Marc Cerón: «Solo con humanidad se prospera realmente»

De productos de limpieza y sagas de empresarios sabe un rato. Preside la federación de empresas familiares de Lleida

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Marc Cerón (Lleida, 1977) tenía 14 años cuando empezó a destinar parte de sus veranos a cargar y descargar de camiones productos de limpieza. Aquel slogan: «Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo», de Jabones Camp, la empresa donde su padre era comercial, estaba en la cresta de la ola y daba mucho qué hacer. De aquel éxito, su padre aprendió gran parte de lo que implementaría en el negocio de distribución de material de limpieza profesional, Ilerda Serveis, que creó hace 30 años. Marc Cerón tomó el relevo de su progenitor y con su experiencia en la empresa y su voluntad de implicarse socialmente hoy preside la asociación Empresa Familiar de Lleida. Cenas de empresa y aguinaldos navideños colman estos días esas piñas laborales de proximidad.

¿Qué hace de una empresa familiar una gran familia?

La transparencia. La línea entre propietarios y trabajadores siempre estará, pero podemos hacerla más fina. Compartir con todos los empleados los números de la empresa, las inquietudes, las expectativas, todo lo que va bien y por lo que nos felicitamos y lo que conviene que mejoremos entre todos motiva la implicación individual y común. Cuanto más sabes, más puedes sentirte parte. Igualmente a la inversa. Los problemas o alegrías de nuestros empleados nos importan, sus pérdidas y sus malas épocas personales nos salpican emocionalmente.

¿Y en el relevo generacional qué es clave?

El respeto entre padre e hijos, la tolerancia de la manera de hacer de cada cual y el reconocimiento de la tarea y aportación de cada parte. Yo he tenido mucha suerte por el perfil dialogante de mi padre. A pesar de sus 50 años de experiencia en el sector, no ha tenido nunca una actitud impositiva.

¿Qué es lo mejor que le ha traspasado?

Los valores, todo lo que no se ve, pero se percibe y explica que nuestra empresa haya pasado en los últimos años de 15 a 25 trabajadores (tres incorporados este año) y que muchos lleven más de 20 años, hasta 29 con nosotros. Es cuando entiendes que solo con humanidad se prospera realmente, a nivel personal y también como empresa. Por utópico o idílico que suene, un negocio sin valores personales ni humanidad ni es sostenible, ni ejemplo a seguir.

¿Cómo define humanidad en el negocio?

Considerar el gran secreto la atención a las personas y los valores. Si los trabajadores estamos bien, la empresa irá bien. Y si la sociedad mejora, nuestra empresa crecerá más también. Retornar a la sociedad lo que recibimos de ella es hacer piña, no solo dentro de la empresa, como gran familia más que equipo, con flexibilidad horaria, vales de guardería para conciliar mejor, pagas extras, viajes y cenas para conocernos más, sino también fuera, hay tanto donde implicarse socialmente. Vivimos una época muy individualista con los valores por el suelo.

Como impulsor del grupo europeo DHYS de distribución de productos de limpieza conoce bastantes culturas de higiene. ¿Distamos mucho unos países de otros?

En ciertas cosas sí. En España llevamos 15 años de retraso en estándares de limpieza. Tenemos dos grandes vicios: la fregona y la lejía. En el resto de Europa nadie utiliza fregona, sino mopa para fregar. Además, a nivel de riesgos laborales, la fregona obliga a forzar más la espalda de un lado a otro. Y la lejía que es un desinfectante, la usamos para lavar. Especialmente en lavabos, asociamos olor a lejía con olor a limpio. En otros países europeos no se gasta lejía para limpiar, algunos sí usan el vinagre para ello.

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El futuro de la limpieza ¿hacia dónde va?

Cada vez es más ecológico y se racionaliza más el consumo de los productos. En el futuro serán los robots y las máquinas los que irán sustituyendo el trabajo que ahora realizan, mayoritariamente, y prácticamente en todas las naciones, personas que han llegado de otros países.