Esperança Camps: "¿Por qué no oler la Navidad en febrero?"

En la parada de la Fira de Santa Llúcia, cuenta 24 historias por la vía olfativa

zentauroepp46220975 barcelona 11 12 2018 contra creadora de aromas fira santa ll181213135500

zentauroepp46220975 barcelona 11 12 2018 contra creadora de aromas fira santa ll181213135500 / Ferran Nadeu

3
Se lee en minutos
Núria Navarro
Núria Navarro

Periodista

ver +

Fira de Santa Llúcia, puesto número 42. Esperança Cases (Barcelona, 1961) moja tiras de papel en frasquitos y explica hasta 24 historias a partir de sus perfumes. Uno, habla de las plazas de cemento y verde de Barcelona. Otro, del 'Desconsol' de Josep Llimona... Son esculturas sensoriales que llaman a la puerta de la memoria.

–¿Agua de Navidad?

–En casa nos encanta la Navidad, así que pensé: "¿Por qué no oler la Navidad en febrero?". El perfume recuerda el momento en el que la cocinera saca las naranjas y mandarinas, y se sienta de una vez por todas en la mesa, surtida de polvorones, turrones, mazapanes y cava, al lado del abeto, el musgo y la chimenea.

–Sniiiff... Pues sí. ¿Cómo lo hace?

–Nada es lo que parece. Siempre comienzo un perfume con 10 gotas. Es como en la 'escudella': pones las patatas, la carne, los garbanzos y el agua, solo que aquí no puedes ver cómo funciona hasta al cabo de 15 días. Tiene que ver con el arte.

–Y aun así está en una feria. ¿Es justo?

–En el 2014 pensaba que sería mi última Fira de Santa Llúcia, pero fui seleccionada por el Institute for Art and Olfaction de Los Ángeles (EEUU) como uno de los 40 artesanos del perfume justo, independiente y experimental del mundo, y sentí cierta responsabilidad.

–¿Qué olfatearon los norteamericanos?

–Yo había elaborado 18 perfumes que acompañaban 18 pinturas sobre el Mediterráneo del artista Jordi Delgado. El que describía el cuadro 'Brillant decadència', sobre el Cabo de Gata, olía mal. Empezaba dulce y se iba ensuciando de humo, de algas en descomposición... Les gustó.

–Ole sus narices.

–Aquí está todo muy enfajado. Están el perfume doméstico y el personal, el de hombre y el de mujer... En primavera estuve con perfumistas experimentales en Londres. Uno de ellos, el belga Peter de Cupere, modeló una virgen con flujos vaginales de 50 mujeres que, al deshacerse, reproducía el olor de la intimidad femenina. Yo estoy dispuesta a subvertir los esquemas. 

Cases, reflejada en un espejo que homenajea a Lola Anglada. / ferran nadeu

–¿Una 'ferranadrià' de los olores?

–El equivalente económico es bastante precario. El Jardí Secret [el taller que ha saltado de Tiana a la tienda El Bagul del Marxant de Barcelona], aparece en el 'top', y eso significa que, para la gente que entiende, mereces ser mencionado. Los premios me han ayudado a saber en qué posición me ponen, porque aquí no hay cultura ni respeto por el perfume creativo. Sin embargo, lo hermoso es que he logrado que muchos lo descubran. 

¿Cuántos hay como usted?

–La Fundación Internacional del Perfume, con sede en Bruselas, tiene unos 15 o 20 académicos. Somos guerreros solitarios. Vamos en contra de lo establecido. ¿Le explico lo último que he hecho?

–Sí, sí.

–El poema 'La rosa groga als llavis' de Salvat-Papasseit, una reinterpretación de la leyenda de Sant Jordi donde quien se enfrenta al dragón es la princesa, Jordi –que no es santo– la respalda y la fiera es la porra de los agentes. Bajo la porra, el olor de la represión. Puse lana 'xisqueta', que inicialmente no hacía olor, pero que a medida que salía, aparecían las botas, el asfalto, la goma de las balas, el hierro de las tanquetas y, finalmente, la sangre.

–¿Siempre quiso destilar, macerar, mezclar?

–Quería ser veterinaria, hasta que en 'Daktari' vi que operaban a una serpiente. Me moví en el mundo del turismo y, a la vuelta de una estancia en Suiza, acepté hacer una sustitución de la telefonista en Parera [fabricante de 'Varón Dandy'], donde trabajaba mi madre. Acabé en el departamento de márketing.

Noticias relacionadas

–¿Se contagió por osmosis?

–Fui autodidacta hasta que, en el 2007,en un taller del perfumista francés Nicolas de Barry, descubrí que era difícil manejar más de tres olores en salas de teatro. "Tengo que conseguirlo", me dije. Así surgió la idea de 'La biblioteca de Lola Anglada', donde intervienen música, danza y perfumes que entran y salen del escenario. ¡Era a lo que quería dedicarme!

Temas

Navidad