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Carla Bonet: "Voy a trabajar con ilusión, pero también con algo de miedo"

Es guía en el monasterio de San Cugat en el marco de un acuerdo de inserción laboral para jóvenes con asperger

Bonet, en el monasterio de Sant Cugat.

Bonet, en el monasterio de Sant Cugat. / JUAN CAMILO MORENO

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Mauricio Bernal

"Hola, buenos días. Me llamo Carla y seré vuestra guía en esta visita al monasterio de Sant Cugat", empieza Carla. Es sábado o domingo. Delante espera un grupo para ser guiado. ¿Quién puede saber lo que le ha costado llegar aquí? No muchos. Carla tiene el síndrome de Asperger y socialmente ha tenido que pagar un precio. Sufrió acoso en el colegio. Durante una temporada prefirió permanecer encerrada en casa, porque la casa era territorio seguro. Al diagnóstico certero lo precedieron varios equivocados: esquizofrenia, bipolaridad. Hoy, producto de un acuerdo entre la Fundació Friends y el Ayuntamiento de Sant Cugat, Carla Bonet trabaja de guía en el famoso monasterio. Pero nadie sabe lo que le ha costado.

-Ha sido un reto, supongo.

-Un reto, sí, claro. Al principio pensaba que sería incapaz de hacerlo.

-¿En qué sentido, o sentidos, exactamente? ¿Qué le imponía más respeto?

-El trato con el público. A eso fue a lo que más me costó adaptarme, a tratar con grupos en los que no conocía a nadie.

-Porque…

-Porque dependiendo de la situación, no sé cómo reaccionar. A una situación que no me espero normalmente me cuesta reaccionar.

-Me imagino que sigue un guion, ¿no?

-Claro, recuerdo cuando me lo dieron para que lo estudiara, ¡un guion de 20 páginas! Al verlo pensé: "Esto no me saldrá, esto es muy difícil…" Pero la verdad es que todo el mundo me ayudó, los otros guías me ayudaron, y además, ¡tengo muy buena memoria! Yo conocía el monasterio, pero como lo conocen todos. A través del guion descubrí sus secretos. Me encantó.

-O sea, que no le costó aprendérselo.

-Bueno… Estuvimos varios meses trabajando en ello. Hicimos un resumen, ensayamos varias veces el recorrido…

-¿Y el estreno? ¿Cómo fue el estreno?

-¿El estreno? ¡No! Mejor no hablemos de eso. Por favor, por favor.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? Cuénteme…

-Pues porque… En fin. Se hizo coincidir con el día del asperger, que es el 18 de febrero. La inauguración fue el 21.

-Cuando hablamos de inauguración…

-La inauguración del Guia’m. Así se llama el proyecto.

-¿Qué pasó?

-Bueno, pues que yo pensaba que haría de guía para un grupo pequeño, la alcaldesa, la regidora de Cultura, alguna gente de Friends… ¡Y de repente tenía delante un grupo de 40 personas! Yo tenía una ansiedad… Tan ansiosa que hice el trabajo llorando.

-Caray.

-Pero disimulando, también. Casi nadie se dio cuenta.

-¿Salió bien?

-Salió bien. Estaba un poco bloqueada, pero salió bien.

-Supongo que este trabajo… No sé: que tiene consecuencias positivas en su rutina.

-Claro que sí. ¡Ahora soy famosa!

-En serio...

-En serio, pero además, sí, por ejemplo si ahora viene un grupo de 40 personas, al principio me quedo bloqueada, pero después, no pasa nada.

-Cuénteme, ¿qué es lo que más disfruta del trabajo?

-Los capiteles.

-Los capiteles. ¿Por qué?

-Porque es como un juego, porque tienen algo escondido dentro, son como pequeños enigmas y es lo que más disfruto de explicar.

-En términos generales, el trabajo le hace ilusión, ¿no?

-Voy a trabajar con ilusión pero también con algo de miedo, esa es la verdad. Siempre el día anterior me pregunto: ¿quién vendrá? Afortunadamente, cuando hay grupos concertados siempre me avisan.

-¿Cuándo lo pasa mal?

-Cuando vienen niños. Niños o adolescentes. Pero no todos los niños, solo los alborotados. Y los adolescentes, que si el selfi, que si lo subo en Facebook. Pero he aprendido a llevarlo bien, a aguantar.

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-Cuénteme, ¿qué le gustaría hacer en la vida?

-¿Esto? Por qué no. Pronto se acaba el contrato y espero que me lo renueven.