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Nona Arola: "He tenido que sacrificar mi profesión, mi vida"

La Sensibilidad Química Múltiple que padece ha obligado a la exdirectora artística del Auditori a aparcar su agitada vida, dejar la ciudad y mudarse a un pequeño pueblo del Moianès

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jcarbo46300358 nona arola181218121407 / ANNA MAS

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Así que Nona Arola vive a día de hoy en un pueblo de 30 habitantes, Granera, en el Moianès, alejada de la ciudad y de lo que hay de intolerable en ella: los químicos. Las giras, los aviones, los hoteles, el estrés, todo lo que implicaba su trabajo en el mundo de la gestión musical lo ha tenido que dejar atrás. Ha sido un cambio drástico. Antigua directora artística del Auditori, antigua directora de la Fundació Jordi Savall, antigua gerente de la Orquesta Barroca de Sevilla, representante de intérpretes de música clásica, la Sensibilidad Química Múltiple que padece la ha obligado a marcharse y dejar atrás su vida agitada. Pero no lo asume como un drama.

-Cuénteme, ¿cuáles fueron los primeros síntomas?

-Bueno, la verdad es que a mí de pequeña ya me molestaban ciertas cosas, ciertos productos, pero no le daba importancia.

-¿Solo eso?

-No. Luego empiezas a desarrollar dolores que no sabes de dónde vienen, una gran fatiga, infecciones continuas, inflamaciones, pequeñas cosas que van mermando tus capacidades.

-Un cuadro completo…

-Pero no las relacionas, hasta que un día alguien te dice: "Oye, ¿tú no tendrás…?" Entonces vas donde un médico especialista que te diagnostica.

-¿Hace cuánto? Del diagnóstico.

-Siete u ocho años. Entonces te dicen: "O cambias de vida, te la tomas de otra manera, o acabas en una silla de ruedas".

-¿Tanto así?

-Claro, es una enfermedad incapacitante. Lo que yo tengo se llama Síndrome de Sensibilidad Central. En mi caso se manifiesta sobre todo en una sensibilidad química múltiple muy acusada, pero también tengo fatiga crónica y fibromialgia, que son otras manifestaciones del síndrome.

-¿Hace cuánto que se fue a Granera?

-Hace siete años que vivo aquí de forma permanente, pero antes de eso ya procuraba pasar el máximo tiempo posible. Llegó un momento en que mi cuerpo me dijo "basta". Llegaba de una gira y pasaba varios días en que mi cuerpo era incapaz de moverse.

-Se marchó para huir de la química, ¿no?

-En parte. Pero no solo eso. Esta enfermedad tiene una parte genética, otra medioambiental y otra que tiene que ver con el estrés, sobre todo el estrés emocional. En un sitio como este puedes controlar esos dos factores, el estrés y el medio ambiente.

-¿Qué no tolera? Químicamente hablando.

-Muchas cosas. Los barnices que se usan en los muebles y que están por todas partes, las colas, la mayoría de productos de limpieza que usa la gente: perfumes, champús, desodorantes, lociones para después del afeitado. La ropa con olor a suavizante. Los ambientadores, los perfumes corporativos, esos que ponen en las tiendas. Somos unos enfermos hipersensibles a muchas cosas.

-En esas condiciones es muy difícil socializar, ¿no?

-Mucho. Yo, que estaba cada día yendo a conciertos, en contacto con tanta gente... Esa parte ha sido muy dura, aún me estoy adaptando. Afortunadamente me gusta la soledad. Me gusta la vida social, pero también la soledad. Pero me gustaría que la gente no se quedara con una visión pesimista de mi situación.

-¿Qué quiere decir?

-Que esto me ha hecho aprender. Que aquí me he dado cuenta que hay que ser feliz con las pequeñas cosas que la vida te pone por delante. He tenido que sacrificar mi profesión, mi vida, pero he aprendido a valorar las pequeñas cosas, los cambios de estaciones, las puestas de sol. Eso me ayuda a ser feliz.

-¿Ya nunca va a la ciudad?

-Muy poco. Cuando voy tengo que usar mascarilla, y estoy lo menos posible en lugares donde veo que no me encuentro bien. Hace casi dos años que no voy a un concierto en el Auditori, donde iba casi cada día.

-¿Cómo subsana eso? ¿El tema de la música?

-Bueno, ahora organizo un festival en el pueblo, el Festival a Granera, Viu la Música al Parc, que me permite mezclar música y aire libre. Y el Festival Francesc Viñas, que tiene lugar aquí en la comarca y de cuya dirección artística ya me ocupaba antes de todo esto. Además, organizo veladas musicales en mi casa, a la que vienen amigos que saben que no pueden venir con desodorante, o con ropa con suavizante…

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-Tengo entendido que organiza un concierto solidario, también.

-Sí, cada año. La Marató Solidaria. Aquí tengo que agradecer a todos los músicos que apartan un día de su agenda para esto. Los fondos que se recaudan se destinan a la investigación de la enfermedad.