sacar de las carpetas.

-Cuando dice que debía tener en cuenta lo que se iba a encontrar allá, ¿a qué se refiere? ¿Al equipo humano? ¿A los recursos?

-Me refiero a todo. Trabajamos con un equipo humano que tiene unas características y limitaciones. Esa realidad, de entrada, ya te marca el tipo de diseño que vas a hacer.

-Cuando hablamos de que son mujeres discapacitadas, ¿de qué tipo de discapacidades estamos hablando?

-Son mujeres discapacitadas o bien física o bien intelectualmente. Pero sobre todo físicamente.

-Y esa es otra parte de su trabajo, ¿no? Haber entrado en contacto con esa realidad.

-Sí. Para mí ha significado empatizar con una realidad que no tenía muy cercana, y el resultado ha sido una admiración absoluta hacia ellas. De estas mujeres lo que me llevo son lecciones de vida. Es un regalo personal.

-¿Qué significa adaptarse a sus limitaciones?

-Significa, por ejemplo, hacer cosas muy básicas y que no impliquen mucha dificultad. No sé: en vez de hacer camisas vamos a hacer monederos que sean cuadrados, o cojines. O cosas en las que no haya muchos detalles. Siempre busco la facilidad para ellas.

-¿Y a los recursos? ¿Qué significa adaptarse a los recursos?

-Significa aprovechar lo que tenemos allí. El yute, o el arecanut, que es la hoja de palmera. Para mí todo es nuevo. Fue un reto ver qué podía hacer con esos materiales, pero he aprendido mucho de ellas, que ya sabían trabajar con todo esto.

-O sea, que es una mezcla de experiencias.

-Sí, exacto. Yo he podido aportar en términos de perfeccionar algunas cosas, o de proponer otras mezclas de colores… Creo que mi labor primordial ha sido personalizar el producto para un público más occidental. En algunos talleres era necesario implantar algunas cosas; en otros, desaprender lo aprendido y empezar de cero. Y había talleres en los que no había que tocar nada.

-Me imagino que formar parte de estos talleres debe ser muy importante para ellas.

-Sin duda. Las mujeres que trabajan en estos talleres se empoderan, al fin y al cabo es un programa de inserción laboral. En el fondo, lo mejor que tiene este programa es que es un programa de transformación.

-¿Qué quiere decir, exactamente?

-Que les da otro lugar en esta sociedad donde son triplemente discriminadas: por ser mujeres, por pertenecer a castas bajas y por tener discapacidad. El dinero que ganan les permite participar en las decisiones familiares, por ejemplo. Son grandes ahorradoras: una de ellas se ha comprado hace poco una moto adaptada y está encantada.

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-Después de cuatro años largos de hacer esto, ¿qué balance hace?

-Yo creo que lo más importante es la satisfacción de estar haciendo algo útil, algo que vale para algo. Eso es lo mejor que te puede pasar.