Gente corriente

Sebas Lorente: "A los jóvenes les pido que no cometan mi error"

A los 20 años el coche en el que viajaba con un amigo bebido se salió de la carretera. Quedó parapléjico. Ahora explica su experiencia a los jóvenes.

Sebas Lorente, en los Jesuitas de Sarrià, donde dio una conferencia sobre accidentes de tráfico hace unos días.

Sebas Lorente, en los Jesuitas de Sarrià, donde dio una conferencia sobre accidentes de tráfico hace unos días. / Juan Camilo Moreno

3
Se lee en minutos
Óscar Hernández
Óscar Hernández

Periodista

ver +

Sebas Lorente Valls (Barcelona, 1962) lleva 35 años en silla de ruedas, lo que no le impide ejercer con pasión su profesión de “conferenciante motivacional” ni su deporte preferido, el golf adaptado. La vida le cambió de repente cuando, con 20 años, el coche en el que viajaba se salió de una curva en la carretera del Garraf. Ahora su testimonio impacta a los jóvenes que escuchan sus conferencias en un programa de educación vial de Fundación Abertis.

¿Qué pasó en aquella carretera?

Fue en mayo de 1983. Mi madre no olvida el día exacto. Habíamos estado bebiendo en Sitges y cogimos el coche para ir a Barcelona, a la discoteca Up&Down. A la vuelta, yo iba echado en el asiento de atrás, durmiendo, sin cinturón. De repente, oí el frenazo del coche, que duró tres segundos. Me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero no perdí la conciencia. No podía moverme.

¿Nunca pensó que podía ocurrirle?

Es que no piensas que te va a pasar a ti. Miras a otro lado, por miedo o por irresponsabilidad. Muchas veces me he preguntado por qué lo hice. Y que no tenía derecho a causar ese daño a mis padres. Era un inconsciente. Ahora, al tener hijos te das más cuenta.

Me ha dicho que su madre no olvida la fecha exacta.

Y se pone triste al recordarlo. Si sale una noticia en televisión de un experimento con ratas parapléjicas, me llama enseguida. Yo le digo que es un avance, no la solución. Para mí, no volver a andar no es mi principal preocupación. Soy muy feliz. Tengo una vida envidiable y no necesito nada.

¿Qué le dice a los jóvenes que asisten a sus conferencias?

Que cuando vayan a subir al coche de un amigo bebido decidan por ellos mismos y no lo hagan. Por suerte, cuanto estás borracho no desaparece la capacidad de decidir y puedes negarte a conducir o a ir con alguien bebido. Es mejor dormir en cualquier sitio o coger un taxi entre varios. Si hubiera podido, lo habría hecho. A los chicos les pido que no cometan mi error.

Sus hijos le deben hacer caso.

Mis hijos y sus amigos saben que si beben deben volver a casa andando o en taxi. Cuando alguna vez me han dicho que han regresado con un amigo que había bebido, pero que solo fue un momento, les digo que ya han tirado una bola, que les queda una tirada menos. Pero están muy concienciados. Yo creo que los jóvenes de hoy son más responsables que lo que éramos nosotros. No suelen cometer imprudencias. No se les ocurre ir sin casco o sin cinturón. El principal problema que tienen es el móvil. Porque con él cantan y juegan en el coche. 

Lleva un coche adaptado. ¿Le costó ponerse a conducir?

Lo primero que me dijeron en el hospital fue que, aunque no pudiera volver a andar o jugar al golf, tenía que  volver a estudiar y sacarme el carnet de conducir para ser autónomo. Cuando conduzco y veo gente que conduce bebida o usando el movil pienso mucho en las consecuencias económicas. Si tienes un accidente y das positivo, las aseguradoras no pagan la indemnización y debes afrontarla tú o tu familia. Si el accidente es grave, pagas toda la vida. Lo explico en mis conferencias.

Volvió a jugar al golf.

Sí. He participado en muchos campeonatos de golf adaptado. Me aporta muchas cosas, Necesitas unas cinco horas, lo haces al aire libre, conoces a mucha gente y además puedo jugar con mis hijos. Y gracias a una silla adaptada he vuelto a jugar con los amigos con los que jugaba antes del accidente. Con el golf nunca alcanzas tu límite. Es un reto constante.

Noticias relacionadas

Retos como los que recoge en su libro, '8 días levantándome de #buenhumor'. 

Lo escribí por casualidad. Eran historias que compartía con mis amigos. Algunas son verdaderas. Todas te llevan a una reflexión sobre cómo somos las personas y cómo podemos mejorar, Cuando uno aprende a ver sus propios defectos, mejorar es facilísimo. La solución es reflexionar.