Gente corriente

Gottfried Schwemmer: "Me conmovía la gente de buen corazón pero sin éxito"

Vivió y filmó en lo que fue el barrio chino de Barcelona y 28 años después ha vuelto de Alemania para presentar su película

Gottfried Schwemmer

Gottfried Schwemmer / MAITE CRUZ

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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"¿Esto es un cortado? –dice extrañado ante una taza de café con espuma en un bar de la calle Hospital-. Cuando yo vivía aquí el cortado era en un vaso y un poco más grande". Recién aterrizado en Barcelona, el alemán Gottfried Schwemmer (Königstein, Baviera, 1960) empieza a darse cuenta de cómo ha cambiado el barrio en el que vivió y filmó a finales de los años 80. Gracias al tesón del documentalista Joan López y con la intervención incluida de un juez alemán, su película sobre las calles y los personajes de lo que fue el barrio chino se ha estrenado, 28 años después, en el Festival Flux de Vídeo d’Autor.

-¿Cuál era su conexión con Barcelona?

-Yo estudiaba cine en Kassel y una noche de 1987 coincidí en un bar con unos chicos de Barcelona. Notaba que aquella gente era diferente, me gustaba cómo eran y, aunque no hablaban inglés ni alemán, acabamos bebiendo, fumando y bailando juntos. Me regalaron un paquete de Ducados y al día siguiente se fueron. No sabía nada de ellos, ni el nombre; solo que eran de Barcelona.

-Y la ciudad empezó a llamarle.

-Unos meses después decidí venir. Llegué por la tarde, dejé la bolsa en una pensión y bajé a un bar, donde me senté con unos alemanes. Luego fuimos a otro bar y un chico que estaba allí vino hacía mí diciendo: “¡Kassel! ¡Kassel!”

-¡No puede ser!

-Sí, era el mismo que me había regalado un paquete de Ducados en Kassel. Increíble, ¿no? A partir de entonces pasé a formar parte de aquella peña y en febrero de 1989 me instalé definitivamente en el Raval, primero en una pensión y después en una habitación alquilada.

-Y mientras, en Berlín caía el muro.

-Me interesaba más lo que pasaba aquí. Tenía una cámara Super 8 y salía a filmar por el barrio, sin un objetivo concreto. Me sentía un poco perdido y solo. Caminaba por las calles y me sentaba en los bares, observando y hablando con la gente. Recuerdo una mujer de 60 años que era prostituta y vendía sus poesías. Me conmovía toda esa gente de buen corazón pero sin éxito en la vida.

-¿Se veía reflejado en ellos?

-Puede ser. Se dice que cada encuentro te dice algo sobre ti mismo.

-Vivió la transformación del barrio chino en el Raval y la demolición de decenas de viviendas.

-Para mí Barcelona era un destino, un sueño. En aquel momento cayó en mis manos una poesía de Lorca, Canción de jinete: [recita] Jaca negra, luna grande / y aceitunas en mi alforja. / Aunque sepa los caminos, yo nunca llegaré a Córdoba. En la poesía reconocía algo de mi vida, una búsqueda, un viaje. Barcelona era mi Córdoba y aquel barrio donde todo se estaba destruyendo era el desierto que -tenía que atravesar para llegar a mi destino.

-Canción de jinete se convirtió en película.-Canción de jinete

-Lorca me inspiró para montarla como una road movie. Poco a poco todo aquel material empezó a tener sentido y al final quedó una obra que habla de la vida como una búsqueda y también de mi vida, porque la que entonces era mi novia tiene un papel importante. Es como una poesía filmada, una trash movie, porque la técnica es muy basta, pero con contenido filosófico.

-La película solo se vio en Alemania.

-Al cabo de dos años regresé a Kassel y la presenté como trabajo de final de carrera. Me pusieron muy buena nota, se proyectó en la universidad y en pequeños festivales y me acabé olvidando de ella.

-Hasta que el documentalista Joan López se la reclamó para presentarla en Barcelona.

-La tenía guardada en casa de mis padres, en Nuremberg, pero mis padres habían fallecido y mi hermano no me dejaba entrar en la casa. Tuvo que intervenir un juez para que pudiera recuperarla pero el proceso se alargó mucho. Al final encontré en mi casa una vieja copia en UMatic de hace 28 años que logramos digitalizar y esa es la que se proyectó el lunes pasado el festival Flux. 

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-¿Le sigue interesando Barcelona?

-Me gustaría filmar cómo veo ahora la ciudad, mezclándolo con mis recuerdos y con imágenes que filmé aquí. Solo tengo que encontrar a un productor interesado.