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David Ballester: «La impunidad policial sigue existiendo en democracia»

Este historiador ha investigado las vidas de las víctimas mortales de la violencia institucional en Catalunya

El historiador David Ballester.

El historiador David Ballester. / ALBERT BERTRAN

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Manuel Arenas
Manuel Arenas

Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona

Especialista en historias locales, audiencias e información del área metropolitana de Barcelona y reporterismo social

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Una semilla quedó incrustada en David Ballester (Barcelona, 1960) cuando vivía desde dentro las movilizaciones populares de la Transición. Ahora la semilla ha florecido y este historiador ha investigado en 'Vides truncades. Repressió, víctimes i impunitat a Catalunya (1964-1980)' cómo la violencia institucional -policial- y parainstitucional -extrema derecha- acabó con la vida de veinte civiles anónimos a los que pretende rescatar del olvido.

-¿Hay un trasfondo personal en su investigación?

-Además de mi interés por la violencia policial, tema historiográficamente olvidado, me marcó correr delante de los 'grises' en las manifestaciones de la Transición.

-¿Estuvo en alguna movilización con víctimas?

-Sí, en la del 11 de septiembre de 1977, en Plaza Catalunya, donde un policía disparó una bala de goma que acabó matando a Carlos Gustavo Frecher.

-¿Por qué le dedica el libro a sus padres?

-Porque ellos sufrieron la Guerra y la posguerra y merecen mi reconocimiento. Mi padre, además, es el último sobrino vivo de Companys: en casa siempre ha habido cultura antifascista.

-¿Cuál es la historia que más le ha impactado?

-No quisiera hacer categorizaciones. Lo asombroso ha sido observar cómo se pueden contar con los dedos de una mano los culpables que fueron juzgados y, todavía menos, los que entraron en prisión.

-El tipo de muerte más significativa es el de 'gatillo fácil' policial (12 víctimas). ¿Cómo ha accedido a los archivos policiales?

-Esa ha sido mi principal dificultad: solo he podido acceder cuando los familiares, vía 'querella argentina', los han tenido y me los han dejado estudiar, o cuando se han incorporado a un sumario de Consejo de Guerra. Como historiador, llevo años intentando saber dónde están los archivos de la Policía.

-¿Cuál ha sido la reacción de las familias?

-Al principio prevención, porque no están acostumbradas a que alguien se interese por ellas, pero luego, excepto en un caso, me han abierto la puerta de casa.

-Sorprende que más víctimas (13) sean en la Transición que en la dictadura, 4 de ellas con la Constitución aprobada.

-Es el precio que se paga por no llevar a cabo una reforma profunda del aparato de Estado de la dictadura, tanto estructuras policiales como magistratura.

-¿Sigue habiendo hoy impunidad policial?

-Aunque estamos en democracia, en España todavía se producen torturas: la impunidad policial fue un problema grave en la dictadura y lo sigue siendo en democracia. Sobre esto, y en base a mi libro, se estrenará el 11 de diciembre un 'Sense ficció' (TV3) que recorre los casos de víctimas que yo he investigado hasta casos actuales como los de Pedro Álvarez o Jonathan Carrillo.

-O sea, que usted no compra la tesis de la modélica 

-No. En la Transición se hizo lo que se pudo, pero se pagó un precio de sangre muy alto. Es significativo que los protagonistas de la Transición, en decenas de libros, se refieran a las movilizaciones no como un factor que refuerza la democracia, sino como un peligro que podía poner nerviosos a los militares.

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-¿Se ha planteado que, en el contexto catalán actual, puedan llegarse a revivir actuaciones policiales como las investigadas?

-Yo sería optimista en ese sentido. A los que conocimos el franquismo nos indigna escuchar comparaciones frívolas de "es que la Policía pega como en el franquismo". Eso no se puede tolerar por respeto a las víctimas de la dictadura: en democracia, la Policía comete errores y lo que hay que hacer es criticarlos sin caer en corporativismos.