Gente corriente

Mercè Leonhardt: "Una mirada amorosa puede cambiar la vida de los niños"

A sus 76 años viaja cada año a la India para mejorar la vida de niños con discapacidad

Mercè Leonhardt, psicóloga. 

Mercè Leonhardt, psicóloga.  / ALBERT BERTRAN

3
Se lee en minutos
Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

ver +

Pionera de la atención temprana a bebés con discapacidad visual, Mercè Leonhardt (Barcelona, 1942) coordina un equipo de la Fundación Vicente Ferrer que atiende a 714 niños en Anantapur, una de las zonas rurales más áridas de la India.

¿Que encontró cuando aterrizó en Anantapur en 2009?

En muchas cosas fue como volver a la Edad Media. No había nada para los más pequeños, nada. En aquel momento, si era evidente que un niño nacía con discapacidad lo dejaban morir por desnutrición o lo tiraban al pozo.

Cuesta no juzgar frente a esta realidad.

Tienes que deshacerte de tu bagaje occidental. Tú puedes ir con muchas ideas para cambiar cosas, pero allí todo va muy despacio. No puedes imponer tus valores, tu pensamiento y tu manera de organizar. Solo puedes dar pasos de hormiga, que son muy pequeños, pero son los que llevan al cambio.

¿Por dónde empezar?

Por lo más práctico y natural. Nosotros nos dimos cuenta de que las madres no miraban a sus bebés hasta que cumplen un año. ¿Y por qué? Porque los aman.

¿Cómo puede ser?

El vínculo a través de la visión, el tacto y la voz es muy importante para nosotros, pero en estas zonas rurales persisten muchas tradiciones y ellas creen que si miran a su hijos les traspasan los malos espíritus. ¿Cómo van a mirar a su hijo si van a traspasarles algo malo?

Entendido.

Decidimos aprovechar el momento en que las madres alimentaban a sus bebés para verbalizar lo lindos que eran y comentar cada movimiento que hacían. Llegaba un momento en que las madres no podían más, miraban al niño y... ¡ya está!

¡Qué momento!

Aún se me pone la piel de gallina. Esa mirada amorosa puede transformar la vida de esos niños y vale mucho más que todos los talleres y PowerPoints que nosotros podamos hacer.

Esa mirada funciona en la India y en todas partes.

Sí, porque permite a las madres ponerse en la piel de sus hijos y empezar a entender sus dificultades. Las madres indias han visto que no pasa nada, se lo han dicho unas a las otras y hoy en día han aprendido a mirar a sus bebés.

Usted impulsó la estimulación temprana en Barcelona en los años 80. Es autora de ‘El bebé ciego’ y la escala de desarrollo para niños ciegos de 0 a 2 años lleva su nombre. 

Cuando empecé iba a las casas y me encontraba bebés con el biberón atado a la cuna. "Total, como es ciego…", decían. Veía muchos niños psicotizados y autistas, porque el niño ciego, al no ver el mundo, se centra en su cuerpo y si nadie le estimula desarrolla estos comportamientos.

Entonces empezó a ir a los hospitales.

Iba a decirles a los médicos que si nacía un niño de estas características nos avisaran para empezar a trabajar enseguida con ellos y con sus padres. La base de una persona con discapacidad es que empiece la vida de otra forma, porque es entonces cuando las consecuencias se pueden reducir.

Además de la India, lleva proyectos en Perú, Ucrania y Rusia.

Empecé haciendo voluntariado en Perú y Bolivia. En Anantapur conocí a Vicente Ferrer. Venía cada noche a la cantina y lo pasábamos muy bien porque tenía un sentido del humor muy acusado. Compartimos sus últimos días de vida y fue muy emotivo ver a miles de familias indias despedirse de él.

Noticias relacionadas

¿Qué le ha dado la India?

Quizá más humanidad. Nosotros tenemos un pensamiento más individual, mientras que en India es más comunitario. No puedes mirar solo por ti y los de tu casa.